El municipio de San Rafael, el INTA Rama Caída y alumnos de la escuela Martín Güemes armaron un invernadero hidropónico para cultivar hortalizas en La Llave. La técnica implica un mínimo uso de agua, reduce los riesgos ante inclemencias climáticas, es más económica y resulta beneficiosa para el cuidado del medio ambiente.
La hidroponia es un método de cultivo que reemplaza la producción sobre suelo agrícola, lo que significa un beneficio en medio de la crisis hídrica que afecta al oasis sur (y a toda la provincia). Ante la escasez de agua, resulta una técnica favorable para el cultivo de hortalizas y, además, por realizarse en invernaderos, reduce el impacto de inclemencias climáticas, como el granizo o las heladas tardías.
El responsable del proyecto por parte del municipio, Jonathan Pugno, destacó que se presentó un proyecto ante el INTA y el grupo de alumnos de la escuela técnica de La Llave fue beneficiado para desarrollar el proyecto. El invernadero, situado en la propiedad del padre de uno de los jóvenes, está casi terminado y en los próximos días se montará el espacio para la producción. Se trabajará, en principio, con hortalizas de hoja (lechuga, acelga y perejil) aunque el objetivo es seguir experimentando y avanzar con otras propuestas.
Apuesta al arraigo
Este proyecto, que tiene su prueba piloto en La Llave, también busca fomentar el arraigo en zonas rurales, hoy afectado por muchos problemas que enfrentan quienes apuestan al agro. En ese sentido, la ingeniera Paula Diez, del INTA Rama Caída, expresó que “este tipo de propuestas buscan financiar emprendimientos productivos para jóvenes (en el caso de La Llave son cuatro estudiantes) y fomentar el arraigo en zonas rurales, ya que muchas veces no advierten motivos para quedarse en su lugar de origen”.
“La hidroponia es una alternativa que tiene muchas ventajas, ya que se usa una solución nutritiva con un mínimo caudal de agua y es una propuesta más tecnológica que no requiere tanto esfuerzo físico, pues se trabaja sobre mesones, parado y sin control de malezas”, explicó la especialista.
Baltazar es uno de los cuatro jóvenes del último año de la escuela Martín Güemes que promueve este proyecto. “Estamos contentos y trabajando mucho. Intentamos fomentar un tipo de cultivo que en la zona es novedoso y tiene ventajas porque permite ahorrar dinero en químicos, combustibles y otros elementos caros y dañinos para el medio ambiente”, resaltó.