Tomate para industria: se consolida la superficie local con 3.600 hectáreas

Este tipo de tomate ha crecido en los últimos años por una demanda insatisfecha en el país. Las fábricas argentinas trabajan alrededor de 650 mil toneladas de tomate.

Tomate para industria: se consolida la superficie local con 3.600 hectáreas
Mendoza y San Juan concentran el 80% de la producción nacional. Foto: Patricio Caneo: Los Andes

El tomate para industria comenzó su cosecha 2022 en la provincia, con buenos augurios por consolidar una superficie similar a la del año pasado. Se trata de por lo menos 3.595 hectáreas, un número apenas inferior a las 3.598 relevadas en 2021. En volúmenes, se espera una cosecha similar al récord del año pasado en Mendoza, que fue de 243.224 toneladas.

Este tipo de tomate (que no se debe confundir con el tomate para consumo en fresco, con otras variedades y formas de producción) ha crecido en los últimos años por una demanda insatisfecha en el país. Se estima que las fábricas argentinas trabajan alrededor de 650 mil toneladas de tomate y, para alcanzar ese número, terminan importando pasta concentrada, con un margen para crecer hacia el autoabastecimiento (en 2021 Argentina cosechó 594.500 toneladas).

Desde la Estación Experimental Agropecuaria INTA La Consulta, donde se concentra buena parte de las investigaciones sobre estos tomates, afirman que este año hay relevadas unas 3.595 hectáreas en la provincia. Además, hablan del vínculo entre Mendoza y San Juan, ya que ambas concentran el 80% de la producción nacional. Las fábricas mendocinas aprovechan las cosechas tempranas de San Juan y después en febrero se nutren de las cosechas locales.

Puntualmente, Mendoza suele iniciar su cosecha a fines de enero y principios de febrero en zonas como Fray Luis Beltrán, mientras que en el Valle de Uco se inicia alrededor de marzo y algunas zonas llegan hasta mayo.

Un buen inicio

El ingeniero agrónomo Cosme Argerich, profesional asociado del INTA La Consulta y asesor técnico de la Asociación Tomate 2.000, comentó que ve con buenos ojos este comienzo: “De momento se ve un poco más de tomate que en 2021, pero eso puede cambiar de una semana a otra por las contingencias climáticas. Esperemos que sea similar a la cosecha del año pasado, de alrededor de 250 mil toneladas en Mendoza”, analizó Argerich.

Argerich comentó que, en San Juan, hubo algunos problemas de producción vinculados a la falta de agua y los fuertes vientos, con alrededor de un 5 % de la producción complicada. En cuanto a Mendoza, algunas lluvias de los últimos meses implicaron hacer mayores trabajos de curación en el Valle de Uco, con la aplicación para combatir enfermedades fúngicas.

Por su parte, Gustavo Cialone, presidente de la Asociación Tomate 2.000, analizó que la temporada, “a pesar de los eventos climáticos que se vienen dando, está dentro de lo normal”, y cree que, con un mejor rendimiento en algunas chacras de Mendoza, se podría nivelar la leve baja de San Juan. “El tomate para nosotros es Cuyo. Todos trabajamos con productores en los dos lugares. Esperamos cosechar un volumen parecido al de 2021″, comentó este industrial.

Con los volúmenes del año pasado y de éste, el presidente de Tomate 2.000 cree que poco a poco se acercan al autoabastecimiento, aunque depende de cada industria y de los contratos que hagan para financiar a los productores, una práctica en el sector que lo diferencia de otros cultivos. En esos contratos también se marca un precio por adelantado que, en esta temporada y la anterior, ha rondado U$S 0,09 por kilo.

Además, una pequeña parte del sector dedicada a tomate triturado continúa con problemas por el abastecimiento de envases de vidrio. “En marzo se estima un poco más de entregas de envases. A mí me entregan por semana lo que uso en un día. Vamos haciendo lo que podemos, con envases alternativos o derivando tomate para hacer pasta”, comentó Cialone.

