Tras casi dos meses de movilizaciones, los reclamos de agricultores europeos se han transformado en un asunto serio con repercusión en otras partes del mundo. Mendoza no escapa de esa realidad, y varios analistas creen que esto es una oportunidad para pensar en la cadena agroindustrial y cómo evitar problemas en un futuro cercano.
“Las protestas en Europa tienen que ver con una mejora de la rentabilidad, y acá en Argentina hay muchos reclamos porque al productor se le paga por debajo de los costos de producción”, señaló Gabriela Lizana, parte de la comisión directiva de la Asociación de Productores del Oasis Este de Mendoza (Aproem).
Lizana trabajó en el tema con un equipo académico de la Universidad Nacional de San Juan y notó que en la Unión Europea (UE) hay mucha regulación sobre cómo se produce. Si ahora con las protestas se ponen más estrictos, podrían acusar al sector mendocino de dumping o competencia desleal, como le pasó al mosto argentino en Estados Unidos, que por poco quedó fuera de competencia.
“No pagar por sobre los costos de producción puede generar denuncias de dumping. No hablamos de ofertas o promociones, sino de vender por debajo de los costos y eso es una deslealtad comercial. Acá es una situación abusiva y explícita, por el abuso de poder de una posición dominante”, sostuvo la referente de Aproem, hoy diputada provincial por el Frente Renovador.
Otro reclamo de los agricultores europeos tiene que ver con la cadena de valor (cuánto ganan productores, intermediarios y vendedores finales). Por eso, para Lizana también sería importante abordar el tema a nivel local, así como la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) ya realiza análisis sobre los precios de origen y destino.
“En Europa tienen instancias legales e instituciones que defienden un código de buenas prácticas comerciales. Acá nos cuesta ponernos de acuerdo para firmar un contrato al entregar un producto perecedero. En algún momento, para exportarles desde Argentina, nos van a reclamar certificaciones de ese tipo”, señaló Lizana.
La importancia del mercado europeo
¿Qué tan importante es la UE para Mendoza? Según el Área de Inteligencia Comercial de ProMendoza, en 2023 la provincia le exportó (sin contar a Reino Unido) unos US$ 172 millones FOB. Destacaron el vino, el aceite de oliva y el ajo, que tiene una cuota de 17.000 toneladas anuales sin aranceles. Además, países como Reino Unido, Francia y Países Bajos están dentro del top 10 de los destinos locales de exportación.
“El conflicto de los productores agrícolas tiene como bases principales la discusión acerca de las políticas europeas contra el cambio climático, las restricciones impuestas para reducir en un 90% las emisiones de dióxido de carbono para el 2040 y las exigencias que se les pone a los productos agrícolas importados por la Unión Europea”, explicó Nicolás Piazza, del Área de Negociaciones y Cooperación Internacional de ProMendoza.
Sus productores entienden que las restricciones y sus costos los saca de mercado y que la UE no solicita los mismos estándares a la importación, de ahí en parte el rechazo al acuerdo con el Mercosur. Aun así, afirmó Piazza, la UE advirtió a sus proveedores internacionales, “entre ellos a las empresas mendocinas”, que la agenda de sustentabilidad “llegó para quedarse” y quien desee comercializar allí deberá ser sustentable.
De todos modos, el especialista sostuvo que el reclamo europeo no apunta en concreto a productos de Mendoza como el vino y el aceite de oliva, aunque el sector sabe que necesita trabajar en certificar la sustentabilidad. Otras frutas son a contraestación de Europa, pero por cuestiones propias de competitividad no se exportan cantidades significativas.
Como llamado de atención al sector local, Piazza comentó que certificar sustentabilidad será central para el comercio no sólo con Europa, sino también para otros mercados centrales como EE.UU. y Japón. Además, como las protestas pondrán más obstáculos al acuerdo UE-Mercosur, países con una canasta exportadora similar a Mendoza (como Chile o Australia) seguirán teniendo serias ventajas competitivas respecto a la provincia.
Repensar la cadena alimentaria
Desde la Federación de Cooperativas Campesinas y Agricultura Familiar (Fecocaf) señalaron que un reclamo en común entre Europa y Mendoza es por la diferencia entre el precio que se paga al productor y el de la góndola. Así lo comentó Diego “Manota” Montón, secretario del consejo asesor de Fecocaf.
