Miguel Ángel Fernández: “Este año vamos a necesitar 150 personas más desde noviembre en adelante”

El productor agrícola, de tercera generación, ha consolidado su empresa mediante innovación y el uso de la tecnología, diversificando cultivos con altos estándares de calidad y miras a mercados internacionales.

Miguel Ángel Fernández: “Este año vamos a necesitar 150 personas más desde noviembre en adelante”
Fernández se crio bajo la tutela de su tío Federico Vargas, un agricultor que le enseñó los principios fundamentales de la actividad. "Aprendí todo de mi tío. Era un maestro en la chacra", recuerda.

Miguel Ángel Fernández es productor agrícola de tercera generación, si bien nació en Tucumán su actividad la desarrollo en Mendoza. Con los años, ha logrado consolidar “dando pasos sobre seguro” su empresa MAF en un mercado que es altamente competitivo, gracias a su enfoque basado en la innovación tecnológica y a la diversificación de los cultivos.

A los 9 años, luego de la muerte de su padre, llegó con su mamá y hermanos a la casa de un tío en Colonia Bombal, a partir de allí Fernández ha forjado una carrera agrícola, venciendo numerosos desafíos y trazando un camino de crecimiento mientras proyecta comercializar, a corto plazo, aumentar los envíos de productos a mercados internacionales.

Por sus estándares de calidad, Fernández es proveedor de zanahorias y cebollas a plantas agroindustriales de empresas muy reconocidas, como Unilever, Arcor y Molinos. “Tienen exigencias muy altas de calidad, yo creo que hoy Arcor por sus requerimientos aumentó los estándares de calidad frente a su competencia; hoy tenemos auditorías periódicas para certificar nuestros procesos y cumplir con los requerimientos que fija la empresa a sus proveedores”.

Con raíces en el campo

La historia de Fernández está profundamente arraigada en el campo. Su llegada a Mendoza ocurrió después de una tragedia familiar, cuando su padre falleció en un accidente. Su madre, junto a sus cinco hijos, decidió trasladarse a Mendoza, donde Fernández se crio bajo la tutela de su tío Federico Vargas, un agricultor que le enseñó los principios fundamentales de la actividad. “Aprendí todo de mi tío. Era un maestro en la chacra”, recuerda.

Desde los 12 años, Fernández comenzó a trabajar en el campo, y a los 20 años ya se había involucrado de una más profesional en la actividad. A lo largo de su vida, ha mantenido la convicción de que para sobresalir en esta profesión, es necesario comenzar desde una edad temprana. “En la agricultura, si queres ser bueno, tenes que empezar desde chico, como un piloto de Fórmula 1 o como un futbolista”, comenta. Esa dedicación es lo que ha permitido a Fernández liderar hoy una empresa de la magnitud de MAF.

La expansión como estrategia

Con sede en Rodeo del Medio, la empresa de Fernández cultiva tierras en diversas zonas de Mendoza, como el Valle de Uco, Lavalle y también Anchoris. La diversificación de las tierras ha sido una de las estrategias más efectivas para mitigar los riesgos climáticos, como lo demuestra el caso de las últimas tormentas de granizo que afectaron a numerosos productores el año pasado. “Si nos hubiera golpeado en dos fincas, nos habríamos quedado sin nada”, explica Fernández. Sin embargo, gracias a la dispersión de sus terrenos, pudo salvar parte de la cosecha y evitar una crisis económica.

Esta diversificación no solo le ha permitido enfrentar desafíos climáticos, sino también intensificar los cultivos como zanahorias, cebollas y ajo, productos que actualmente están destinados tanto al mercado local como a la exportación. “Este año vamos a necesitar 150 personas más desde noviembre en adelante”, comenta Fernández, quien resalta que la temporada de trabajo intensivo comenzará con el ajo.

“Nosotros cultivamos zanahorias, pero también cultivamos cebolla para exportar. Además, este año hemos comenzado con el ajo. Vamos a cosechar a finales de octubre y el proceso empieza a partir de esa fecha, por eso vamos a necesitar más mano de obra “, puntualiza.

Innovación tecnológica y sostenibilidad

Uno de los pilares del éxito de MAF ha sido la incorporación de tecnologías avanzadas en los procesos agrícolas, especialmente en lo que respecta al riego. Mendoza es una región donde el agua es un recurso escaso, por lo que la eficiencia en su uso es fundamental para la sostenibilidad de cualquier unidad agrícola. En este sentido, Fernández ha implementado sistemas de riego por goteo y con Pivote central en sus fincas, aunque también recurre al riego tradicional por surco e inundación en terrenos alquilados.

