Cosecha 2023: donde los números van y vienen

Las discusiones por el precio de la materia prima se ven cruzadas por las hectáreas afectadas y por los pronósticos de cosecha. Mientras, hay otro tema que no es el precio y que ya se podría ir trabajando.

Cosecha 2023: donde los números van y vienen
Cosecha de Malbec en una finca en Alto Agrelo

En todo negocio, la ley de la oferta y la demanda tiene un fuerte peso para definir el precio de un producto. El sector agrícola no es ajeno a ese tema, y es habitual que en cada temporada, cuando se habla de la cosecha, algunos tiren los números del volumen hacia abajo -porque si hay menos fruta, debería valer más- y otros los empujen hacia arriba, porque “si sobra” deberían pagar menos. Como se sabe, el primer lugar suelen ocuparlo los agricultores y el segundo, los elaboradores o comerciantes que necesitan esa materia prima.

En este año, ese juego de expectativas se ve cruzado de manera particular por las contingencias climáticas. Como se ha dicho varias veces, a fines de octubre e inicios de noviembre de 2022 se vieron afectadas más de 92 mil hectáreas en vides y frutas, y hace poco más de una semana se sumó el efecto del granizo. El golpe de piedra más fuerte lo recibió una zona del Este que ya había sido perjudicada por las heladas, aunque no faltó quien dijera de forma errónea que esas 4 mil ha se sumaban a las 92 mil previas.

Sin embargo, mientras que muchos esperaban que las cosechas de esta temporada estuvieran en un nivel mínimo, los últimos pronósticos del Instituto de Desarrollo Rural (IDR) parecen no indicar lo mismo para la fruticultura. Tanto en el durazno para industria como para fresco y en la pera, los números pronósticados son similares a las cosechas del año pasado. Vale aclarar que, según explicaron desde esa entidad, se consideró la pérdida de frutos por helada y el cálculo tiene un margen de error cercano al 10%. Por supuesto, la balanza tendrá la última palabra.

En cuanto al precio de la uva, se habla de valores entre $ 110 el kilo para las criollas y hasta $370 para las finas. Los números varían en las distintas negociaciones y, si bien es muy difícil definir hoy un valor único, sí hay otro número a trabajar: el de cuánto tiempo pasa entre que el agricultor entrega el producto y lo cobra.

El reclamo no es nuevo, con el enojo de productores que esperan meses para cobrar o entregan la mercadería sin precio. En otros años era algo molesto, pero que se toleraba. En cambio, con una inflación que en 2022 llegó en Mendoza a 96,9% y que en 2023 será como mínimo 60% (tal es el deseo del gobierno nacional), parece insostenible una situación de pago demorado y encima en cuotas.

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