Si bien desde mediados de 2021 había comenzado a observarse un incremento lento, pero sostenido, en los indicadores de confianza del productor medidos por el Ag Barometer Austral, julio mostró una fuerte caída del 22% con respecto a los datos de mayo pasado. Adicionalmente, se produjo una marcada preocupación de los actores por la situación financiera en los próximos 12 meses: el 86% de productores vislumbra principalmente malos tiempos para el sector de aquí a un año, mientras que en el índice anterior había sido del 59%. Además, se trata de la caída más baja desde que comenzó la encuesta en octubre de 2018.
El pesimismo está relacionado con la percepción de la situación financiera actual y la consideración de que este momento “no es bueno para realizar inversiones importantes”. Los especialistas de la Universidad Austral recuerdan que “de diciembre a junio los precios agropecuarios habían subido fuertemente, y desde esa fecha sufrieron una caída de entre 10% y 20% en dólares”.
El Ag Barometer Austral del Centro de Agronegocios y Alimentos señala que las tensiones internas se ven reflejadas en el súbito cambio de rumbo del Gobierno nacional. Originalmente, fueron consultados sobre el impacto que tendría para el sector el cambio en el Ministerio de Economía (referido en primera instancia a la salida de Martín Guzmán por Silvina Batakis). Los números evidencian que para el productor esto no tiene gran influencia en su tarea diaria, considerando que dos tercios de los productores no ve impacto a futuro por el cambio de ministro.
¿Cambiaría en algo esta respuesta con el nuevo rumbo del gobierno al designar a Sergio Massa? “Si bien no puede saberse a partir del relevamiento, a priori todo parecería indicar que las expectativas del sector, en el presente y en el futuro, se definen por fuera de los nombres de coyuntura”, responden los especialistas.
Un punto en el que se mantiene el optimismo es con relación al horizonte de con años. “Esto refleja la conciencia de la competitividad de Argentina en los contextos internacionales actuales, donde el mundo demandará alimentos y energía. Más allá de las turbulencias crecientes en la coyuntura de corto plazo, el sector sigue confiando en su propio potencial a futuro”, destaca el informe.
Ritmo de venta
Con respecto al incremento en la brecha cambiaria, el último índice de confianza refleja que este “no parece ser un factor determinante” que condicione el ritmo de venta de los productores: el 54% cree que no tiene gran impacto.
En cambio, remarcan la existencia de otros factores que sí determinan la espera para vender remanentes de soja: el 40% menciona la necesidad de pagar gastos (tanto en alquileres como insumos), 26% la incertidumbre económica, 26% la protección contra la inflación y 25% la expectativa de precios más altos. También, un 12% de los productores menciona como factor relevante la falta de alternativas de inversión.
En este sentido, el informe hace mención al dólar soja. Cabe preguntarse qué efecto tendrá sobre el ritmo de ventas la determinación de un dólar alternativo para la liquidación de exportaciones de soja, siendo que la decisión de vender -o no- estaría más vinculada a aspectos de planificación financiera y expectativas de los productores.
Gasoil
Uno de los principales rubros que impacta en los costos de los productores está relacionado al precio del gasoil. “No es tanto la disponibilidad el problema, sino los precios. Hay gasoil, pero se consigue a precios mucho más caros que los habituales. Esto indica que potencialmente habrá todavía mayor presión hacia el alza del precio”, plantean.
El éxito del productor
Finalmente, para esta edición se consultó sobre la percepción respecto a los factores de éxito para la campaña 2022-23, frente a los desafíos de la coyuntura actual. Los productores armaron un ranking de actividades, en función de la importancia que estiman para lograr el éxito en sus explotaciones e identificaron la gestión de costos como el factor de mayor importancia.
Esta valoración representa un cambio respecto de los resultados relevados en la Encuesta Nacional de Productores Agropecuarios (desarrollada en el mes de julio de 2021), en la que se había puesto en evidencia un cambio en las estrategias de crecimiento los productores, apuntando a un modelo de negocios de más capital intensivo (inversiones), con operaciones y productos de mayor valor agregado. “Los ‘ruidos’ de la coyuntura actual, han derivado en que el productor vuelva a centrarse en la gestión de costos y la eficiencia productiva agrícola, para garantizar el éxito económico”, concluye el informe del Centro de Agronegocios de la Universidad Austral.