Qué necesitan la zona Sur y el Valle de Uco para crecer

Desde las Cámaras de Tupungato y San Rafael analizan el panorama agrícola y ganadero de cada zona. El peso de la macro y nuevos desafíos para 2022. Un máster plan para toda la provincia, entre los pedidos.

Qué necesitan la zona Sur y  el Valle de Uco para crecer
Desde las Cámaras de Tupungato y San Rafael analizan el panorama agrícola y ganadero de cada zona. El peso de la macro y nuevos desafíos para 2022. / Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Las cámaras territoriales agrupan a productores, industriales y comerciantes de una zona determinada, lo que les permite tener una visión de distintos niveles en un territorio. Este medio habló con tres cámaras territoriales: una del oasis Sur, otra del Este y otra del Valle de Uco, para ver cuáles son sus desafíos agropecuarios y, de paso, saber qué otra zona (aparte de la suya) creen que tiene buenas oportunidades.

Los entrevistados coincidieron en señalar problemas comunes vinculados a la macroeconomía, como la inflación y la inestabilidad. A esos problemas, que no son nuevos, se suman otros como la profundización de la brecha entre un dólar oficial de algo más de $ 100 y un dólar blue que ya superó los $ 220.

Una asociación territorial es la Cámara de Agricultura, Industria, Comercio y Turismo del Valle de Tupungato. Su presidente, Sebastián Lafalla, destacó que ese departamento y el Valle de Uco se han transformado en “la principal zona agropecuaria de la provincia”, con el crecimiento de proyectos vitivinícolas, hortícolas (en especial, ajo y papa) y frutícolas como durazno industria, cereza y frutos secos.

“La actividad agropecuaria sigue produciendo y generando. Lo que no nos ayuda es la macroeconomía de la Argentina, con una estructura de presión impositiva muy alta y un dólar divisa con el que exportamos a $ 100 mientras que pagamos insumos que van de $ 120 a $ 214″, apuntó Lafalla. Esos problemas y la falta de convenios internacionales, dificultan la competencia con otros países, como Chile.

Para el presidente de la Cámara de Tupungato, “es una brutalidad cuando algunos dicen que la matriz productiva está agotada, porque el mundo nunca va a dejar de consumir alimentos”. El problema, señaló, es la coyuntura macroeconómica que dificulta cualquier tipo de negocio.

En cuanto a ganadería, el Valle de Uco viene creciendo en producción junto con el Sur provincial y el Este, reconvirtiendo algunas tierras con derecho a riego que fueron abandonadas. Para continuar el crecimiento, Lafalla cree que sería interesante poder constituir un mercado ganadero, de modo que si un ganadero necesita dinero fresco no tenga que ir hasta Villa Mercedes (San Luis) para participar de un remate.

Una inversión que viene creciendo en los últimos años son los frutos secos, y el Valle de Uco es el mayor productor nacional de nueces. El presidente de la Cámara de Tupungato, que además de la vitivinicultura trabaja en nogales, consideró que el nuevo sector “se va organizando poco a poco, porque es un producto requerido en el mundo, es una posibilidad de traer divisas reales y genuinas”.

Como ha dicho otras veces Lafalla, se trata de sembrar pesos y cosechar dólares, no al revés: “Nuestro agro entierra dólares en insumos y después cosecha productos en pesos, y encima mal pagados, porque hay productores de uva a los que les pagan con cheques a 6 meses, y ahí la inflación hace perder mucho”. Para él, sería importante trabajar en una política agroexportadora a largo plazo y ganar mercados externos.

La mirada del Sur

En lo que se refiere al oasis Sur, la mirada es distinta según se hable de agricultura, con pérdidas por heladas en esta temporada, o de ganadería, con una buena perspectiva aún con las trabas a las exportaciones. Así lo analiza Nicolás Martínez, empresario de la construcción y actual presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Agricultura de San Rafael (CCIA San Rafael)

“En la parte agrícola, este año tenemos una afectación muy fuerte por heladas en lo que es ciruela y durazno, que afectó también vid y algo de olivo”, comentó Martínez. Eso se suma a un problema estructural de escasez hídrica en sus principales cauces (Diamante, Atuel y Malargüe), un aspecto que pone en dificultades las perspectivas de crecimiento de los distintos productores.

