El ajo fresco y crudo tiene propiedades antivirales y antibacteriales y ayuda a combatir la tos, los resfriados y la sinusitis, y combinado con la cebolla y el jengibre, todos productos locales, se pueden lograr buenos resultados.
Muchas personas tienen como rutina comer 1 o 2 dientes de ajo al día como medida de prevención ante patologías de circulación de la sangre o de alta presión.
¿Cómo aprovechar las propiedades del ajo? Para la congestión es altamente efectivo: se debe picar en trocitos y tragar con un vaso de agua en crudo, como si fuera un medicamento. Esta rutina dos veces al día ayudará a despejar las vías respiratorias superiores.
La cebolla
Para mantener todas sus propiedades, debe consumirse cruda. Es el alimento más rico en quercetina, un antiinflamatorio, antioxidante y antibiótico natural. Se puede comer en ensaladas o preparar un jarabe de cebolla y miel.
Para el resfrío, se puede consumir con alguna comida y picar un cuarto de cebolla y tomarlo como un remedio, con agua. También es muy efectivo dejar media cebolla dentro de la habitación durante la noche para descongestionar. Al día siguiente es importante tirar la cebolla, que absorbe todo, y ventilar bien la habitación.
El jengibre
El jengibre es una raíz con sabor picante que ayuda a diluir flemas, limpia el árbol respiratorio y alivia los síntomas de la congestión. Debe estar fresco: se consigue en todas las verdulerías de Mendoza y es económico. Se debe rallar un puñadito hasta lograr una cucharada y agregar a un té con limón o simplemente a una taza de agua caliente. También se puede consumir solo.
Además, tiene propiedades analgésicas, antipiréticas y antibacteriales
¿Se pueden mezclar los tres?
Es ideal, siempre y cuando la congestión no quite el hambre. Se pueden agregar en ensaladas, arroces o cualquier preparación que permita picarlos y usarlos frescos.
Una buena alimentación
Es importante, además, consumir mucha vitamina C. El tomate es una gran fuente de esta vitamina y el verano es la época ideal en Mendoza para consumirlo, ya que está fresco y a buen previo.
Los cítricos como naranjas, limones o pomelos, los pimientos, las verduras de hojas verde oscuro como la rúcula, los rabanitos, los nabos, las coles, las espinacas o el brócoli son también fuente de vitamina C.
Fuente: Economía Mendoza (365)