El orgasmo. Ese gran, enorme, mediatizado y vapuleado tema que desde cada rincón del mundo supone hallazgos, estrategias, novedades, miedos y sobre todo, mitos.
Esos mismos que generan como un espiral gigante de temores alimentados por la desinformación, preconceptos internalizados y la idealización mediática como punta de lanza.
Pero acá, en el planeta Tierra, las situaciones merecen un análisis más real, que no implica dejar el goce o placer de lado. Entre los múltiples libros sobre del orgasmo, algunos artículos dedican su análisis al texto “Orgasmo. Todo lo que siempre quiso saber y nunca se atrevió a preguntar”, escrito por Barry Komisaruk (neurocientífico), Beverly Whipple (investigadora de salud sexual), Sara Nasserzadeh (experta en sexualidad de la BBC) y Carlos Beyer-Flores (sexólogo).
Lejos de caer en las conjeturas estériles para saber si la otra persona está fingiendo, en esta nota la propuesta es bucear en las causas y tratamientos posibles, para que tanto hombres como mujeres puedan vivir el encuentro sexual de manera placentera y sin culpas.
Ellos, ¿por qué fingir?
Las causas son múltiples y deben enmarcarse en el contexto y situación de cada quien. Por ello, el doctor José Luis Rodríguez, sexólogo, especialista en disfunciones sexuales, sexología clínica y médico psicoterapeuta aclara el tema:
“En lo concerniente al orgasmo, en el caso del hombre es importante saber que puede tener uno sin eyacular y también que puede tener una eyaculación sin orgasmo (denominada como anhedonia eyaculatoria).
Es decir en este caso se da esa falta de placer, en donde el sujeto eyacula pero no experimenta el orgasmo. Incluso pueden existir orgasmos sin eyaculación en situaciones patológicas, como en el caso de la eyaculación retrógrada de la diabetes, por ejemplo”.
-¿Cómo se entendería el orgasmo?
-El orgasmo es básicamente un fenómeno que está ubicado en nuestro cerebro, es una engrama, es decir una representación cerebral. Sus vías de activación periférica son múltiples y variadas, aún para una misma persona.
Pueden existir orgasmos de muchos tipos, y ser provocados de muchas maneras. Como es una cuestión cerebral como dijimos, puede que haya hombres que tengan orgasmos sin necesidad de tener eyaculación.
De hecho he tenido la consulta de varones jóvenes que vienen asustados y me plantean “cuando estoy teniendo relaciones siento que terminé, y resulta que no sale nada, pero no pierdo la erección. Continúo y al rato siento que otra vez acabé, ahí siento la eyaculación, con la posterior baja de erección”.
Lo primero que trato es de desdramatizar el tema y tranquilizarlos, ya que son casos que se ven en muchachos muy jóvenes o en otros hombres con entrenamiento tipo Tao, que habla que a medida que pasan los años, el hombre tiene que tener menos eyaculaciones, para conservar la energía, pero no quiere decir que no tenga que dejar de tener orgasmos. La interpretación correcta es que sigue teniendo orgasmos, sólo que no eyacula.
-¿Se trata de una patología?
-La posibilidad de que un hombre tenga un orgasmo sin eyaculación existe y está comprobado, y si bien son casos poco frecuentes, no implica una patología.
Por otro lado, hay varones que sufren de un retardo eyaculatorio, van a eyacular pero no tienen el orgasmo. Ante este problema el sujeto sufre, pero lo que debe hacer es consultar a un profesional ya que la mayor parte de las veces este tema pasa por algún trastorno psicológico, que con psicoterapia mejora, y se supera.
A veces hay mucho miedo. Tuve un paciente que conocí cuando él tenía 30 años, pero que a los 18 había sido contagiado de gonorrea. Una enfermedad de transmisión sexual que genera picor, ardor y dolor, cuyo tratamiento es con penicilina.
Él se había quedado con esa experiencia vivida en la adolescencia en su inconsciente, por lo que a los 30 tenía problemas para eyacular.
Entonces trabajamos en ese miedo (miedo a contagiarse en cada relación sexual con la misma enfermedad) y cuando superó eso, y se dio cuenta de que estaba en una relación estable, con una pareja afectiva y la seguridad en cuanto a que no había riesgos de contagio, comenzó a eyacular nuevamente y a vivir su vida sexual a pleno.
-¿Qué otros casos a nivel masculino pueden existir, para que el hombre termine por fingir el orgasmo?
-A veces se trata de retardos eyaculatorios. En este último caso hay que trabajar bastante con el sujeto, ya que puede lograrse que eyacule por medio de la autoestimulación.
-¿Es común este problema?