Además de “un precio mínimo que garantice un nivel de vida adecuado”, allá exigen transparentar la cadena de pago agroalimentaria y acciones diferenciadas de la Política Agraria Común (PAC). También quieren que la UE no flexibilice sus condiciones ecológicas ni de transgénicos para productos importados.
Montón señaló que en Europa hay subsidios, pero también “posiciones dominantes de corporaciones que distorsionan los precios de los alimentos”, por eso cuestionó que el gobierno argentino fomente la importación de comestibles. “No existe el libre mercado y los productores europeos lo rechazan justamente por la posición dominante de las corporaciones”, apuntó este integrante de la Mesa Agroalimentaria Argentina.
En cuanto al acuerdo UE-Mercosur, Montón señaló que se lo critica por hacerse “a medida de las corporaciones, no es beneficioso para productores europeos ni sudamericanos, tampoco para los consumidores”. El convenio, afirmó, restaría posibilidades de desarrollar una política agropecuaria soberana y no toma nota de la crisis climática y sus desafíos.
Como reflexión, el secretario del consejo asesor de Fecocaf cree que estas protestas son una oportunidad para ver que “el avance del control corporativo y su paquete tecnológico en los sistemas agroalimentarios ha profundizado la crisis alimentaria (elevando los precios de los alimentos) y la crisis climática”.
Ante esto, Montón cree que Argentina podría adelantarse, promover la agroecología y fortalecer líneas de investigación y extensión en ese sentido, con la experiencia del INTA, Conicet y universidades, bajo el concepto de soberanía alimentaria. Eso, sumado a un programa de planificación y estímulo de la producción orgánica y agroecológica, tanto para el mercado interno como el externo.
Vino argentino en Europa
En la UE hay grandes productores vitivinícolas, pero también hay mercados emergentes como Polonia o países escandinavos, y por eso Europa es un importante mercado potencial para la vitivinicultura argentina. Por eso, desde Wines of Argentina (WofA) apoyaron en su momento la creación de un tratado de libre comercio entre el Mercosur y la UE, para “allanarle el camino” al sector local.
“El mercado no solamente es un destino importante, sino que también representa una oportunidad significativa para el crecimiento y la expansión de la industria vitivinícola argentina”, señaló Magdalena Pesce, gerenta general de WofA. Así, se trabaja con fondos europeos para el programa Sustenta-Vitis, de sustentabilidad, para alinear objetivos y tener vinos a tono con la demanda de esos mercados.
En cuanto al reclamo de limitar la compra de países extranjeros, la gerenta de WofA recordó que hay un cambio de paradigma a nivel global, con la idea de “glocalización” y de consumir productos locales, de cercanía. Aun así, por su tamaño, desde la UE necesitan productos externos y por eso surgen ayudas a otros países para que adapten su oferta.
“Puede que estos reclamos perjudiquen de alguna manera, que se generen algunas respuestas o medidas para-arancelarias, pero a largo plazo va a ser necesario contar con productos de otros países”, señaló Pesce. De todos modos, aclaró que hasta el momento no se han dado nuevas medidas y habrá que “evaluar la situación, seguirla de cerca y ver cómo va evolucionando”.
Mejorar la competitividad
Para Mario Bustos Carra, gerente de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo, la Unión Europea es un mercado muy atractivo, así como Estados Unidos o Australia, por ser países con un alto poder adquisitivo. Además, en sus góndolas suelen tener productos de distintas partes del mundo, están acostumbrados a la competencia y a la variedad.
“El acuerdo UE-Mercosur está verdísimo. Igual, los franceses tienen más bronca con Brasil que con Argentina, por la deforestación del Amazonas. Y los españoles tienen temor con Argentina por las exportaciones que le hemos hecho de aceite de oliva, que realmente es insignificante si consideras que tenemos sólo el 3% de la producción mundial”, comentó.
De todos modos, Bustos Carra cree que más allá de mirar las protestas europeas o “preocuparnos por lo que piensan los demás países”, hay que mirar puertas adentro y solucionar los problemas propios como “la inflación y nuestra tremenda carga impositiva, para que nosotros podamos ser competitivos”.
En cuanto al aceite de oliva (Bustos Carra también es gerente de Asolmen), la provincia vende mucho a España y en valor creció un 143% en 2023 por los buenos precios internacionales. “Ojo, porque esto se puede dar vuelta cuando ellos empiecen a cosechar bien”, advirtió el especialista, para insistir en que “para ser competitivos no tenemos que esperar que los demás países nos ayuden, tenemos que hacer las cosas nosotros”.