Gabriel Salas: “Por ahora, la prioridad sigue siendo el mercado interno debido a la economía”

El gerente de Finca Santa Teresa abordó los desafíos del sector ganadero en Mendoza, se enfocó en la sustentabilidad, bienestar animal y búsqueda de equilibrio en un mercado de recesión.

Gabriel Salas: “Por ahora, la prioridad sigue siendo el mercado interno debido a la economía”
El feedlot está funcionando al 50% de su capacidad. Las ventas son complicadas y, además, los precios son muy altos. / Imagen Internet

Una sucesión de viajes al exterior visitando feedlots en Estados Unidos y Australia fue el punto de partida para el diseño del presente de Finca Santa Teresa, uno de los establecimientos de engorde intensivo de ganado más importante en Argentina. Así lo ha relatado en reiteradas oportunidades Gabriel Salas, socio accionario y también gerente del emprendimiento que pertenece al portfolio de negocios de la Familia Millán.

En la actualidad esta unidad productiva ubicada en la localidad de Goudge, en San Rafael, es un punto de referencia para leer el presente del sector ganadero en la provincia. “Para nosotros, la sanidad y el bienestar animal son lo más importante”, puntualizó Salas, quien destacó que desde la maquinaria hasta las medidas de los corrales, la densidad de animales por cuadro y la disposición de las telas de media sombra, está planificado para maximizar el rendimiento y calidad de la producción de carne.

—¿Se puede hablar de sustentabilidad en el sector ganadero?

—Depende de lo qué entendamos por sustentabilidad aplicado a la ganadería. Si te referís a armar un ciclo completo de producción basado en prácticas que busquen minimizar el impacto ambiental y también promover el bienestar animal; sí, se puede hablar de sostenibilidad.

Hemos sido pioneros en el tema de la sustentabilidad en el sector ganadero. A nivel nacional, muchos han copiado nuestras practicas, pero seguimos marcando diferencia desde la gestión eficiente de los recursos naturales, como el agua y el suelo.

Entre los proyectos que llevan adelante, trabajan en ampliar la capacidad agrícola del feedlot para aumentar la cantidad de alimento que producen. En Santa Teresa producen 3,5 millones de kilos de maíz de los 14 que son necesarios para sostener el sistema de boca llena. Cultivan 100 hectáreas de maíz, incorporaron un sistema de riego por pivote que cubre 40 hectáreas, trabajan en el cuidado del suelo; gestionando calidad tanto en la finca como el feedlot.

La finca Santa Teresa, que pertenece a la familia Millán, tiene 250 hectáreas y una capacidad para 1000 animales
La finca Santa Teresa, que pertenece a la familia Millán, tiene 250 hectáreas y una capacidad para 1000 animales

El bienestar animal

Salas menciona que su enfoque en la sustentabilidad además de medidas como el cuidado del agua y la eficiencia en el consumo energético, se basa en el bienestar del animal. “Nos aseguramos de que reciban la mejor alimentación posible. Realizamos análisis periódicos de la calidad del agua y del alimento que les damos”, dice.

En cuanto a las condiciones de los animales en el feedlot, Salas afirma: “Los animales no pueden estar más de tres meses en el corral para su engorde. Cumplir con los tiempos de estadía se logra gracias a que tienen sombra, agua fresca y todo lo necesario para estar cómodos. Es como si fueras a la playa y luego de estar mucho tiempo al sol, te molesta. Al animal le pasa lo mismo con el corral.

Queremos que los novillos estén cómodos para que el engorde sea efectivo y su calidad de carne óptima”.

Salas subraya que la calidad del producto es una prioridad en Finca Santa Teresa. “Queremos que nuestra carne tenga un excelente sabor, color y textura. No todos los productores pueden decir lo mismo, y eso también es parte de la sustentabilidad: asegurar que lo que ofrecemos sea de lo mejor tanto para el mercado local como para la exportación”, destaca.

—Actualmente, para el sector ganadero, ¿es una época de vacas gordas o vacas flacas?

—Es una época de vacas flacas en todo sentido. Cayó la demanda, las ventas no son muy grandes y los costos de producción se mantienen altos. La situación es complicada.

—¿Qué lectura tienen desde la Federación Ganadera del Oeste sobre la situación actual del sector?

—Como miembro de la Federación Agrícola y Ganadera del Oeste, aunque la situación es difícil, pienso que todos buscamos aumentar la producción, pero es un proceso que avanza muy lentamente. El acceso al agua y a la electricidad son factores claves para la mejora de la producción.

—¿Por qué son puntos clave para la ganadería local?

—Porque donde hay agua, hay vida. Por eso es esencial trabajar para facilitar el acceso de los productores a la energía eléctrica, porque sin ella no podés poner en marcha un pozo, y sin un pozo funcionando, en algunas zonas de la provincia, no hay producción. Esto es fundamental desde el punto de vista económico.

Salas señaló que las zonas con más acceso al agua, como el Valle de Uco, están en mejores condiciones que otras áreas productivas en Mendoza. Advirtió, además, que en muchos campos llega agua solo para consumo y no para riego, y eso limita las posibilidades de producción.

“Hay fincas que están abandonadas y que se podrían poner a producir alimentos, pero no hay agua para ello. Hoy, hacer un pozo es casi inviable, por los costos. El clima de Mendoza no ayuda. Porque si no llueve, la situación es terrible”, puntualizó.

—¿Por ejemplo?

—Mendoza prorrogó el estado de emergencia y desastre por la sequía hasta marzo del año que viene; la falta de agua también redujo significativamente la hacienda. Ojalá que esta situación cambie, ahora hay más nieve... Hace 20 años, se podía hacer un pozo con mayor facilidad, pero hoy eso es casi imposible por el costo.

—Con este contexto económico, ¿Cómo está trabajando el feedlot?

—El feedlot está funcionando al 50% de su capacidad. Las ventas son complicadas y, además, los precios son muy altos. Antes, el precio se ajustaba de acuerdo a lo que se le sacaba al animal gordo. Ahora, te piden entre 2.400 y 2.500 pesos el kilo por un ternero para engordar, pero después se vende el ganado en pie entre los 1.900 y 2.000 pesos. Así, es insostenible, estamos trabajando a pérdida

El alto costo de la energía eléctrica también es un obstáculo para el negocio. “La electricidad en este país es carísima, y producir algo a gran escala es más difícil”, agregó Salas. Además, menciona que el avance en los pagos de impuestos que está afectando la capacidad de reinversión. “Ahora quieren cobrar de inmediato y eso nos asfixia”, lamenta.

—¿Y en cuanto al proyecto de carne premium, la Embajada?

—La Embajada está funcionando bien, aunque la recesión nos afecta a todos. Seguimos vendiendo, pero el consumo de carne ha bajado mucho en todos los niveles.

—A pesar de la situación, ¿tienen proyecciones de exportación?

—Sí, hemos armado un sitio importante en Río Cuarto, desde donde estamos exportando. Tenemos varias sucursales involucradas en el proceso. Sin embargo, la prioridad sigue siendo la venta interna debido a la coyuntura económica. A largo plazo, queremos seguir exportando, pero estamos esperando ver qué es lo que pasa con la apertura de la economía.

—Hablando de la apertura, ¿qué sucederá con el mercado?

—Notamos que la situación está mejorando lentamente. Lo vemos con nuestros proveedores, en el supermercado; muchos han comenzado a bajar los precios buscando al cliente final de manera más directa. Día a día nos vamos adaptando según cómo esté el mercado. Lo que no tenemos es una proyección clara a seis meses o a un año. La incertidumbre es total. La incertidumbre es total.

Seguí leyendo

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA