En la cruzada por una alimentación que equilibre salud y sabores, la elección de un aceite de oliva de primera calidad se revela como un paso fundamental. Desde la etiqueta hasta el aroma, pasando por el precio y su frescura, cada detalle cuenta para poder asegurarse de que el aceite que llega a nuestros platos sea digno de ser considerado como “oro líquido”.
La tierra que celebra el título de ser proveedora de este exquisito aceite de oliva, brinda una guía esencial para los consumidores en la búsqueda de autenticidad y sabor. En este vasto paisaje, los expertos y los amantes de la buena cocina han desentrañado cinco claves fundamentales para seleccionar y disfrutar de un auténtico aceite de oliva virgen extra. Como un pequeño guiño, para el consumidor, aquellos aceites que tienen el sello de identificación geográfica (IG) Mendoza certican su alta calidad.
“Esto se debe al terroir que posee Mendoza, que posibilita que los aceites expresen todas sus características. Nuestros aceites son valorados por su alta carga de polifenoles, como la europeína o el eurocantal, pero también por la proporción de ácido oleico y están considerados a nivel internacional como aceites de alta calidad y Premium”, explica Stella Vannucci de Fundación Seminare; institución que forma a los “sommelier de aceites de oliva-nivel superior”.
Estas son las claves a tener en cuenta
Clave 1: La Etiqueta Reveladora
La primera señal para identificar un aceite de oliva de calidad reside en la etiqueta. La denominación “Aceite de Oliva Virgen Extra” no solo promete calidad superior, sino también un proceso de extracción en frío que preserva las cualidades únicas del aceite. Aquí radica la base para una elección informada.
Clave 2: Frescura y Fecha de Envasado
La frescura sella la autenticidad y el sabor. Los aceites de oliva virgen extra alcanzan su esplendor en su primer año de producción. Con el tiempo, ciertos componentes y beneficios nutricionales pueden menguar. Por eso, la fecha de envasado se convierte en un indicador crucial para asegurar un aceite en su mejor estado.
Clave 3: Relación Precio - Calidad
Desconfiar de precios sorprendentemente bajos es una regla sabia. Los auténticos aceites de oliva virgen extra requieren procesos y costos específicos. Precios demasiado bajos podrían indicar mezclas con aceites de menor calidad. La inversión en calidad es la inversión en salud y placer culinario.
Clave 4: Prueba con los Sentidos
El olfato y el sabor desempeñan papeles cruciales en la evaluación de autenticidad. El auténtico aceite de oliva virgen extra despliega un olor fresco, herbáceo y frutado, con matices que evocan hierbas y frutas. Un sabor equilibrado, que varía desde suave amargor hasta un picor sutil en la garganta, es señal de calidad. La experiencia sensorial previa a la compra es altamente recomendable.
Clave 5: Protección del Envase y Calidad
El envase tiene un papel protector clave en la calidad del aceite. Los envases oscuros de vidrio son preferibles, ya que resguardan al aceite de la exposición a la luz, que podría alterar su sabor y propiedades. El color no necesariamente refleja la calidad del aceite.
Descubriendo las Variedades
Las etiquetas a menudo indican cuál la variedad de aceituna utilizada. Conocer las características únicas de cada variedad ayuda en la elección. Un toque de amargor y un leve picor son indicativos de autenticidad en los aceites de oliva virgen extra, cuya intensidad puede variar. En Mendoza sus varietales históricos son: Arauco, Frantoio, Farga y Empeltre (el olivar más antiguo de la Argentina es el Arauco, que tiene casi 500 años y que se encuentra en el pueblo de Aimogasta, en La Rioja, y proviene de una de las primeras estacas que trajeron en los barcos los españoles que llegaron a América).
En síntesis, elegir un aceite de oliva de calidad es un compromiso con la promoción de la salud y el placer culinario. Al prestar atención a cada detalle, desde la etiqueta hasta el envase, los consumidores aseguran que cada gota de este “oro líquido” sea una experiencia culinaria inolvidable, traída directamente de la tierra. ¡Provalo!