Mientras el calendario avanza hacia la segunda mitad de diciembre, los campos están casi listos para la cosecha de duraznos; una fruta que posiciona a Mendoza en el mercado nacional e internacional como uno de sus principales productores y exportadores. Es que los duraznos de la variedad pavia -aquella que por sus características es destinada a la industria conservera- ya parecen haber alcanzado su madurez en las plantas, pero aún falta poco más de un mes para entrar en la temporada fuerte.
Este año, productores e industriales vaticinan con esperanza que las inclemencias climáticas no fueron demasiado severas con las plantas, aunque algunos árboles presentaron menos cuaje en su floración como consecuencia del viento Zonda que -en algunas zonas- sopló con mayor intensidad. Así y todo (y pese a los desafíos que se plantean desde el punto de vista macroeconómico), desde el sector auguran una temporada se cosecha estable y “buenas posibilidades de exportación” y “apertura de mercados”.
Datos de las direcciones de Agricultura y de Fiscalización y Control del Mininisterio de Producción del Gobierno de Mendoza, colaboran a establecer las posibles previsiones de los diferentes operadores del sector que trabaja con el durazno, ya que reflejan una mencionada estabilidad en cuanto a producción de esta fruta; industrialización que busca aggiornarse en un futuro cercano y seducir a nuevos consumidores. Mientras que las estadísticas indicaron que en 2023 se produjeron 105.645 toneladas de durazno, en 2024 se esperan 104.888 toneladas; es decir, un volumen levemente inferior.
Las partidas para industria
Durante la última campaña la materia prima que ingresó a la industria fue de 119.883 toneladas. El informe oficial también indicó que la materia prima (mayormente seleccionada) proviene en un 35,4% de la zona Sur; un 34,1% de los departamentos del Norte mendocino y un 21% del Valle de Uco. En tanto que los territorios del Este generan el 9,6% de la fruta que luego es elaborada.
“Esta cosecha, que estamos próximos, a empezar va a ser de un volumen normal; estimo que se van a cosechar entre 115.000 a 120.000 toneladas de fruta”, augura José Luis Giuliani, presidente de la Federación Plan Estratégico de Durazno de Industria (FeDEPI). La entidad que nuclea a todos los actores del sector. Giuliani señaló que la mayor producción de durazno para industria a nivel Nacional se encuentra en Mendoza y que en la provincia hay alrededor de 1.000 productores distribuidos en los diferentes oasis.
Raúl Giordano, presidente de la Cámara de Fruta Industrializada de Mendoza (CAFIM), coincide con Giuliani: “La cosecha viene relativamente normal y hoy los campos están ya raleados, próximos a cosechar a partir del 26 o 27 de diciembre en adelante. No ha habido problemas climáticos importantes”, detalla y aclara que dependiendo de las condiciones climáticas, el período más fuerte de cosecha -en lo referente a durazno para productos de exportación- se podría extender inclusive, hasta fines de febrero o principios de marzo.
Aunque el mayor flujo de cosecha por variedades -destaca en industrial- empieza cerca del 15 de enero, durante dos semanas habrá un flujo muy importante de materia prima y “por ende, las fábricas tienen que llevar el producto al frigorífico porque no dan abasto debido a que alcanzan el pico de elaboración”, analiza Giordano.
El durazno industrial y Mendoza
Para ser destinado a la conserva, el durazno más utilizado es el de la variedad pavia. Se trata de una fruta que presenta su parte carnosa más pagada al carozo, a diferencia del prisco que se “abre” con la mano y cuyo carozo parece separado de la carne. Por lo general, esta última variedad, puede presentar un color blanco o amarillo, en tanto que el color de su carozo es rojo.
“Las variedades que tienen la carne pagada al carozo son más firmes para los procesos de pausterización, pelado y demás. Esa, es la diferencia que hace un durazno para el mercado en fresco y el mercado de conserva. Un durazno para mercado fresco, ya sea pelón, blanco o amarillo, en general tiene el carozo separado de la piel, y su carne es mucho más blanda para el proceso de pausterización. Se desarma”, destaca el presidente de la CAFIM y aclara que en cuanto a los duraznos que se usan para fresco, hay dos grandes productores en el país: en San Pedro (Buenos Aires) y Mendoza. En cambio, aclara, el durazno para fábrica se da únicamente en Mendoza porque necesita más horas de frío.
Si bien esta variedad no requiere de una mayor inversión para su cosecha, los representantes del sector aseguran que en la actualidad se presentan diferentes desafíos, tanto aquellos relacionados a la situación cambiaria a la hora de exportar como los que tienen que ver con la llegada a nuevos consumidores; algo que requiere de estrategias a largo plazo que permitan cambiar la mirada respecto de las frutas que se destinan a enlatado y jugos.
