Vitivinicultura: El dilema de la “cadena” y el “barco” en la industria del vino

Asegura que es necesario que el sector comience a trabajar en forma conjunta en todos los eslabones para llegar a “buen puerto”.

Es necesario que el sector comience a trabajar en forma conjunta en todos los eslabones para llegar a “buen puerto”. / Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Es necesario que el sector comience a trabajar en forma conjunta en todos los eslabones para llegar a “buen puerto”. / Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Parece el título de una película de aventura... Sin embargo, no es un éxito cinematográfico, aunque sí es una gran aventura la de los viñateros mendocinos. Me parece un buen momento éste, luego de horas y días de intenso trabajo, “servir la mesa” con todos los invitados y que se dialogue en busca del mejor reencuentro. Así deberá ser, no hay otra forma de hacer el camino, como dice el poeta.

Es una cadena y es un barco la vitivinicultura. Todos los sectores “navegamos” en él. Hemos visto durante años cómo las tormentas y las olas hacen que parte de la tripulación desaparezca en el mar embravecido. Caerán marinos y capitanes, habrá zozobra y no tendremos un rumbo seguro, habrá imprevisibilidad.

Caerán y desaparecerán pequeños viñateros, medianos y grandes; tal vez bodegas y marcas. Amigos, colegas “Marinos”, en este barco hace falta diálogo integral y productivo.

Se me ocurre por ejemplo, discutir los costos de producción de nuestros viñedos. Es el casco del barco. Sin él no se puede navegar. Hace unos días conversaba con un amigo, que piensa que el operativo del Gobierno de la Provincia de Mendoza hizo elevado y caro al vino o mosto obtenido de esas uvas revalorizadas. Me comentaba y comparaba con mercados internacionales y de las dificultades para exportarlos que iba a tener Mendoza. El análisis lo terminaba allí. Ahí está el primer gran error. No es el productor primario la variable de ajuste para poder exportar, al menos no debería serlo.

Sin embargo y aquí lo de la cadena, siempre se afloja y se corta por el eslabón más débil, ocasionando un mal manejo de los viñedos, sin inversión de ningún tipo, alejándolo del desarrollo productivo, haciéndolos ineficientes para luego desaparecer. Se rompería el casco, se hundiría, si fuera el barco.

Primer eslabón de una cadena, en que todos son útiles y necesarios.

Le contesto al amigo: Es difícil, poco menos que imposible formar precios competitivos sólo con el precio de la uva, sin tener en cuenta y analizar todas las variables que intervienen en ese precio para competir en un mercado internacional globalizado. ¿O alguien puede ignorar la falta de Tratados de Libre Comercio, la carga impositiva, el costo laboral, el financiero y el logístico comparado con el de nuestros competidores, los otros barcos? Sólo por nombrar los que más recuerdo.

Amigos: la película ya la vimos los que tenemos mayoría de edad y no quiero que la veamos de nuevo.

Quiero sí, que vengan a la mesa, los invito. Brindemos con el mejor vino y hagamos que la cadena sea fuerte y tenga eslabones iguales de firmes. Sólo así habrá más público y artistas participando de la película.

*El autor es Productor Vitivinícola.

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