El panorama hídrico 2021/22 preocupa por la falta de nieve

El déficit en el acumulado nival presagia una temporada con un bajo recurso hídrico. El DGI continúa con obras para mejorar la eficiencia en la conducción y distribución del agua.

El panorama hídrico 2021/22 preocupa por la falta de nieve
La falta de agua cada vez preocupa más a los productores locales. Foto: José Gutierrez / Los Andes

La falta de nieve en lo que va del año plantea un panorama preocupante para la nueva temporada agrícola. Para muestra basta comparar con inicio de julio: en las cuencas del sur y el centro mendocino, para el año pasado ya había nevado 10 veces más que para este año. Mientras tanto, se avanza en tareas aprovechando la corta invernal.

Sergio Martinelli, superintendente del Departamento General de Irrigación (DGI), reconoció a inicios de la semana pasada que “en materia hídrica este año pinta mal” y mencionó que en la cuenca del río Mendoza, por ejemplo, ha nevado menos de la mitad de lo que había nevado hasta fines de junio del año pasado.

“Si consideramos las cuencas del centro y sur mendocino, en el invierno de 2020, para esta fecha había nevado 10 veces más que ahora. Tendríamos que tener 5 veces más de nieve que la existente hoy, en general, en toda la provincia. Estamos por debajo del 10% del total anual en un año medio”, comentó el funcionario.

La situación ya la había comentado Juan Rivera, doctor en Ciencias de la Atmósfera y los Océanos. En una entrevista realizada en junio, para este medio, comentó que todos los oasis se podían ver afectados por el déficit en el acumulado nival. El experto señaló que las precipitaciones níveas estarían por debajo de los valores normales en la zona cordillerana.

Al volver a consultarle, Rivera señaló que “el panorama sigue igual”, con “mayores probabilidades de tener déficit en el acumulado de nieve en lo que queda del invierno y la primavera”. En ese sentido, este año se podría dar un nivel bajo como ocurrió en 2019, un hecho que obligó después a adelantar la corta de agua.

Por su parte, Edgardo Roby, presidente de la Federación de Inspecciones de Cauce, comentó que están esperando ver si para mediados de agosto puede estar lleno el embalse El Carrizal, de modo de empezar a programar el riego de la nueva temporada. En este momento, no tiene un buen panorama por la falta de nieve.

“Se habla de un invierno cálido. Ojalá que no sea así, que nieve y tengamos un año parecido a 2020. El anterior (2019) fue terrible, muy seco, y este año no sabemos si viene para seco o para pobre. También depende de que llueva, porque el cambio climático te cambia las cosas y a veces la lluvia te perjudica y otras te ayuda”, señala Roby.

Las obras en la corta

Históricamente, se aprovecha la época cuando las viñas necesitan menos agua para cortar el agua y trabajar en los cauces. Este año se inició la corta entre fines de abril y mediados de junio, por lo que ya se trabaja en obras de mantenimiento y reparación.

Carlos Martini, director de Ingeniería del DGI, destaca que ante la falta de agua, “por causa del cambio climático”, debe mejorarse la eficiencia de riego: “Si bien para la eficiencia se tiene en cuenta la conducción de agua, la distribución y la aplicación que hace el regante, en los dos primeros depende mucho de las inversiones en infraestructura que se hagan en los cauces”.

Por eso, Martini destaca que el superintendente del DGI ha destinado este año cerca del 40% del presupuesto, en ejecutar alrededor de 80 obras, con una inversión aproximada de $ 600 millones. “Estas 80 obras se ejecutan con fondos propios del DGI y están distribuidas en todas las cuencas de la provincia”, detalla Martini.

Algunos ejemplos que señala en el Tunuyán Inferior son impermeabilizar la rama Chimba, la rama Moyano, y el canal Norte, tres obras que suman casi $ 80 millones en total. Otros ejemplos son en el Tunuyán Superior el entubamiento del canal Esquina, por $ 56 millones, y para la cuenca del río Mendoza las obras de mantenimiento en el dique Cipolletti, por $ 18 millones.

Volviendo al nivel de la nieve, Hugo Albrieu, presidente de la Comisión Hídrica de Acovi y representante del Foro Argentino del Agua (GWP FAdA), considera que las perspectivas no son buenas: “Con este panorama no podemos decir que será un año normal. Vamos a tener un año más seco que el último. El desembalse va a tener que ser acordado con los usuarios”.

En la mirada de Albrieu, falta que el estado trabaje en un plan de obras hídricas que vaya más allá de quien gobierne. “El gobierno tiene que decir: ‘vamos a poner U$S 1.000 millones en un plazo de 10 años’ y esa plata hay que gestionarla sí o sí. Tenemos que hacer obras desde la fuente del agua hasta el último productor. Si Mendoza no hace inversiones vamos a ir mal”, apunta el representante de FaDA.

Concientización por la basura

Esta semana, en el dique Cipolletti, se inició una campaña bajo el lema “La basura que tirás al cauce, vuelve”, con la idea de concientizar a la población sobre el perjuicio que genera la basura en ríos, cauces y acequias. Es una campaña entre el Gobierno provincial, el DGI y las comunas del Gran Mendoza.

El gobernador de Mendoza, Rodolfo Suárez, estuvo presente en el acuerdo y afirmó que “trabajar sobre la escasez, optimizar los riesgos, almacenar agua, ésa es la manera de salir”. Además, sostuvo que en el mundo existen muchos ejemplos que demuestran que “con menos agua podemos hacer mucho más”.

A su vez, Sergio Marinelli destacó el hecho de brindar “un mensaje único, como es cuidar el agua”, será la clave de la campaña que llevarán adelante. En este sentido, el superintendente general del DGI recordó la firma del gobernador del Decreto 486/21, a través del cual se conformó un “grupo de trabajo permanente de defensa de los recursos hídricos de Mendoza”.

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