Mario González: “Es crucial que el tipo de cambio se mantenga competitivo”

El presidente de la Coviar habló sobre la situación de la vitivinicultura en Argentina y la visión a largo plazo. Qué se puede esperar en 2024.

Mario González: “Es crucial que el tipo de cambio se mantenga competitivo”
Mario González Presidente de la Coviar

El presidente de la Coviar, Mario González, encaró un año complicado. Tras las heladas que diezmaron la producción primaria en 2023, la discusión sobre las retenciones fue un eje central del trabajo para la Corporación. Con su primer año de gestión terminando, el riojano habló con Los Andes sobre la situación de la industria y los desafíos que deberán enfrentar.

Viñedos, imagen ilustrativa. Foto: Marcelo Rolland / Los Andes
Viñedos, imagen ilustrativa. Foto: Marcelo Rolland / Los Andes

-¿Cómo evalúa el primer año de gestión en Coviar?

-En general, el primer año fue desafiante para la vitivinicultura en su conjunto, ya que enfrentamos dificultades en los tres principales aspectos del sector: la producción primaria, el mercado interno y el mercado externo. En cuanto al COVIAR específicamente, fue un año de mucho trabajo y esfuerzo. Nuestra meta siempre ha sido trabajar a largo plazo, sin embargo, la coyuntura política y económica a menudo nos obliga a lidiar con cuestiones más inmediatas, como las retenciones.

Logramos eliminar las retenciones en la primera mitad del año, lo que fue un gran logro para el sector. Sin embargo, en diciembre hubo un intento de reintroducir estas medidas, lo que nos llevó a redoblar nuestros esfuerzos para proteger el mercado externo, que es un eje estratégico para nosotros. A pesar de estas dificultades, hubo avances significativos en otras áreas. Por ejemplo, se hizo mucho trabajo en promover el enoturismo y avanzar en iniciativas de sostenibilidad. Además, seguimos apostando por la promoción del mercado externo, a pesar de los desafíos que enfrentamos en el 2023.

- ¿Y para este año qué se plantean?

- A pesar de los obstáculos, somos optimistas sobre el futuro. Continuaremos trabajando arduamente para promover la industria vitivinícola y defender nuestros intereses, tanto a nivel nacional como internacional. Estamos comprometidos con impulsar el enoturismo, promover prácticas sostenibles y expandir nuestros mercados de exportación. Con determinación y colaboración, confiamos en que podemos superar los desafíos y seguir creciendo como sector.

Sin duda, uno de los hitos más importantes de este año fue la eliminación de las retenciones, lo cual fue histórico para nuestro sector. Sin embargo, ahora estamos enfocados en otras cuestiones. Desde un punto de vista estratégico, lo que más necesitamos es previsibilidad y reglas claras a largo plazo. Estas son las bases necesarias para poder desarrollar nuestros planes a largo plazo y trabajar de manera coherente.

En cuanto al mercado externo, es crucial que el tipo de cambio se mantenga competitivo y que la brecha cambiaria se reduzca o desaparezca definitivamente. Esto nos permitirá ser más competitivos económicamente en comparación con otros países. Tenemos la ventaja de contar con una industria vitivinícola de alta calidad y un conocimiento técnico sólido, producto del esfuerzo realizado en las últimas décadas para posicionarnos en el mercado mundial. Sin embargo, aún queda mucho por hacer, especialmente en términos de negociaciones internacionales y acuerdos comerciales que nos permitan competir en igualdad de condiciones con otros países.

- Pero cuando se plantearon acuerdos de libre comercio en el pasado no todos estuvieron de acuerdo y Coviar se dividió...

- Es cierto que en Coviar existe una diversidad de intereses y opiniones respecto a temas como los acuerdos comerciales. En nuestra mesa de trabajo, discutimos y negociamos para encontrar puntos en común. Es importante reconocer que los acuerdos deben ser recíprocos y beneficiar a todas las partes involucradas. Por eso, es fundamental que haya consenso dentro de la industria para avanzar en estas cuestiones.

En Coviar, trabajamos en una mesa donde todos los actores relevantes están representados y se discuten los temas de interés para el sector vitivinícola. Durante las negociaciones sobre el acuerdo con la Unión Europea, se evaluaron las distintas posturas y se buscaron puntos en común. Si bien puede haber diferencias de opinión, nuestro objetivo es encontrar soluciones que beneficien a toda la industria y promuevan el desarrollo del sector en el mercado internacional.

- ¿Qué ocurrió con los fondos del BID destinados al segundo Proviar 2 y su ejecución?

-Los fondos del BID fueron asignados a unidades subejecutoras del INV, y nosotros participamos en una mesa de comisión para la evaluación y aprobación de proyectos, junto con el INTA. Aunque no se ejecutó nada específicamente hacia el proyecto en sí, se logró avanzar en la transferencia de los fondos hacia Argentina. Actualmente, hay 8 millones de dólares depositados en el país, exclusivamente destinados a la ejecución del proyecto. Se han realizado reuniones con autoridades del INTA y del COVIAR para coordinar la ejecución de esta primera etapa del proyecto, y estamos trabajando para asegurar el éxito de su implementación en los próximos meses.

