La agroindustria puede federalizar la recuperación económica

Es el único sector en Argentina que se distribuye en todas las provincias y el 99% de las empresas que la componen son MiPyMEs

La agroindustria puede federalizar la recuperación económica

Actualmente el escenario internacional para la región se muestra muy difícil. Las últimas estimaciones del FMI apuntan a una caída de la producción global del 4,9%, una contracción muy superior a la de la crisis de 2008. Además, se espera que la recuperación también sea más lenta, teniendo en cuenta los impactos de mediano y largo plazo que están ocurriendo.

Para América Latina el escenario no es más alentador. Según la CEPAL, este año más de 2,7 millones de empresas podrían cerrar en América Latina, la mayoría de ellas microempresas, lo que implicaría la pérdida de 8,5 millones de empleos. Las cadenas productivas más afectadas representan un tercio del empleo y un cuarto del PBI de la región.

En tanto que Argentina enfrenta esta crisis con un elevado grado de vulnerabilidad por su alto porcentaje de economía informal, escasos ahorros y capacidades fiscales reducidas. En este sentido, vale mencionar que el paquete de apoyo fiscal implementado es del orden del el 5% - 6% del PBI, muy por debajo de lo aplicado por economías desarrolladas, donde los paquetes superan el 10% del producto.

En esta posición de inestabilidad y crisis es importante hacer foco en los sectores productivos que tienen capacidad de traccionar exportaciones y liderar la recuperación argentina.

El rol de la agroindustria

Si se toman las medidas para sostener el empleo y las capacidades productivas, el sector agroindustrial argentino se posiciona como aquel con mayor potencialidad de liderar la recuperación.

Esto en primer lugar por su relevancia económica. Según estimaciones de FADA, la agroindustria argentina representaba antes de esta crisis el 22% del empleo privado nacional, 9,92% del PBI argentino y el 60% de las exportaciones de bienes.

En segundo lugar porque, pese a la coyuntura actual, se espera una demanda creciente de alimentos y productos agroindustriales, principalmente impulsada por los movimientos económicos y demográficos en Asia y África y el cambio en los patrones de consumo que se está dando a nivel mundial. En efecto, según estimaciones de la OCDE, África e India representarían 56% del crecimiento total de la población durante el próximo decenio, mientras que India superaría a China como el país más poblado del mundo.

El impacto de la crisis internacional

El sector agroindustrial se posiciona como uno de los que tienen una mayor inserción en cadenas internacionales de valor. Como resultado, ha sido gravemente afectado por la crisis internacional actual.

Las restricciones operativas y logísticas, se sumaron a una caída en la demanda mundial y depresión de precios internacionales. A esto se agregó un comportamiento heterogéneo de los mercados internacionales fruto de los diferentes plazos en que se aplicaron las medidas restrictivas. Por ejemplo, a medida que EE.UU. y la UE endurecían las medidas, China comenzó a normalizar los flujos comerciales.

Como resultado, los impactos sobre las exportaciones han sido heterogéneos. Algunos sectores agroindustriales han mostrado una mayor resiliencia mientras que en otros el impacto ha sido más duro. Entre estos últimos por ejemplo se encuentran la pesca (exportaciones cayeron 15% en los primeros 5 meses) y el frutícola (caídas de más de 20%).

Esfuerzos para una recuperación federal

Nuevamente hay que destacar el valor del sector agroindustrial, en este caso como punta de lanza para federalizar la recuperación económica. Este sector es el único en Argentina que se distribuye en todas las provincias y el 99% de las empresas que la componen son MiPyMEs.

El Estado ha avanzado en medidas para asistir a empresas y trabajadores en la emergencia, con el objetivo de sostener la producción y el empleo. Por ejemplo, más de 445 mil empresas sobre un total de 600 mil se anotaron para los beneficios del ATP.

Sin embargo, también es importante avanzar en acciones que hagan frente a los desafíos de competitividad de fondo que enfrenta el sector agroindustrial para impulsar la recuperación a medida que se normaliza la actividad. Entre ellos se encuentran la elevada carga tributaria, costos burocráticos, falta de financiamiento y problemas logísticos.

Además, es importante considerar los esfuerzos diplomáticos para que, en un contexto internacional de incertidumbre, los mercados se mantengan abiertos para los exportadores argentinos. Esto con una mirada integral, considerando que la agroindustria exporta a 146 destinos.

La alianza público-privada que vemos en este momento en todos los mercados en plena crisis global para sostener el empleo y la productividad se presenta como una necesidad imperiosa en la Argentina. Ese trabajo mancomunado se requiere para solucionar conflictos internos cuya probabilidad de explosión es más alta en un contexto de caída de la actividad. Un claro ejemplo es el sector pesquero que ante una fuerte crisis sindical, se ponen en riesgo más de 600 millones de dólares de exportaciones. Lo que conlleva una interrupción del funcionamiento de toda la cadena productiva, desde la elaboración, comercialización y exportación de los productos, generando altos costos económicos para las localidades, provincias y la economía nacional.

Si la convergencia del sector público y la agroindustria argentina generan una agenda productiva inclusiva, en alianza con nuestros socios comerciales, abriendo nuevos mercados y solucionando los conflictos internos, estaremos aprovechando una oportunidad que le dará mayor dinamismo a la recuperación argentina.

Por Marisa Bircher - Socia fundadora de Biglobal

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