La falta de lluvias ha perjudicado al sector ganadero que, de acuerdo con Marcelo Montoya, productor de la zona Este y presidente de Coprosamen (Comisión Provincial de la Sanidad Animal Mendoza), venía creciendo gracias a diversos programas bien aplicados.
En este contexto, se podrían reducir el stock ganadero en más de 100 mil cabezas de ganado, un número que será difícil de recuperar, y para el que se requerirán al menos cuatro años, o lo que tarde un ciclo completo de cría y recría.
No obstante, Montoya se mostró optimista con respecto al potencial ganadero en Mendoza, teniendo en cuenta que el sector abastece solo el 10% de lo que se consume en la provincia.
-¿Cómo se encuentra el sector ganadero mendocino?
-La sequía que se está registrando en toda la provincia, desde el verano, y que ha continuado con la escasez de lluvia del invierno provoca que falten pasturas tanto en el Sur como en el Norte de la provincia. Además, en Malargüe, las nevadas abundantes están aislando a alguno productores, y se pierden animales.
Es un año bastante complicado, en algunos lugares por exceso de nieve, y en otros por falta de pastos. Se va a reducir sensiblemente el stock ganadero, porque los productores están tratando de vender lo que no pueden alimentar.
-¿Y eso repercute en los precios que se pagan al productor?
-La demanda de hacienda ha ayudado bastante a sostener los precios, y se han dado aumentos progresivos. Esa es una buena noticia, por lo menos, han logrado vender a buenos precios. El problema es que las vacas de cría, o futuras madres para la producción se pierden, y va a ser difícil rehacer el stock.
En sequías anteriores, como la que vivimos hace siete u ocho años atrás, cuando las vacas estaban delgadas se afectó también el precio, había poco valor para esos animales. Este año, gracias a las exportaciones a China principalmente, y a los frigoríficos que comercializan la hacienda, se sostuvo.
-¿Cuánto tiempo se requiere para completar un ciclo?
-Se necesitan alrededor de cuatro años para volver a armar un stock de cría nuevamente. Una ternera alcanza la madurez o el estado de preñez a los tres años, 9 meses tarda en tener un ternero, y a los 6 meses lo desteta, para tener un ternero que será un futuro novillo para engordar. Por eso, no menos de cuatro años.
-¿Cuál es el saldo que cabe esperar para esta temporada?
-La ganadería de Mendoza venía creciendo, y se ha mantenido el engorde bajo riego, pero la ganadería de cría en el secano (90% del total) se ha visto disminuida por la sequía, y los productores han tenido que achicar sus stocks a la mitad de lo que tenían en vacas y vaquillonas.
La provincia cuenta con alrededor de 500 mil cabezas y estamos calculando que, tal vez, la caída supere las 100 mil cabezas para la próxima temporada. Han ido saliendo hacia distintas provincias por falta de pastos, se venden en remates o se trasladan.
El stock que contamos se obtiene con el número total, vacas, vaquillonas, toros. Se considera el número que se vacunó el año pasado, todos esos animales tienen vacuna de aftosa y las hembras para brucelosis también, y el registro nos da el stock.
-¿A qué se debió el crecimiento de los años anteriores, y qué podría colaborar a que el sector se recupere?
-Los distintos planes ganaderos que se realizaron desde la provincia fueron beneficiosos para la actividad, la mayoría canalizados desde nuestra Fundación. Los planes de destete precoz, o vaca y toro, son algunos ejemplos, junto con la ley de promoción de engorde bajo riego, por la que el productor recupera la inversión según los kilos producidos.
Todo eso ha sido fundamental para incrementar el interés del productor por apostar a la ganadería.
Cuando hay buenas lluvias, además, la ganadería de zonas áridas y semiáridas como la nuestra crece. Y con el aumento de la agricultura en la Pampa Húmeda, se beneficia toda la periferia, en donde se encuentra Mendoza, pero también mucha ganadería se ha ido al Norte del País.
