Mientras el tiempo corre y se acerca la fecha límite para iniciar una nueva campaña contra la plaga de la “polilla de la vid”, el gobierno mendocino espera por los fondos provenientes de Nación para la compra de los insumos que demandará el operativo.
El plan técnico para poner en marcha el Programa de Control y Erradicación de Lobesia botrana que elaboró el Iscamen, necesita aproximadamente de $3.600 millones para suprimir al máximo posible las poblaciones del insecto en la provincia.
Además, se requieren unos $2.500 millones extras para desarrollar un plan de control que logre sostener la actual situación fitosanitaria, buscando evitar un incremento de las poblaciones de la plaga y su impacto sobre la producción.
Desde el Gobierno mendocino confirmaron que el pedido de los recursos para el programa de control y mitigación de la plaga ya fue elevado a la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, y ahora están aguardando por los fondos.
La lobesia botrana se encuentra presente en unas 135.000 hectáreas de las poco más de 150.000 ha. que hay en la provincia con viñedos.
La fecha límite para lanzar la campaña 2023/24 y que esa efectiva es septiembre, sin embargo en los días previos se debe realizar la licitación y compra de los insumos que además cuentan con un componente que complica el panorama: la mayoría son componentes importados.
Hasta ahora el programa ha permitido sostener un control de la plaga por debajo del umbral de daño económico, es decir, que no implique una merma que genere riesgo en la producción.
Entre las herramientas que se emplearon hasta el momento para un control activo, biológico y de acción preventiva en los diversos oasis productivos de Mendoza, se cuentan asistencia con feromonas para la implementación de la técnica de confusión sexual, asistencia con productos insecticidas específicos para el control con tractopulverizador por parte de los productores.
Además se realiza un servicio de tratamiento aéreo con productos específicos y de bajo impacto ambiental para atacar la plaga también en las propiedades que aún tienen cultivos pero están abandonadas, entre otras.