-En la mayor parte de los varones jóvenes estos retardos eyaculatorios se deben a cuestiones más que nada de aprendizaje, es decir problemas funcionales.
En los mismos nos encontramos con que hombres que con sus parejas fingen el orgasmo, especialmente en las situaciones en que usan el preservativo, emulando por pudor la experiencia orgásmica. Luego se levanta a sacarse el preservativo porque supuestamente eyaculó.
Hay algunos casos en que muchos sujetos se van al baño y eyaculan por medio de la masturbación. Esto confirma que el sujeto físicamente está sano. Muchas veces los diversos miedos (embarazo, enfermedades, presiones, etc.) son los causales que manejan la cabeza.
Las mujeres y la gran "Meg Ryan"
Quién no recuerda esa famosa escena de “Cuando Harry conoció a Sally”, en la que Meg Ryan simulaba un orgasmo en plena cafetería para demostrarle a su compañero, cuán sencillo resultaba, supuestamente, fingir para una mujer. Cabe la pregunta...: ¿fingen las mujeres el orgasmo o sólo es un gran mito?
Según fundamentó Rodríguez: “Sí, lo hacen. De hecho, el orgasmo femenino es aprendido. De todas las hembras de los mamíferos, la única que tiene orgasmos es la humana. Esto se da porque aprende a tenerlos, ya que no es indispensable a los fines reproductivos porque puede quedar embarazada sin orgasmos. De hecho muchas generaciones de mujeres sufrieron esto y se empieza a plantear sobre mediados de los ‘70.
-¿Por qué resulta más complejo o sencillo poder experimentarlos según cada mujer?
-Porque tiene que aprender a tener orgasmos y mientras para algunas será más sencillo hacerlo, para otras no tanto. Eso dependerá, o se dará, de acuerdo a los mensajes que haya recibido en su contexto familiar y social.
Si es una mujer en su infancia y adolescencia recibió mensajes negativos respecto a la sexualidad, con prohibiciones y represión, difícilmente vaya a explorar sus genitales y ver cómo funcionan.
Para ello la autoestimulación es el método más práctico para aprender y experimentar, sólo que tiene mala prensa y demasiados prejuicios que atentan contra ella. Entonces muchas mujeres terminan por fingir el orgasmo, para satisfacer a sus parejas, y no sentirse en falta.
-¿Cómo se incentiva el conocimiento del propio placer?
-El tratamiento en una anorgasmia de una mujer joven tiene que ver con que pueda aprender a tener sus orgasmos primero sola, para luego llevarlos a la relación sexual. Muchas veces la represión es tan fuerte que tengo que explicarle a la paciente que para saber cómo funciona el orgasmo, tiene que saber cómo está hecha ella misma, qué le gusta, para trabajar luego la exploración.
-¿El orgasmo por penetración es otro mito que lleva a fingir?
-Totalmente. Muchas veces hay mujeres que consultan por una supuesta anorgasmia diciendo que no tienen los orgasmos normales por penetración y eso no es así.
De 100 mujeres, sólo 25 tienen orgasmos por penetración, las otras 75 lo llegan a tener por estimulación del clítoris directa o indirectamente.
Esperar que la mujer tenga un orgasmo sólo por penetración es lo mismo que creer que el hombre puede tener uno por estimulación de su escroto.
Hay mucho mito nacido desde los medios, de lo idealizado, sumado a lo no hablado en pareja que puede hacer caer en trampas tanto a hombres como a mujeres para no hacer sentir mal al otro, para cumplir con expectativas o mandatos. Y esto no tiene porque ser así.
-¿Qué aconsejaría a quienes lo hacen?
-Hay que ser realistas, la sexualidad que aparece reflejada en el cine no es real, hay que ser conscientes de que todos podemos tener dificultades y que se solucionan. Hay que tener comunicación de pareja y saber pedir ayuda, sin pensar que sólo le pasa a uno.
Indicios del orgasmo
Cuando se produce el orgasmo (diez segundos máximo es lo que puede llegar a durar) se dan impresiones indirectas objetivables del mismo en hombres y mujeres consistentes en:
* Reacciones genitales y extragenitales en todo el cuerpo.
* Aumento de la presión arterial.
* Incremento de la frecuencia cardíaca.
* Aumento de la frecuencia respiratoria.
* Producción de contracciones involuntarias y de músculos ubicados en la zona de la pelvis.
* Generación de reflejo carpo-pedal, es decir: en el momento en que se produce el orgasmo, involuntariamente, se contraen las manos y los pies.
* En las mujeres de piel muy clara se da la aparición de un puntillado (puntitos rojos) en la zona intermamaria, y en la parte superior del abdomen que dura segundos.
* Aparición después del orgasmo de transpiración por la descarga neurovegetativa.