Ya lo cantaba Carlos Gardel en su tango “Volver”, “que 20 años no es nada” o en este caso 25. Más si hablamos del mundo del vino, donde el largo plazo y la paciencia son dos de las claves del negocio, mientras que la historia y la tradición son dos insignias que marcan el pulso de la industria. Pero en el caso de Viña Cobos 25 años es mucho, más si se ven en retrospectiva. Es que en apenas un cuarto de siglo, la bodega lujanina creada por Paul Hobbs ha logrado convertirse en uno de los referentes de la alta gama de la vitivinicultura argentina, abriéndose paso en base a calidad entre grandes jugadores con ya más de un siglo de existencia.
A la fecha, Paul es el dueño y enólogo de siete bodegas en el mundo. Entre ellas están sus tres bodegas en Estados Unidos, Paul Hobss Winery (1991) y Crossbarn Winery (2000) en Sebastopol, California, y la nueva Hillick & Hobss Estate (2019) ubicada en la región de Finger Lakes, Estado de Nueva York, especializada en Riesling. Además, se cuentan sus cuatro bodegas internacionales en sociedad, que incluyen Viña Cobos, Mendoza (1998); Crocus, Cahors (2011); Yacoubian-Hobbs, Armenia (2014); y Alvaredos-Hobbs, Galicia (2018).
Conocido como el “Steve Jobs del vino”, apodado así por la Revista Forbes, llegó a Argentina en 1988 para trabajar con Chardonnay y Cabernet Sauvignon en Catena Zapata, pero su talento lo llevó a convertirse en uno de los referentes del Malbec argentino, pese a no ser oriundo de nuestro país. Casi diez años desde su arribo, decidió apostar por el país y en 1998 dio vida a Viña Cobos -llamada así por la calle Cobos, lugar donde se ubica la bodega donde Hobbs dio sus primeros pasos en Sudamérica-.
En su aniversario de plata la compañía que hoy cuenta con la sociedad de Molinos Río de la Plata, inauguró su nueva sala de Hospitalidad, con tres pisos con imponente vista hacia el oeste y 900 metros cuadrados cubiertos con siete exclusivas salas de degustación. El espacio estará disponible desde este mes de diciembre de lunes a sábados y contará además con el maridaje de bocados en las degustaciones -que se dictan en español, inglés y portugués- elaborados por Sebastián Weigandt, flamante ganador de una estrella Michelin.
Otro de los grandes atractivos de la propuesta es la incorporación de exclusivas piezas de arte y esculturas de artistas argentinos. Emanuel Céliz y Ana Chaveros fueron los encargados de interpretar el ciclo de la vid y la filosofía de Viña Cobos en obras de importantes dimensiones.
Fue en el marco de la inauguración del espacio que Los Andes pudo charlar con el referente de los vinos de California y Argentina, quien además ostenta el título de elaborar algunos de los vinos de nuestro país más caros y prestigiosos del mercado -pioneros en obtener puntajes perfectos por la crítica internacional y en ingresar a La Place de Bordeaux, uno de los mercados más exclusivos del mundo-. Allí habló de sus logros en 25 años, el potencial del Chardonnay y el Cabernet Franc para posicionar a Argentina más allá del Malbec y los desafíos de la industria de cara al futuro.
- ¿Imaginabas hace 25 años este recorrido con Viña Cobos?
- Nadie llega a estas cosas imaginando lo que podría ser posible, así que es como si tuvieras que pellizcarte para creer lo que pasó. Toda la gente que ha trabajado junta para crear Viñai Cobos, aquí y en todo el mundo, es casi irreal, es difícil de creer de alguna manera lo que la gente puede hacer cuando se une bajo una causa común. Y cuando digo eso, me refiero a personas que tienen diferentes talentos, diferentes experiencias, pero se unen en torno a una causa común, y eso es alentador.
Creo que es mucho, quiero decir, no me siento dueño de esto, me siento como alguien que es parte del equipo. Así es como se crea, pero creo que el crédito es de mucha gente. Así que es difícil expresarlo con palabras, porque es abrumador, pero creo que eso es lo que me hace sentir muy orgulloso de dónde estamos, pero también creo que esto tal vez no sea solo el comienzo, como si simplemente estuviéramos rascando la superficie, pero en cierto modo es, creo que Viña Cobos tiene un gran futuro.
- ¿Cuál es ese futuro de Viñas Cobos?
- Viña Cobos se dedica a traer reconocimiento a Argentina como una de las grandes regiones vitivinícolas del mundo, y por supuesto aquí en América Latina eso ya se entiende, pero aún no tenemos ese reconocimiento en el resto del mundo. Por eso, uno de nuestros objetivos es ser partícipes y ayudar a que Argentina sea reconocida como una de las principales regiones vitivinícolas del mundo.
- Además del reconocimiento mundial, también ha hablado del Chardonnay y el Cabernet Franc. ¿Cuál es el trabajo que se debe hacer con esos varietales?
- Queremos mostrar que Argentina es diversa y tiene un portafolio de amplio espectro, eso también es muy interesante para los bebedores de todo el mundo, pero necesitamos elaborar esos vinos, hacerles conscientes de que esos vinos están disponibles, y ese es el gran trabajo por delante.
Los vinos ahora existen, pero la gente no los conoce, porque la mayoría cuando piensa en Chardonnay, no piensa en Argentina, y si piensa en Cabernet Franc, tal vez piense en alguno de aquí, pero en Estados Unidos o en la mayoría de los demás países no se piensa sobre Argentina. El trabajo es ayudarlos a entender lo que podemos hacer, que no somos sólo Malbec. El Malbec es nuestra variedad distintiva, estamos felices por eso, les agradecemos por eso, pero somos más que eso. Creo que ese es el siguiente paso, pero es mucho trabajo, porque es un cambio de paradigma. Porque cuando la gente está realmente obsesionada no quieren pensar en que Argentina puede hacer un buen Chardonnay. No, no quieren pensar en eso, se quedan con un buen Malbec. Pero cuando lo prueban, piensan, “en realidad me gusta más que Borgoña, o al menos están tan bien como lo mejor de California”. Y tal vez también pueda obtener un mejor valor.
- ¿Hacia dónde deberían apuntar las inversiones en el futuro para lograr eso?
- Creo que ahora simplemente estamos ampliando nuestras propiedades de viñedos y luego mejorando esas propiedades y básicamente mejorando la agricultura. Creo que tenemos todo el conocimiento para la elaboración del vino y ese tipo de cosas. Entonces, en términos de producción o elaboración de vino, somos sólidos, pero ahora estamos en el proceso de ampliar nuestras participaciones y mejorar la calidad de nuestros viñedos.