El índice de confianza que elabora el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral mostró, en noviembre y diciembre de 2023, una suba de 17% con respecto a la medición anterior y un incremento del 74% en términos interanuales, si se lo compara con noviembre 2022. Este repunte se vincula con las expectativas futuras de los productores agropecuarios que, en el 95% de los casos, piensan que su rentabilidad mejorará con las políticas económicas de la gestión del presidente Javier Milei.
Carlos Steiger, uno de los directores de la encuesta e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, resaltó que el valor del índice es el segundo más alto en los cinco años de historia del Ag Barometer Austral, solo superado por el de julio 2019, previo a las elecciones PASO de agosto de ese año.
En el Índice de Expectativas Futuras es donde se explica la suba del Ag Barometer Austral, que marcó su récord histórico. Entre los factores que impulsan este optimismo se encuentra, en el corto plazo, la mejora de las condiciones climáticas, que generará a una producción de 137 millones de toneladas de granos y oleaginosos.
En el mediano plazo, se atribuye el cambio de las políticas dirigidas al sector agropecuario que impactarán positivamente. “En primer lugar, piensan que el sinceramiento cambiario, que tiene como objetivo final la eliminación del cepo y el establecimiento de un único tipo de cambio, finalizará una de las discriminaciones que sufre el sector agropecuario”, señala Steiger.
La encuesta también indica que, si bien los productores estiman que pueden eliminarse las retenciones (derechos de exportación), se acepta que el proceso sea gradual, ya que en el corto plazo el objetivo prioritario del Gobierno es la eliminación del déficit fiscal y resulta muy difícil renunciar a recursos fiscales genuinos para no tener que recurrir al impuesto inflacionario.
Entre las otras medidas con impacto positivo a la rentabilidad se mencionan la baja de las tasas de interés y la generación de incentivos a la inversión e incorporación de tecnología. “Todo ello tendrá como objetivo mejorar la productividad y por ende la baja de costos y mayor rentabilidad”, profundiza Steiger.
Al mismo tiempo, la mayor producción estimada para la campaña próxima se traducirá también en mayores exportaciones, con un ingreso estimado de US$ 35.800 millones de los principales complejos agrícolas, una substancial mejora con relación a los US$ 25.300 millones de la campaña 2022/23. “Este será un importante aporte a la oferta de dólares de la economía. Se estima un superávit comercial de 15.000 millones de dólares (producto también del sector energético) que, sin duda, ayudará a estabilizar el tipo de cambio en el futuro”, considera Steiger.
No todo es optimismo
Entre quienes reina el pesimismo es entre los productores ganaderos que, en general, no tienen buenas expectativas con respecto al 2024, producto del arrastre del 2023 donde, al igual que en el sector agrícola, la sequía afectó considerablemente las actividades ganaderas.
Según el Ag Barometer Austral, se incrementó la faena total en un 9% con relación al promedio de los últimos cinco años como resultado de la sequía y, dentro de esa faena, el porcentaje de hembras faenadas llegó al 48%, “en un claro proceso de liquidación de stocks que, en definitiva, es una destrucción de riqueza con implicancias negativas en la oferta futura”, analiza Steiger.
“El 2023 fue un mal año para la ganadería, a pesar de las exportaciones récord y cierta mejora en los niveles de consumo interno. Para el 2024 se espera una recomposición del rodeo vacuno que se traduzca en menor faena de hembras para recuperar parte del stock perdido, aunque el comportamiento de los precios recibidos por los productores dependerá en gran medida de la recuperación de los precios internacionales y del poder adquisitivo del mercado interno”, profundiza el especialista de la Universidad Austral.