- ¿Cuáles son los próximos pasos en la ejecución del proyecto?

-Los próximos pasos incluyen la implementación efectiva del proyecto, asegurando que los fondos se utilicen de manera eficiente y en línea con los objetivos establecidos. Estamos comprometidos en trabajar en conjunto con el INTA y otras instituciones para garantizar el éxito de esta iniciativa en beneficio de toda la industria vitivinícola argentina.

- ¿Podrías mencionar algunas de las demandas específicas que el sector vitivinícola está planteando al gobierno?

- Algunas de las demandas específicas incluyen la necesidad de políticas que promuevan la inversión en tecnología e innovación, medidas que fomenten el desarrollo del enoturismo, y políticas comerciales que impulsen nuestras exportaciones y nos permitan acceder a nuevos mercados. Además, estamos buscando incentivos para la producción sustentable y la implementación de prácticas agrícolas responsables que protejan nuestro medio ambiente y nuestros recursos naturales.

- La caída del consumo de vino en el mercado interno, que alcanzó los 16 litros por cápita el último año, ¿Cuánto te preocupa?

- Nos preocupa mucho, ya que esta tendencia no es exclusiva de Argentina, sino que se observa a nivel mundial. Hay varios factores que influyen en esta caída. En particular, durante el año 2023 y los últimos meses, la pérdida del poder adquisitivo de la gente ha sido una causa primordial. La dificultad para acceder a un producto que no es de primera necesidad ha impactado significativamente en el consumo de vino.

Además, hemos observado un cambio en los hábitos de consumo, donde los consumidores están optando por otras bebidas que compiten con el vino. Esto requiere que la industria vitivinícola se adapte rápidamente a las necesidades del consumidor. Estamos trabajando en la evaluación de estos temas a través de jornadas estratégicas y del Programa Estratégico Vitivinícola (PEVI).

- Recientemente se publicó un informe sobre el estado de la superficie cultivada de vid, que señala la pérdida de 2000 hectáreas. Además, se destaca que la cantidad de viñedos se ha concentrado en un 60%, ¿Cómo están interpretando ustedes esta situación? ¿Creen que la viticultura está tendiendo hacia un modelo más concentrado por razones de rentabilidad?

- Es cierto que la agricultura en general tiende hacia un modelo más concentrado, pero la viticultura ha sido una excepción dentro del panorama agrícola argentino. Hasta ahora, ha estado diversificada y distribuida en muchas provincias y sectores, con la presencia de pequeños productores y un fuerte sistema cooperativo. Sin embargo, debido a la falta de integración del sector primario, algunos pequeños productores enfrentan dificultades para mantenerse en el negocio.

Factores como la falta de acceso al agua y los altos costos energéticos pueden hacer que la rentabilidad disminuya para estos productores, lo que eventualmente podría llevarlos a abandonar la actividad. Esto, combinado con la concentración de la tierra en manos de menos personas, podría conducir a una mayor centralización en el sector.

Nuestra preocupación radica en evitar esta concentración y preservar la diversidad de la viticultura argentina, que actualmente involucra a alrededor de 17,000 productores y 900 bodegas. Creemos que es fundamental proteger y apoyar a estos pequeños productores para mantener viva la rica tradición vitivinícola de Argentina y evitar que la industria se concentre en manos de unos pocos.

- ¿Qué medidas proponen ustedes para mantener esta diversidad y apoyar a los pequeños productores?

-Creemos que es necesario implementar políticas que brinden apoyo financiero y técnico a los pequeños productores, así como incentivos para promover la integración del sector primario y mejorar la eficiencia en la producción. Además, es importante trabajar en la gestión sostenible de los recursos hídricos y en la reducción de los costos energéticos para hacer que la viticultura sea más accesible y rentable para todos los involucrados.

También abogamos por el fortalecimiento del sistema cooperativo y la promoción de asociaciones entre pequeños productores para que puedan compartir recursos y conocimientos, y enfrentar los desafíos de manera conjunta. En resumen, creemos que es fundamental preservar la diversidad y la distribución equitativa de la viticultura argentina para garantizar un sector próspero y sostenible a largo plazo.

- ¿Qué ocurrió durante este año en cuanto a relaciones con las bodegas argentinas?

- No, las relaciones con las bodegas argentinas son positivas. Hemos tenido varias reuniones y acercamientos. Respecto al Centro de Bodegas Minoristas, nunca se fueron completamente de Coviar. Si bien pueden haber faltado a algunas reuniones, siguen siendo parte importante de la viticultura. Este año esperamos que se resuelvan completamente esos temas pendientes, ya que son una parte esencial de nuestro sector. Aun así, es importante destacar que hemos mantenido conversaciones con otras instituciones de diferentes provincias, como San Juan, Salta, Jujuy, Córdoba, Santa Fe, La Pampa y el Sur, quienes participan activamente en nuestras reuniones y contribuyen al debate y la toma de decisiones.

La diversidad de opiniones y la participación de distintas entidades son fundamentales para planificar a largo plazo en el sector vitivinícola. Si solo una parte tiene voz en las discusiones, es probable que no se tomen decisiones acertadas. Por eso, es importante tener contrapeso y seguir buscando consensos entre todos los actores involucrados.

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