Una encuesta solicitada por Coninagro reveló que más del 80% de los productores agropecuarios del país fueron afectados por la sequía y las heladas entre otras contingencias climáticas, con pérdidas que rondaron el 90%, en promedio. Mendoza y Entre Ríos fueron los distritos más perjudicados.
Además, más del 70% de los productores consultados afirmaron que la respuesta gubernamental ante tamaña crisis productiva fue mala o muy mala.
La crisis productiva en números
En el marco de acciones de identificación de la realidad productiva de sus asociados, Coninagro realizó un estudio orientado a diagnosticar cuál es el estado de situación del sector en el marco de un año muy desafiante desde lo climático.
La encuesta “Una mirada sobre la realidad productiva en un año climáticamente desafiante”, fue realizada por Synopsis entre 500 productores agropecuarios de distintas zonas del país. El estudio arrojó que las inclemencias climáticas afectaron severamente a las explotaciones.
Según los datos del sondeo que presentó el director y analista político Lucas Romero ante la comunidad de Coninagro, el 85,7% de los productores encuestados manifestó haber sido perjudicado por la sequía.
Esos niveles de afectación varían según la provincia. Las jurisdicciones de la Pampa Húmeda fueron las más castigadas por las inclemencias, donde los niveles de afectación ascienden por encima del 90%.
Tanto en el sector productor de granos como en el sector ganadero bovino señalaron haber sido afectados por la sequía en un 96,5% y en un 93,9% respectivamente.
En tanto un 40,7% de los productores consultados también señalaron haber sido afectados por las heladas, particularmente por la ocurrida a mediados de febrero, que por su profundidad y anomalía produjo tanto daño como la sequía.
Cosecharon menos de lo esperado
Todos los sectores se vieron afectados por las heladas, pero por sobre todo el sector vitivinícola con un 98,6% de productores afectados. Pero también fue un evento climático que afectó al sector frutícola y hortícola.
Entre las principales consecuencias de la sequía, el 68% mencionó que cosechó menos de lo esperado, mientras que otras afectaciones señaladas fueron: la necesidad de asumir más gastos operativos (33%), la necesidad de tomar más deuda de lo planificado (33%), la necesidad de postergar inversiones (33%).
Del total de productores consultados, el 62,4% señalaron que su producción bajó un 50% o más en relación a la campaña anterior.
En Entre Ríos por el lado agrícola y en relación a la sequía, y en Mendoza por el lado vitivinícola y en relación a las heladas, se registraron los niveles más altos de pérdida de producción en relación a la campaña anterior.
Hubo una “mala o muy mala” respuesta gubernamental
Al ser consultados sobre las respuestas oficiales para asistir al campo, el 76,8% de los productores señaló que su provincia declaró la emergencia en virtud de la situación productiva provocada por el clima. En ese universo, el 48,2% respondió que tramitó el certificado de emergencia y del 51,8% que no lo hizo, un 50% manifestó que lo hará en el futuro.
Pero más allá de la declaración de emergencia, el 71,5% de los productores manifestaron percibir una mala o muy mala respuesta gubernamental frente a la sequía que afectó al sector productivo. En la Provincia de Buenos Aires y en la Provincia de Santa Fe fueron donde se registraron las críticas más marcadas al accionar provincial frente a la situación.
“Un aspecto que pudiera profundizar el malestar que el sector viene teniendo en el modo en que los gobiernos provinciales acompañan al sector productivo, en un contexto de permanentes cambios en las reglas de juego, de alta presión impositiva pero de una ayuda deficiente del Estado cuando el sector se ve afectado por circunstancias climáticas como las que acontecieron durante esta campaña”, sostuvo Elbio Laucirica, presidente de Coninagro