-¿Qué es la fertilización post cosecha o “de reserva” y por qué es tan importante?
-La fertilización de reserva, llamada comúnmente de post cosecha, es el aporte de nutrientes al cultivo con el objetivo de reponer el consumo que fue necesario para el crecimiento vegetativo y producción de la campaña que está terminando y, principalmente, preparar a la planta para el inicio del próximo ciclo vegetativo.
En los frutales de hoja caduca, los procesos de floración, brotación y la etapa inicial del crecimiento vegetativo dependen exclusivamente de las reservas que tenga la planta acumulada en tejidos como tallos, yemas, troncos y raíces, tomando vital importancia la fertilización de reserva.
En resumen, durante el periodo que transcurre entre el inicio de brotación y la activación del sistema de raíces, el desarrollo del cultivo estará limitado a la cantidad de reservas que este haya podido acumular durante el ciclo anterior.
-¿Cuál es el momento oportuno para realizar la fertilización de reserva?
-Para que una fertilización de reserva o post cosecha sea eficiente, el punto de partida es contar con un follaje sano y un sistema de raíces activo.
Muchas veces, durante la vorágine de la cosecha, se descuida el cultivo y, a la hora de retomar la fertilización, el perfil de suelo ha perdido la humedad, comienzan algunas decoloraciones en el follaje, o incluso, ha decaído el estado sanitario del mismo. Es fundamental que estos aspectos no se descuiden nunca para dar sustentabilidad al cultivo en el tiempo.
En cultivos de cosechas tempranas como almendro, variedades tempranas de durazno, cerezo, uva de mesa o pasa, el periodo para aplicar la fertilización de reserva es un poco más amplio y se desarrolla con condiciones ambientales óptimas. Es una gran oportunidad para reponer los nutrientes extraídos por la producción y para efectuar correcciones de carencias nutricionales que se hayan detectado durante la temporada. Las fertilizaciones podrán comenzar una semana antes de cosecha y prolongarse un mes, o más, dependiendo de las condiciones ambientales y de la sanidad del cultivo. En este tipo de cultivos la fertilización de reserva es tan importante que a veces significa un 60% o 70% de los nutrientes aplicados en el ciclo.
Para cultivos de cosechas más tardías como uva de vinificar, olivo o nogal, la ventana de aplicación de la postcosecha es más acotada. En estos casos recomendamos comenzar con el aporte de nutrientes aún con la producción en la planta, tal vez 15 ó 20 días antes de cosecha, y finalizar cuando las temperaturas hayan bajado y comiencen a notarse las primeras decoloraciones del follaje.
Si esperamos a levantar la producción y luego fertilizar, las condiciones de otoño habrán inducido a la planta a bajar su actividad metabólica y a prepararse para el invierno. En esas condiciones la absorción y translocación de nutrientes es muy baja y las fertilizaciones de reserva son poco efectivas. Tenemos que tener en cuenta que desde que aportamos el fertilizante al suelo, la planta debe absorberlo, transportarlo a las hojas, metabolizarlo y traslocarlo a los tejidos de reservas. Este proceso puede tardar desde 12 días hasta 20 ó 25 días, dependiendo de las condiciones ambientales y del estado del cultivo.
-¿Qué nutrientes deben aplicarse y de qué manera?
-Por lo general las fertilizaciones de este tipo apuntan a los elementos que se consumen en mayores cantidades. En estos nutrientes están incluidos el Nitrógeno, Fósforo, Potasio y Magnesio. La mejor manera de aplicar estos elementos es vía suelo.
Si contamos con sistema de riego por goteo, lo más práctico y eficiente es utilizar fertilizantes líquidos.
Como la ventana de aplicación es acotada, debemos utilizar soluciones complejas (de dos o más nutrientes) y a su vez, de la mayor concentración posible. De esta manera aprovechamos más cada evento de fertirriego y nos anticipamos a los días más fríos del otoño.
En Bioaggil Argentina hemos desarrollado soluciones multinutrientes de alta concentración que se ajustan a distintas situaciones de cultivo y de campo. Esto hace que el aprovechamiento por parte del cultivo sea óptimo y que podamos cumplir con el objetivo de esta fertilización de reservas.
En caso de no contar riego por goteo, pueden aplicarse fertilizantes granulados o Biofertilizantes. Estos últimos, además de aportar nutrientes, aportan materia orgánica, ácidos húmicos y fúlvicos y microorganismos (Bacterias Promotoras del Crecimiento Radicular PGPR) que estimulan el crecimiento de las raíces y aumentan el aprovechamiento de los nutrientes del mismo fertilizante y del suelo.
Con estos Biofertilizantes de la línea Italpollina -Guanito, Dix, Italpollina y Phenix- se logra también una liberación lenta de los nutrientes que evita que éstos se laven con el riego, permitiéndonos realizar la aplicación con más tiempo, antes de la cosecha.
En caso de aplicaciones foliares, éstas se recomiendan para mantener el follaje activo. Pueden agregarse bioestimulantes a base de aminoácidos y microelementos que ayudan a que la hoja permanezca más tiempo en actividad, para un mayor aprovechamiento de la fertilización edáfica.
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