El Iscamen adquirió 100 trampas que utilizan inteligencia artificial para medir la temperatura y humedad, y tomar una fotografía del piso adhesivo. A partir de estos datos, y con la utilización de un software, se puede calcular el número de insectos que fueron capturados de la plaga que se desee combatir. Estos dispositivos se utilizan para monitorear la presencia de mosca del Mediterráneo, lobesia botrana, carpocapsa y grafolita.
El Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza desarrolla diversas acciones de Manejo Integrado de Plagas (MIP), como estrategia de control de insectos que afectan la agricultura mendocina. Esta metodología consiste en combinar métodos y herramientas con el objeto de obtener mejores resultados, con un mínimo impacto ambiental. El monitoreo de un insecto en el campo es una de las principales herramientas dentro del MIP y el Iscamen lo implementa para diversas plagas.
Para mejorar este monitoreo se adquirieron “trampas inteligentes”, que facilitan la captura de datos y agilizan la toma de decisiones. Buscan ser un soporte del personal técnico en campo. Alejandro Molero, presidente de Iscamen, detalló: “Es el puntapié inicial para la incorporación de tecnología en la extensa red de monitoreo que posee el Iscamen. Esta primera etapa, de 100 trampas, nos permitirá evaluar la tecnología para con el tiempo adquirir nuevas trampas”.
Por otro lado, Molero resaltó la necesidad de modernizar procesos técnicos empleados desde hace décadas: “La tecnología usada actualmente para el monitoreo data de la década del ’80, por lo que esta incorporación marca un punto de inflexión, sobre todo por las exigencias de los diversos países en materia fitosanitaria y apertura comercial”.
Por su parte, el gerente de productos de soporte de MYT, empresa adjudicataria de la primera etapa, Yael Tari, destacó las cualidades de estos dispositivos inteligentes. “Estos dispositivos se instalan en el campo y recolectan datos de temperatura y humedad cada una hora y toman una fotografía del estado del piso adhesivo que posee la trampa. Con esta información, a través de un software que tiene inteligencia artificial, podemos detectar el número de insectos capturados de la plaga a controlar”, expresó.
Los programas de control masivos que desarrolla el Iscamen para mosca del Mediterráneo, lobesia botrana, carpocapsa y grafolita utilizan redes de trampas colocadas en frutos susceptibles de ser atacados por dichas plagas, con el objeto de detectar el comportamiento de los insectos y el impacto de las acciones de control empleadas.
Por lo general, estas trampas contienen feromonas específicas que atraen a los insectos y así capturan ejemplares de la plaga en cuestión, ya sea mosca de los frutos, polilla de la vid, carpocapsa o grafolita. La lectura de las capturas en trampa permite tomar decisiones de control que se está desarrollando. La red de trampeo para mosca del Mediterráneo consta en la provincia de más de 5.000 trampas, mientras que las redes de trampeo de lepidópteros (lobesia botrana, carpocapsa y grafolita) ascienden a 5.500.