Orestes Nomikos es el propietario de una finca ubicada a 20 kilómetros al Este de la fábrica de Unilever, en Fray Luis Beltrán, Maipú, es una unidad productiva de 170 hectáreas en las que avance el riego de precisión y la aplicación de tecnología como el uso del los drones, de las cuales dedica 10 hectáreas al cultivo de cebolla de alta “pungencia” (picor).
Él es uno de los 8 productores mendocinos que trabaja en la aplicación del programa que desarrollan el INTA y Unilever, para estudiar los efectos de las prácticas regenerativas de los suelos. “Vamos rotando los cuadros, y una vez que se cosecha una hortaliza, se planta centeno, que sirve como abono verde, evitando así que la tierra pierda sus nutrientes”, contó durante Nomikos.
Dentro de su finca, Nomikos, quien es presidente de la Asociación Tomate 2000, implementa la agricultura regenerativa de manera metódica. Allí, alterna cultivos de cebolla y de ajo bajo riego por goteo, siguiendo los principios de esta forma de agricultura, que incluyen la práctica de “cultivos-cobertura” para recuperar los nutrientes que se pierden durante la producción.
“Uno de los cambios clave que se han implementado es la rotación de cultivos, donde se ha introducido el centeno en campos que requieren mejoras en la calidad del suelo”, explicó Nomikos. Este proceso implica la rotación entre cebada y vicia, una leguminosa con la capacidad de fijar nitrógeno atmosférico en el suelo. El objetivo es transformar la cebolla, que normalmente contiene un 11% de sólidos, en un cultivo con al menos un 20% de contenido de sólido a demanda de la fase de deshidratado.
Estos ensayos, que realiza Nomikos y su equipo, marcan la pauta en la búsqueda de una agricultura más sostenible y eficiente. El manejo eficiente del agua también se ha convertido en una prioridad, esta unidad ha avanzado en utilizar el agua de manera responsable sobre 43 hectareas y, en algunos casos, han comenzado a explorar la siembra directa con cultivos como el zapallo, lo que sería un cambio significativo en sus prácticas habituales que se centran en cultivos como el tomate para la industria, el ajo y la cebolla.
“Gracias a la tecnología hoy podés tener registro fiable de lo que pasa en la propiedad, nosotros podemos controlar el caudal de agua que ingresa y egresa, podemos tener un número de los que hemos destinado realmente tanto para tal cultivo, esto tiene que venir acompañado de capacitación de la gente”, señaló el presidente de la asociación de Tomates 2000.
Esta unidad productiva se complementa con otras dos que posea en Ugarteche y en El Carrizal, conjunto que le dan cuerpo a la empresa Andariego, empresa familiar que pertenece a la familia Nomikos, de origen griego y emparentada a la conocida empresa de Georgalos.
Trabajos de planta
En un esfuerzo por impulsar aún más la agricultura regenerativa, grandes empresas como Bayern, Kering, LVMH y Unilever están liderando iniciativas para promover la transición de cultivos convencionales hacia prácticas agrícolas sostenibles. Esto refleja una tendencia global hacia una industria de la moda más justa y resiliente, que reconoce la importancia de preservar la biodiversidad del ecosistema.
En Mendoza, esta iniciativa es liderada por la unidad de deshidratados de Knorr que procesa en total, hasta 3.200 toneladas anuales de verduras y bulbos como espinaca, zapallo, zanahoria, ajo, cebolla y tomate. En este contexto, Unilever, la reconocida empresa de productos de consumo, ha dado un paso significativo hacia la promoción de alimentos más saludables y sostenibles este año al lanzar una serie de nuevas propuestas que se centran en ingredientes 100% naturales.
Entre los productos destacados se encuentran la salsa de tomate deshidratada, un mix de hierbas y especias, así como vegetales deshidratados que incluyen zanahorias, morrones, espinacas y cebollas. Estos alimentos deshidratados se caracterizan por su compromiso con la naturalidad y la ausencia de conservantes. En Mendoza se lleva a cabo un proceso integral que comienza con el cultivo y cosecha de los vegetales y culmina con su deshidratación.
“La sostenibilidad es parte de nuestro corazón y con ella redefinimos nuestras estrategia de desarrollo”, comentó Natalia Giraud, directora de Asuntos Corporativos de Unilever para el cono Sur. Una línea de acción que se divide básicamente en tres pilares: “Uno que tiene que ver con mejorar la salud del planeta, otro que tiene que ver con mejorar la salud de la persona y el tercero es conseguir la inclusión social”.
“Es un trabajo que no ha sido sencillo, lleva tiempo”, explicó Giraud. La directora de Asuntos Corporativos agregó que buscan preservar los recursos naturales disponibles a través de la restauración de funciones ecológicas esenciales con el objetivo de promover también una alimentación que sea más consciente y saludable.
La planta de Rodeo de la Cruz, trabaja en estrecha colaboración con fincas ubicadas en Mendoza, también de San Juan y Córdoba lo que genera empleo tanto en el campo como en la fábrica. Más de 400 familias se benefician de esta iniciativa durante todo el año.