En cuanto a ganadería, la perspectiva para la CCIA San Rafael “es más promisoria, con un franco crecimiento desde hace mucho tiempo”. En Mendoza, se crían 130.000 terneros pero se engordan 50.000 novillos. Los mendocinos comen 400 mil novillos al año, por lo que todavía queda margen para crecer. Esto se podría articular con la producción de alfalfa y maíz.

“Ahí está el desafío de la mezcla de ganadería y agricultura. Hay un círculo virtuoso que se puede trabajar y nuestra Cámara hace mucho foco para aumentar la oferta de forraje local. Repito, esto es posible siempre y cuando dispongamos de agua superficial y subterránea”, comentó Martínez. El forraje tiene más de una cosecha al año y con una espera de inicio de producción mucho menor a la de un frutal.

Para una producción de forraje rentable, es importante vincular a los productores, ya que una superficie de maíz o de alfalfa necesita más superficie que un cultivo tradicional de vid, en especial para trabajar a escala y “repartir” costos fijos como maquinaria. “El desafío es convencer a la gente que tiene fincas semiabandonadas, de agruparse y producir forraje de forma ágil”, comentó el presidente de CCIA San Rafael.

Un último desafío que mencionó Martínez es la formación de clústeres, como el de ciruela para industria o el de frutos secos (ahora una asociación donde también participan productores sanrafaelinos) para “asociar a los integrantes de toda la cadena de valor y a las entidades provinciales”, de modo de tener “un norte hacia donde trabajar, con un mayor conocimiento técnico”.

Además de su departamento, ¿en qué otra región ve oportunidades?

Sebastián Lafalla, Cámara de Tupungato. Mendoza necesita un plan a mediano y largo plazo, con un apoyo público-privado para que sea viable. Hoy en el Norte se desarrollan bien frutos secos como el pistacho y en el Este y el Sur se viene dando una reconversión con la ganadería, pero para eso necesitamos un máster plan donde integremos a todos y tengamos un rumbo claro con intervención y trabajo de todos los actores.

Nicolás Martínez, Cámara de San Rafael. Creo que todo el Este, desde La Paz hasta General Alvear, tienen potencial de desarrollo con ganadería si se materializan los acueductos que están faltando. También creo que Mendoza podría trabajar en el cannabis medicinal. De todos modos, nada de esto se podrá si no se resuelve el tema hídrico. Hay que optimizar el uso del agua, la conducción y el riego intrafinca.

Cómo la Provincia quiere potenciar el agro

Con un nuevo año en marcha, del sector público y el privado proponen distintas acciones para mejorar la realidad del sector agropecuario, incluyendo agricultura, ganadería y sus respectivas industrias. Puntualmente, el gobierno provincial quiere seguir apostando a medidas como Mendoza Activa, el Banco de vinos y el fomento de asociaciones y clústeres, aunque se repiten críticas a la economía nacional.

Desde el Ministerio de Economía provincial, Sergio Moralejo, subsecretario de Agricultura y Ganadería, afirmó que “las principales dificultades están vinculadas a la macroeconomía”, con problemas conocidos: una brecha cambiaria que desincentiva la exportación, una inflación superior al 50% interanual, la falta de acuerdos con otros países, la caída del poder adquisitivo y “altísimas” tasas de interés para créditos.

“Ante eso, ¿qué estamos haciendo desde la provincia? No podemos alterar el tipo de cambio, la materia tributaria nacional ni la política monetaria, pero podemos plantear incentivos como con el programa Mendoza Activa, de reintegro y bonificación fiscal, para que la agroindustria pueda mejorar su eficiencia”, planteó Moralejo.

En su visión, es importante mantener políticas públicas como el seguro agrícola (la provincia subsidia el 90% y cubre hasta $ 40.000 pesos por ha) y la lucha antigranizo, así como quieren trabajar con un sistema de capital de trabajo para productores con contingencias climáticas. También será clave la estimulación de clústeres, asociaciones y cooperativas para integrar a productores.

Otra política más reciente con la que quiere continuar Moralejo es el Banco de Vinos: “La vitivinicultura ocupa prácticamente el 50% de superficie cultivada de la provincia, con cerca de 600 industrias. Los problemas de los precios del vino están vinculados al stock. En 2021 salimos a hacer una oferta junto con el sector privado (para inmovilizar vino), pero el propio mercado consideró que los precios estaban equilibrados”.

