El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) informó que las ventas de vinos al mercado interno aumentaron 26,6% en marzo, alcanzando así el nivel de consumo más alto para ese mes en los últimos cinco años. La mejora es mucho más sutil si se mira el resultado del primer trimestre completo (3,7% de crecimiento respecto del mismo período de 2021), pero los datos no dejan de ser alentadores.
La noticia es buena por partida doble. No sólo se refleja crecimiento sino que, además, se da dentro de un escenario muy complejo, en el que se destaca la pérdida del poder adquisitivo de los salarios.
De hecho, en el acumulado de los primeros dos meses del año (aún no hay datos disponibles de marzo) la venta de bebidas en general cayó 1,3% en los supermercados de Argentina, de acuerdo con un informe publicado por el Indec. De ahí se deduce que el vino está recuperando parte del terreno perdido en los últimos años frente a los productos sustitutos, aun con la desventaja de no ser considerado un bien de primera necesidad.
En este marco, es importante destacar el trabajo que están haciendo las bodegas, tanto a nivel producción -con vinos que gustan- como a nivel marketing.
Claro está, que aún queda mucho camino por recorrer, pero ésa no es necesariamente una mala noticia. Por el contrario, se debe pensar en que todavía hay mucho margen para seguir creciendo. El mercado demostró que está dispuesto a aceptar envases alternativos, como la lata, y ahora afianza su compromiso con el vino aumentando el consumo, en un trimestre con inflación récord.
Ahora dependerá de la industria encontrar la forma de mantener esa tendencia y, una vez más, lograr resultados positivos cuando el resto de los productos caigan, tal como hizo durante los meses en los que rigió el aislamiento social.
El éxito de esa misión será crucial para el sector vitivinícola, que no parece tener demasiadas “armas” para sostener lo hecho el año pasado en el mercado externo. Las estadísticas muestran una caída del 16,3% en las exportaciones del primer trimestre, con una retracción del 5,1% en fraccionados.
Por supuesto el escenario ideal mostraría valores positivos tanto dentro como fuera del país, pero se debe reconocer que las bodegas saben encontrar siempre un camino para mantenerse a flote, sin importar el contexto.