Desde la producción

Oscar Alba es un productor que se inició hace 10 años en el tomate para industria, y hoy cuenta con 13 hectáreas en una finca en El Carrizal. Él no participa de Tomate 2.000, sino que vende directamente con una fábrica desde hace años, coordinando cada año según las necesidades de la empresa. “En general conviene, al menos en nuestro caso, que le vendemos a una industria que es confiable en el pago y la forma”, analizó este productor.

El precio fijado en dólar oficial (base U$S 0,09) tiene un lado positivo y otro negativo. El positivo es que permite estimar de antemano cuánto dinero se recibirá por el producto. Lo negativo es que, en un año, el dólar oficial aumentó 20 % (de $ 86,5 en febrero de 2021 a $ 104,5 en 2022) mientras que la inflación rondó un 50%, por lo que el productor recibirá una menor ganancia.

“Creo que el precio esta temporada tendría que haber sido mayor, de U$S 0,10 por kilo, mínimo. Se supone que los insumos para el agro valen a dólar oficial pero, cuando vas a comprar, se maneja un valor intermedio al blue”, comentó Alba. Su idea es continuar pero, si no se mejoran los precios o no se actualiza el dólar en 2022, revisará si vale la pena.

Por otro lado, este productor comentó que cada vez necesita obtener más kilos por hectárea: “En un momento con lograr 70 toneladas por hectárea estabas bien, después pasaron a ser 80 toneladas por hectárea y hoy no podés tener menos de entre 90-100 toneladas para que te sea rentable por hectárea”. Alcanzar esos números implica una mayor inversión en fertilizantes y labores culturales.

En cuanto a mejorar la productividad, Cosme Argerich comentó que vienen realizando ensayos con riego por goteo en fincas del Valle de Uco con muy buenos resultados. “El problema de Mendoza es la falta de riego por goteo, porque el riego gravitacional provoca estrés hídrico entre riego y riego, y eso hace bajar los rendimientos”, analizó el profesional asociado del INTA La Consulta.

Se trata de fincas demostrativas, dentro de la Asociación Tomate 2000, que se venían regando por surcos con un rendimiento muy bajo, de entre 50 y 60 toneladas. Hoy no podés tener menos de entre 90-100 toneladas para que te sea rentable por hectárea, pero ahora con riego por goteo se espera que rindan cerca de 100 toneladas por hectárea. “Esto demuestra que Mendoza es tan competitiva como San Juan”.

Cosecha mecanizada de tomate

Un punto donde el tomate industrial viene avanzando es la cosecha mecanizada, complicado de conseguir mano de obra frente a otros cultivos como la vid. De todos modos, una cosechadora de tomate con motor ronda los U$S 400.000 (mucho más que una cosechadora de ajo, por U$S 45.000).

Por ese motivo, varias veces quienes compran la maquinaria y la alquilan son las fábricas de tomate, así como hacen algunas bodegas que tienen una cosechadora propia y la usan para cosechar la uva de viñateros asociados.

Gustavo Cialone, director de Agroindustrias Cialpil y presidente de la Asociación Tomate 2.000, comentó que hay mucho interés en Mendoza por esta modalidad: “En la provincia es la única opción que queda. No hay manos para la cosecha manual. Es más, te diría que necesitamos el doble de las cosechadoras que tenemos hoy para que haya un funcionamiento óptimo.”

Este año, el sector sumó por lo menos 6 máquinas cosechadoras al plantel y también hay una empresa de San Juan que se dedica a traer máquinas de forma temporaria. En promedio, se cobra el alquiler por kilo de tomate cosechado, con un costo que ronda $ 1,9 por kilo. El beneficio no está en el ahorro (es un costo similar a la cosecha manual) sino en la velocidad de cosecha y en una mejor calidad porque separa piedras y raíces del tomate.

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