En cuanto al financiamiento, la idea en 2022 es continuar trabajando a través del Fondo para la Transformación y el Crecimiento de Mendoza (FTyC), y bonificando tasas con la banca privada. “Eso el año pasado lo hicimos y la industria lo ocupó en su totalidad y este año también lo vamos a hacer en conjunto con nuestro agente financiero, el Banco Nación”, afirmó el subsecretario de Agricultura y Ganadería.

En síntesis, Moralejo se definió como “muy optimista” respecto del agro local porque, a pesar de las dificultades climáticas y económicas, la gente vuelve a invertir: “Soy extremadamente optimista por la conducta de los productores e industriales de Mendoza. Vamos a acompañarlos y daremos la pelea en la Nación con todo lo que podemos para que se arregle la macro”.

Estado y empresa

En los discursos políticos, pero también empresariales, es común oír hablar de la importancia de que el gobierno y los grupos privados trabajen en conjunto. Al respecto, Sebastián Lafalla, presidente de la Cámara de Agricultura, Industria, Comercio y Turismo del Valle de Tupungato, opinó que “la relación con el Gobierno provincial es buena, cuando tenemos algún reclamo nos escuchan”.

De todos modos, Lafalla marcó que “los gobiernos provinciales que no son afines al gobierno provincial no tienen diálogo con éste”, y que los sectores productivos terminan siendo “rehenes de esa pelea política”. En lo que calificó como “una pelea berreta” de la política, el resultado es la caída de productores, mientras que todos (incluyendo gobierno provincial, nacional y privados) deberían trabajar en conjunto.

“El Gobierno provincial ha hecho planes exitosos como el Mendoza Activa, que hay que rescatarlo como muy buena herramienta. Seguimos manteniendo el FTyC que es un ejemplo en Mendoza de política de Estado que funciona bien y presta el dinero que puede a los productores”, reflexionó el presidente de la Cámara de Tupungato.

Por su parte, Nicolás Martínez, presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Agricultura de San Rafael (CCIA San Rafael), opinó que “el diálogo con el gobierno provincial es muy fluido, con un ida y vuelta interesante de ideas”. Coincidió en destacar el programa Mendoza Activa en sus líneas agrícolas y ganaderas, aunque recordó que todavía quedan algunos puntos a mejorar a nivel nacional.

Puntualmente, Martínez se refirió a la necesidad de modificar la ley argentina de emergencia agropecuaria nacional, ya que, “cuando en Mendoza no hay nieve, es igual de grave para nuestra ganadería que cuando no llueve en la Pampa Húmeda”. En ese sentido, cree que se necesita “volumen político” y acompañamiento para que esa ley pueda modificarse, con algunos proyectos presentados.

Sinergia en la ganadería

El sector ganadero provincial es un ejemplo donde trabajan en conjunto empresas privadas y el Estado, con un clúster ganadero que comenzó a formarse en 2012. Se estima que ya se crían 130.000 terneros y se engordan 50.000, con un mercado local que consume 400.000 y que trae la mayoría de otras provincias.

Sergio Moralejo comentó que ese sector hoy crece en calidad y sanidad, y que ya hay cerca de 34.000 hectáreas con forraje, además de que gran parte de la provincia es apta para la ganadería de secano. “Este trabajo lo hacemos en conjunto con la Fundación Coprosamen y con el clúster ganadero, enfocados a la mejora en la calidad”, comentó.

El cierre de exportaciones en 2021, que después derivó en cupos de exportación, dañaron al sector local, que vendía vacas de refugo (que ya no pueden tener crías) a frigoríficos de Córdoba con destino a China. “Eso nos generó una pérdida de aproximadamente de 30% de los valores en kilos que se podían exportar y a su vez generó desincentivo hacia adelante. Esas medidas generan temor”, criticó Moralejo.

En un línea similar, Nicolás Martínez recordó que las inversiones ganaderas requieren de previsibilidad y de un horizonte claro, dado el tiempo que se demora en el proceso de cría y luego de engorde. “Las inversiones de nuestros sectores requieren un horizonte largo, y los vaivenes del país hace que sea difícil proyectar una inversión”, comentó el presidente de la CCIAT San Rafael.

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