Destacan de hecho, que en los últimos años algunas inexactitudes al momento de referirse a la industria conservera ha llevado a un sector de la población a mermar su consumo. Justamente, aclaran, la fruta que se destina a durazno en lata como así también las pulpas que se destinan a producción de jugos, requieren de un tratamiento inmediato, con la fruta fresca, de primera calidad y cargada de nutrientes, sin el uso, por ejemplo, de conservantes.
Con costos elevados
Mientras que la fruta en fresco tiene un mercado limitado, el durazno industria -tanto en mitades en lata como en pulpa- presenta una mayor posibilidad de comercialización interna y hacia afuera. En ese sentido, Giuliani destaca que entre los desafíos que se plantean para el sector, figura que “los productores en este momento estamos padeciendo tener que afrontar costos de producción que son elevados, ya que la mayoría de los insumos que utilizamos se pagan en dólares, en lo tributario tenemos aranceles muy altos, como por ejemplo el 35% de impuesto a las ganancias”, puntualiza y agrega que a eso se suma el pago de anticipos de ganancias.
“Eso me parece distorsivo ya que en este anticipo pagamos por lo que presuntamente se va a ganar al año siguiente. Mientras no haya una reforma tributaria se hace más difícil la producción y también cuesta tecnificarse para hacer más eficiente la producción, imagínese que con estos agravantes somos competitivos siempre y cuando los otros países no subsidien su producción”, aclara el presidente de FeDEPI al referirse a los niveles de rentabilidad esperables para la temporada en puerta.
Al modo de comparación, desde una mirada más amplia hacia el resto de los frutales próximos a la cosecha en Mendoza, Giuliani destaca que en general, este año el mayor problema para el sector es el económico. “Vemos que tanto la cereza como el ajo han tenido precios muy bajos y eso se ve reflejado en que una buena parte del ajo todavía está todavía acordonado en las filas”, comentó José Luis Giuliani.
Respecto de la uva, destaca que el panorama también es muy crítico, ya que las bodegas están tendiendo un stock muy superior todavía a lo que suele quedar en stock también de un año para el otro. “Los precios no van a ser los mejores y eso también va a pasar con el durazno, debido a esta situación que tenemos, de bajo consumo. El gobierno tendría que sacar aranceles que sirven para la exportación para que seamos más competitivos”, aclaró el titular de FeDEPI.
Un sector que se aggiorna
Los referentes del sector coinciden en señalar que las dificultades no son nuevas desde lo económico y que las economías regionales del país, a lo largo del tiempo y con los cambios planteados desde las diferentes políticas de Estado, las posibilidades de exportación han ido variando al compás del dólar. Así, en los últimos 60 años, el sector ha debido aggiornarse para adaptarse y plantear nuevas apuestas para situarse y crecer en el mercado externo.
“En cuando a la rentabilidad podemos decir que ha ido variando; hay años que los que el productor ha podido hacer mayor diferencia y hay años que no. Pero creo que es un mercado que ya se ha consolidado. Hay un clúster de productores y fabricantes en donde esto, de alguna manera tiende a uniformarse. Tanto en precios con volúmenes como en tratar de darle publicidad a este producto por su calidad, por su genuinidad e incocuidad”, detalla al referirse al durazno pavia destinado a consumo enlatado.
Desde la FeDEPI destacan que en su caso el producto, fuera del Mercosur, se exporta a México con “cero arancel”, aunque solamente diez millones de kilogramos. En parte, atribuye esa situación a que debe ser revertida con un mayor impulso por parte de los diferentes Gobiernos a las economías regionales. Así, el mayor volumen de la despacho de durazno industrializado se da a los mercados del Mercosur, hacia países como Bolivia, ¨Paraguay, Uruguay y Brasil, en tanto que fuera del Mercosur el destino principal es México y República Dominicana”.
Giuliani destaca que el durazno que hay en Mendoza se va a procesar, tanto se va a tratar de vender el 100%. “Ha quedado un poco de durazno de la temporada 2024 pero la idea es elaborar el 100% de lo que se produzca tanto en pulpa como en latas. Es un año que relativamente nos encuentra con estabilidad macroeconómica, con algunos costos de antemano bastante sólidos”.
“Tendremos que salir al mercado exterior con una firmeza en cuanto a tratar de exportar lo máximo posible porque de esa manera entran dólares y quedan, porque prácticamente todas las empresas de durazno están ubicadas en Mendoza”, recalca y destaca que en la provincia todas las fábricas son mendocinas, es decir que no operan extranjeras y eso colabora con la economía local. “Esa situación nos permite valorizar que el producto se va a reinvertir en Argentina y Mendoza”, resumió Giuliani.