Jugó seis Sudamericanos, tres Panamericanos y dos Mundiales con la Selección Argentina de básquetbol. A lo largo de su carrera, pisó las canchas en 24 países diferentes, en los que marcó más de 45.000 puntos. Además, fue la figura del combinado de América ante Resto del Mundo, cuando anotó 37 puntos en San Pablo en 1974.
Sin embargo, Ernesto "Finito" Gehrmann siente un cosquilleo especial. A pocas horas de su debut en los Juegos Nacionales Evita Mayores de Bariloche, para personas de más de 60 años, confiesa que todavía conserva la misma adrenalina. Los Juegos están organizados por las Secretarías de Deportes de la Nación y de Río Negro.
A los 73 años, Finito es una de las figuras del equipo de Misiones de newcom, una disciplina que se incorporó a los Juegos Nacionales Evita en 2008 y es una adaptación del vóleibol. "No me gusta perder a nada. Todavía tengo esa mística ganadora y juego a cara de perro", indica desde sus 211 centímetros de altura.
"Me motiva mucho venir a los Juegos Nacionales Evita porque son una gran iniciativa. Veo mucha gente con entusiasmo, y es una buena posibilidad para viajar y conocer lugares, además de hacer amistades. Después de los partidos, el mate es una fija", explica Finito. A la hora de jugar, Gehrmann no está solo: su mujer, Ana María Estrada, forma parte del equipo. "Le cuido las espaldas adentro y afuera de la cancha", dice su pareja desde hace 52 años.
La historia entre Gehrmann y el newcom comenzó hace dos años. Finito estaba acostumbrado a caminar por la costanera de Misiones e ir al gimnasio cuando conoció esta nueva disciplina. "Me enganché enseguida, y me favorece la altura. Me resulta fácil a la hora de recibir la pelota y puedo usar técnicas que utilicé en el básquet", explica esta gloria del deporte nacional que encandila a cada participante de los Juegos. Es que en el acto de apertura que se realizó en el Colegio Don Bosco, Finito se pareció a una estrella de rock por tanto pedido de fotos y selfies que recibió.
"Representar a Misiones me genera un orgullo enorme. Es mi lugar en el mundo", dice, y se emociona. "Cuando terminé mi carrera, me instalé allí, y allí me quedé para siempre", agrega Finito, que dejó la actividad por un desprendimiento de retina en 1987. Hoy, disfruta de esta nueva experiencia y una vez al mes, recorre su provincia y realiza exhibiciones con su equipo de newcom, Los Finitos. ¿Qué otro nombre podía tener?