“La tecnología es clave para mejorar la productividad y la eficiencia en el uso del agua”, afirma Fernández. Quien, destaca la importancia de las semillas híbridas de zanahorias, que le permiten obtener mejores rendimientos, de 100 toneladas por hectárea, y productos de mayor calidad.

Esta apuesta por la tecnología no es reciente; de hecho, en 2002 tuvo la oportunidad de viajar a los Estados Unidos, donde fue testigo de los avances tecnológicos aplicados en la agricultura de la costa oeste de California. Ese viaje fue decisivo en su enfoque hacia la innovación aplicada al agro. “Aprendí mucho en ese viaje. Me di cuenta de que, en la agricultura, como en todo, hay que estar atento a lo que hacen los demás y siempre tratar de mejorar”, señala.

La industrialización de zanahorias

Entre los proyectos más ambiciosos de Fernández se encuentra la construcción de un lavador de zanahorias, una infraestructura que optimizará la calidad del producto final y le permitirá cumplir con los estándares de calidad de los mercados internacionales. Este proyecto, que inició en 2014 en Rodeo del Medio, está en su fase final, y Fernández espera inaugurarlo en los próximos meses. “Si Dios quiere, vamos a inaugurar un lavador modelo de zanahorias. Lo empecé en 2014, y en unos meses lo tendremos listo, después de 10 años de trabajo; siempre hemos preferido avanzar sobre seguro”, comenta.

Este lavador de zanahorias no solo agregará valor a la producción, sino que también será fundamental para la expansión de MAF hacia mercados internacionales, un plan que contempla en una primera etapa los países limítrofes y, a un futuro no muy lejano, la costa oeste de Estados Unidos. “Queremos llevar nuestras zanahorias a Estados Unidos. Ese es el objetivo a largo plazo”, afirma, mientras piensa en cerrar el círculo

Para Fernández, el mercado estadounidense representa una oportunidad única, aunque reconoce que será un desafío cumplir con los estándares de calidad que exige este mercado. Según Fernández, la clave para poder ingresar al mercado de Estados Unidos será continuar implementando las buenas prácticas agrícolas que han caracterizado a su emprendimiento a lo largo del tiempo. “Queremos que nuestras zanahorias sean aptas no solo para las familias argentinas, sino también para los consumidores de otros países”, explica.

Al frente de la empresa MAF, Bruno y Miguel Ángel Fernández continúan ampliando los horizontes del proyecto agrícola familiar.
Al frente de la empresa MAF, Bruno y Miguel Ángel Fernández continúan ampliando los horizontes del proyecto agrícola familiar.

Aumento de los despachos

El mercado argentino tiene una demanda específica de zanahorias “de tipo Nantesa, cilíndricas y de tamaño moderado, que es precisamente el tipo de zanahoria que MAF produce utilizando semillas híbridas”. Esta demanda, tanto a nivel local como internacional, ha llevado a Fernández a ser optimista respecto al futuro de su empresa, confiando en que es un “paso firme” seguir apostando por el desarrollo y por la ingeniería aplicada.

“Yo tuve la suerte de que una empresa estadounidense me invitara en 2002 a los Estados Unidos. Recorrí parte de la costa de California, y eso me abrió la mente. Debemos estar atentos a lo que los otros hacen. Eso me enseñó mucho y he aplicado muchas de esos aprendizajes aquí en nuestras fincas”, una etapa que consideró apalancó la expansión de MAF, para consolidarse como un actor clave en el sector agrícola argentino.

A pesar de los avances logrados, Fernández no deja de señalar los desafíos que enfrenta la industria agrícola en Argentina. En este sentido, le pidió al gobierno para que brinde un entorno propicio para el crecimiento del sector, especialmente en términos de exportaciones. “Ojalá que Dios nos ilumine como país y tengamos la oportunidad de trabajar en paz durante los próximos 20 años. Lo único que pedimos es que nos dejen trabajar y exportar, porque el potencial de Argentina es enorme”, concluye.

Con una visión clara hacia el futuro y un fuerte compromiso con el desarrollo, Miguel Ángel Fernández sigue trabajando para llevar a MAF a nuevas alturas, consolidando su posición como un referente en la agricultura mendocina y apostando por el crecimiento sostenido en un mercado cada vez más globalizado.

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