-Y, ¿qué se puede hacer para paliar situaciones como la actual?
Lo que se puede hacer es priorizar a los pequeños productores, y junto a los municipios estamos haciendo foco en el sector caprino, que es el más minifundista que existe. Asitiéndolo con alimento balanceado a través de la Dirección de Ganadería, y distribuyéndolo en o sectores más carenciados que no encontrarían otra forma de subsistir.
Pero es muy poco lo que se puede cubrir, porque el costo sería muy grande y la logística muy difícil para llegar a todo el territorio provincial. La sequía afecta a todos los productores en general, sin lluvia no hay alimentos, y cada uno en la medida en la que pueda deberá reducir el plantel para no perder todo.
-¿La pandemia tuvo algún efecto para la ganadería local?
-El campo está totalmente aislado de los conglomerados urbanos, la pandemia no llega ni se siente en estos sectores. La gente trabaja a cielo abierto y no hay mucha comunicación, ni aglomeración.
Y en cuanto a la comercialización, se adaptó la realidad a los remates televisados por internet y la tecnología permitió salvar temas de concurrencia de productores a los remates, sin mayores problemas.
-¿En qué lugar se ubica Mendoza, en el mapa ganadero del país?
-Hay provincias que tiene mucha producción, principalmente en la zona de la Mesopotamia, y Mendoza debe estar en el sexto lugar (con 3.000 unidades productivas), pero tiene un futuro muy amplio, solo hay que ir reformando los cultivos que no han tenido éxito acá, hacer pasturas bajo riego, y que se pueda hacer engorde.
El mercado local consume solamente el 10% de lo que se produce acá, el 90% restante se importa faenado de otros puntos de la Argentina. Tenemos un techo muy alto para crecer. Teniendo buenas lluvias, produciendo pasturas, alimentos para el ganado, se puede aumentar en gran parte el abastecimiento interno.
-¿Qué se puede destacar, y qué le falta al sector para crecer?
-Los acueductos, especialmente en la zona Sur han beneficiado a muchos campos que no tenían agua apta para el ganado. Llevando agua se optimiza mucho el trabajo y se pueden tener más animales por hectárea. Esas son obras que ayudan a la ganadería, principalmente si se tiene en cuenta la red de acueductos que el clúster ha diseñado tanto para el Norte como para el Sur, que serán muy beneficiosos.
En segundo lugar, se requieren caminos aptos, y mayor conectividad. De la ruta 7 hacia el norte, se está reclamando mayor conectividad, porque desde el cierre de la empresa Nextel se perdieron frecuencias en esa zona, y hacia el límite con San Juan se pierde toda conexión. En algunas partes del Sur también el mantenimiento de caminos es deficitario, y eso complica que se pueda sacar la producción, que se pueda entrar y salir de los campos para incrementar el ganado, o para la venta anual de terneros.
Marcelo Montoya: es delegado de Coprosamen por Santa Rosa, y ejerce la presidencia de la entidad desde hace dos periodos consecutivos (más de nueve años). Es productor ganadero también se dedica a “todo el ciclo completo”, cría en la provincia de Mendoza, recría en San Luis, y Faena y venta al público. Al frente de Coprosamen trabajó para “conseguir beneficios para todos los productores, especialmente para los más chicos”, y su anhelo es que la Fundación logre conseguir más fondos.
Perfil
Marcelo Montoya: es delegado de Coprosamen por Santa Rosa, y ejerce la presidencia de la entidad desde hace dos periodos consecutivos (más de nueve años). Es productor ganadero también se dedica a “todo el ciclo completo”, cría en la provincia de Mendoza, recría en San Luis, y Faena y venta al público. Al frente de Coprosamen trabajó para “conseguir beneficios para todos los productores, especialmente para los más chicos”, y su anhelo es que la Fundación logre conseguir más fondos.