La sequía hizo estragos en los campos y la economía del país y el secano mendocino no fue la excepción en ninguno de los dos aspectos.
Los escasos regímenes de lluvia en los últimos dos años con la consecuente pérdida de pasturas naturales para alimentar al ganado, principalmente de cría, terminó generando una salida anticipada de los animales y el reflejo evidente de esa saturación del mercado de carnes se vio reflejada en los precios de los terneros. En el remate de la Fiesta Nacional de Ganadería, e incluso con hacienda seleccionada, se manejaron los mismos valores que un año atrás con la diferencia que al momento la inflación acumula un 108%.
Luchar contra el clima no se puede, pero con técnicas de manejo de los campos como así también del rodeo, es posible dar batalla y pasar el momento hasta que el cielo se abra nuevamente y las lluvias regresen.
Ese es el planteo que realizó Sebastián Mora, ingeniero agrónomo y especialista en pastura de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Rama Caída del INTA, en San Rafael.
¿Cómo es la situación actual de los campos y que se puede esperar hacia la primavera?
En términos generales las últimas lluvias de marzo y abril que tuvimos vinieron a recomponer el ciclo productivo, a recomponer los pastizales.
Se venía de un ciclo con una primavera muy seca y evidentemente aquel (productor) que no estaba preparado, que no guardó reserva o venía muy ajustado del año anterior, también había sido un poco complicado, digamos que tuvo problemas.
Los últimos tres años han sido bastante secas las primaveras y como la primavera es la que nos genera un impacto grande, cuando es seca nos empieza a complicar el sistema. Aquel campo en el que no se tiene la precaución de manejar la carga (animales) o tiene una carga excesiva, ese impacto de la primavera seca se siente mucho más.
¿Se están empezando a recomponerse los campos, hay expectativas que se pueda pasar el invierno y llegar a la primavera que viene?
En marzo y abril en la zona sur fue realmente milagroso porque se generó como ese ese pool de lluvia que no habías tenido durante el año y permitió que rebrote el campo y eso, a corto plazo va a mejorar, porque tenemos una buena entrada del invierno. El problema es que no sabemos cómo va entrar la primavera siguiente, no se puede predecir.
Entonces, creemos que en el invierno vamos a estar bien, pero hay que ir abriendo el ojo a lo que será la primavera, por lo tanto, hay que prepararse ahora en el invierno, hacer un ajuste de carga, descartar la vaca vieja, la vaca improductiva para ajustar el rodeo.
¿Cuáles serían las prácticas más sencillas que deberían hacer los productores?
Es un conjunto de cosas a tener en cuenta, primero todo parte de conocer el estado del campo y a partir de ahí hacer un primer ajuste de carga. Una vez que vos sabés la cantidad de animales que puede soportar tu campo, tenés que ordenar el sistema de pastoreo.
Una de las características que tienen estos periodos de sequías es que tienden a generar desorganización y a tener vacas en todos los cuadros, entonces uno tiene que tratar de tender, en este ciclo que comienza, a tratar de dejar que un lote descanse, que genere volumen, y que a su vez se lo pueda usar el año siguiente. Esto es empezar un esquema de rotación ahora, durante el invierno.
Además, tratar de quedarnos con la carga productiva justa 8ganado) y todo lo que es descarte, tratar de sacarlo para poder arrancar un ciclo nuevo bien, con buenas condiciones.
¿Hay forma de mejorar las posturas en los campos?
La primera mejora que puede hacer es permitiendo que el campo descanse, ese es el primer paso que tienen que dar todos, por eso yo machaco mucho con el tema de ordenar, generar rotación de pastura y dejar lotes descansando un año para que al otro año haya mejores condiciones porque al dejarlo respirar es como que rejuvenece la pastura.
Una vez que vos lograste estabilizar eso, después tenés técnicas para mejorar un poco y dar un saltito par air más arriba. En los campos que son muy arbustizados está la técnica del rolado que permite aplastar y controlar el monte y con las cuchillas que tiene el rolo se produce un efecto de remoción de suelo que activa el banco de semilla, eso hace que un campo degradado mejore.
Además, hay que marcar diferencias, en algunas zonas de Mendoza como por ejemplo el sur o más al límite con San Luis, donde las lluvias que tenemos rondan los 450 milímetros, ahí tenemos la posibilidad de hacer alguna siembra de pasto llorón, que una es una especie exótica. Igualmente es una especie que tiene su variabilidad entre años, porque normalmente necesita entre 500 mm y 550 mm, entonces en una buena primavera vamos a implantar y en una primavera mala no.
Hacia el norte de la provincia, como para hacer una barrera visual, de la ruta siete hacia arriba, podría empezar a funcionar una especie que se llama buffel grass, que es una especie que tolera baja milímetros de agua, pero no tolera las baja temperaturas.
Entonces no tenemos mucho margen de mejorar el pastizal, por eso insisto mucho con el primer paso, que es el manejo de los campos.
También tenemos que definir primaveras y veranos. En la primavera tenemos que hacer foco en que definimos la preñez del animal mientras que en el verano hacemos foco en el destete bien utilizado. De esa forma mejoramos o trabajamos sobre la condición corporal de la vaca para pasar el invierno.
En síntesis, hay que trabajar mirando el pasto, hay que trabajar mirando a la vaca a través de la condición corporal, también llevando un registro.
Es ahí donde debemos estar atentos a los diferentes momentos del ciclo productivo, observando el comportamiento del forraje y del animal en pastoreo.