Desde el punto de vista de Fabián Fusari, presidente de la Asociación de Productores, Empacadores y Exportadores de Ajo, Cebollas y Afines de la Provincia de Mendoza (Asocamen) e ingeniero agrónomo, el hecho de que la temporada que finaliza no haya resultado con los tamaños de cabezas de ajo esperados como consecuencia de los fríos intensos que afectaron el desarrollo fenológico de los cultivos, presenta algunas alternativas.
Es que si bien el año que finalizó trajo aparejado un alto volumen de cabezas de tamaño más pequeño, sucedió que el mercado mundial se encontró con desabastecimiento de esta hortaliza. Esto ha implicado que haya sido posible que sean aceptados ajos con un menor calibre, de entre cinco y diez milímetros menos a lo establecido de manera habitual.
“También existe la posibilidad que abre la industria del ajo pelado que va creciendo en el mundo. Se suma, además, la industria del ajo para pasta, y también existe un mercado importante para los calibres 35 o 45, que sería un calibre 4 que le llamamos nosotros, para Centroamérica”, aclaró Fusari y detalló que los países de Centroamérica consumen ajos pequeños. “Hubo posibilidades de ubicar ese ajo en ese destino como así también en Taiwán, que demanda ajo de 35 o 45 mm”, precisó.
Mejorar el período de precosecha
En un contexto donde los rendimientos por hectárea han sido bajos en relación con los costos, los desafíos que se plantean para la próxima temporada implicarán así mejorar los rendimientos y lograr alta calidad en los suelos, de manera que sea posible mejorar el período de precosecha. En ese sentido, el ingeniero agrónomo destacó que, por ejemplo, aquellos ajos que “se manchan por carbonillas son comestibles, pero el único problema que tienen es que visualmente no se ven tan bonitos porque lucen manchados y eso hace que su valor en el mercado sea más bajo”.
Otro desafío consiste en apelar a desafíos que permitan bajar los costos y al mismo tiempo, eficientizar los recursos. En ese sentido, Fusari destacó que en la actualidad en el mercado europeo se va produciendo la inserción permanente, aunque en ese caso por ejemplo, tienen un cupo de ajo que es importado desde China y también se ingresa esta hortaliza proveniente de Turquía, México, Perú y Marruecos.
En ninguno de los casos, aclaró el ingeniero agrónomo, las cabezas de ajo presentan la calidad que tienen las que se cultivan en Argentina. “Pero son contenedores, ya que que por una cuestión de menores precios, van quitándole una parte del ajo que se podría mandar desde aquí”, aseguró Fusari al detallar que es fundamental buscar formas de bajar los costos.
“Estamos hablando de costos energéticos para poder regar los ajos, las perforaciones que tenemos que utilizar consumen mucha energía eléctrica. Se suma el tema de costos de combustible y de los impuestos que es necesario afrontar. Todo eso hace que el ajo argentino sea caro”, reconoció el presidente de Asocamen.
A las puertas de la nueva campaña
Fusari destacó que en Mendoza se planta mucho ajo colorado, sobre todo en el Valle de Uco. “Están quedando productores que son especialistas para ese tipo de variedades. Y si tuviéramos más volúmenes, estarían a la venta porque es un ajo muy requerido en nuestro principal mercado de exportación, que es Brasil, y también en los otros mercados, como Europa; es un ajo muy requerido”, evaluó Fusari,
El dirigente aclaró que en Mendoza se ha logrado conservar una cosecha que se sostiene en el tiempo, que se inicia a fines de octubre en la zona norte, desplazándose hacia Malargüe hacia fines de diciembre. Eso permite, agregó, lograr que si se presentan inclemencias climáticas en un lugar específico no impacta en el total de la producción.
Un recurso efectivo en el caso de lluvias abundantes consiste en que en el período post cosecha, se realice la puesta en marcha de secaderos y caballetes, de manera tal que sea posible conservar las cabezas cosechadas fuera del peligro de contraer plagas provenientes de la humedad generada por las lluvias. Este recurso, permite en definitiva, conservar de manera óptima la calidad de la materia prima.