Paso a paso: cómo sembrar frutillas en maceta o en el jardín

Claves para cultivar este delicioso fruto, rico en vitamina C, en tu hogar y en poco espacio, a partir de semillas o plantines

Paso a paso: cómo sembrar frutillas en maceta o en el jardín

Habitualmente, cuando se empieza a planear tener una pequeña huerta en casa, se piensa en aromáticas o en algunas verduras de hoja. Los más osados, se plantean tener tomates, berenjenas o zapallos. Pero… ¿frutillas? Sí, se pueden plantar en maceta, porque no necesitan de gran profundidad de tierra. Aquí te contamos los pasos a seguir.

Para obtener las plantas se puede optar por dos métodos: plantar la semilla hasta lograr los plantines o comprar éstos directamente y trasplantarlos. En Infocampo advierten que, si se quiere iniciar el proceso desde la semilla, se debe tener en cuenta que la mayoría de las frutas que se venden en el mercado son híbridas y no germinan adecuadamente (las semillas son esos puntitos que se aprecian en la parte externa del fruto maduro). Por eso, recomiendan comprar las semillas aptas para cultivo.

Semillas

El momento adecuado para sembrar las semillas es entre fines del verano y principios del otoño. Algunos aconsejan colocarlas en la heladera unos días antes de plantarlas, para que perciban que pasó la época de frío y reaccionen con más facilidad. Se deben utilizar recipientes con agujeros en el fondo (para que drene el exceso de líquido), colocar un sustrato con casi 50% de humus de lombriz y, una vez que se esparcieron las semillas, aplicar un centímetro más de sustrato por encima.

Como la germinación de las semillas de frutilla es complicada, conviene sembrar bastantes más del número de plantas que se quiere obtener. Y como necesitan de un ambiente húmedo y mantenerse a una temperatura de entre 18 y 25°, puede ser útil utilizar un invernadero o alguna estructura que funcione de esta manera. Cuando los plantines alcanzan los cuatro o cinco centímetros de altura, se pueden trasplantar a pequeños recipientes individuales.

Plantines

Ya sea que se hayan obtenido a partir de la semilla o comprado directamente, la época ideal para trasplantar los plantines a su ubicación definitiva es la primavera. Como las frutillas son plantas rastreras, no requieren de una gran profundidad de tierra, por lo que se pueden plantar en macetas pequeñas, de unos 10 centímetros de alto. Sí se debe guardar una distancia de 20 centímetros entre plantas.

Al igual que con las semillas, la tierra tiene que ser rica en materia orgánica, por lo que se aconseja que la tierra esté compuesta en una tercera parte de humus de lombriz. Y es importante que la maceta tenga un buen drenaje para evitar problemas de exceso de humedad. Pero sí necesitan que el sustrato esté siempre húmedo, por lo que, cuando hace mucho calor, se deben regar dos o más veces al día.

Antes de colocar los plantines, se aconseja cortar las raíces si son más largas que el brote en sí y separarlas al enterrarlas. Se debe elegir una ubicación de semisombra, sin sol directo en las horas de mayor incidencia.

Dependiendo las condiciones de crecimiento de las plantas, las frutillas estarán maduras desde finales de la primavera hasta otoño; aunque habitualmente las producciones más abundantes se dan al final del verano. Entonces, podrás disfrutar del exquisito sabor, con muy pocas calorías, como también de sus propiedades: alto contenido de fibra, vitamina C, antioxidantes, potasio, ácido fólico y minerales.

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