En un mundo en constante evolución, las bodegas mendocinas no quieren quedarse atrás y, a pesar de todas las dificultades económicas, invierten en optimizar la cosecha, mejorar su maquinaria o revisar sus procesos de elaboración. La época de vendimia es un buen momento para mostrar estas novedades, de la mano de los referentes enológicos de seis establecimientos.
“Lo más relevante es la incorporación de nuevos tanques equipados con un sistema de remontaje automático a través de inyección de aire (Air Mixing)”, señaló en su caso Fernando Losilla, primer enólogo de Villa Las Perdices. El sistema permite hacer remontaje automático, inyección de oxígeno para macro o micro oxigenación y un control programado de la temperatura. Además, la bodega aumentó la capacidad de frío, incorporó paneles solares y sumó otros elementos que hacen a la actualización general.
En especial, Losilla destacó el uso de los “Roll Fermentor”, unas barricas de 600 litros que posibilitan el llenado con uva molida, con “una boca de carga más importante, un cierre hermético y la posibilidad de poder hacer giros”. Están montados sobre rieles que permiten rodar sobre su propio eje la barrica e ir haciendo lo que sería el remontaje, o incorporar los hollejos al líquido a través del giro de la barrica.
Por otro lado, Agustina Hanna, enóloga de Ruca Malén, comentó que desde 2021 invierten en “maquinaria de vendimia para selección y procesamiento de uvas” y en “bombas para movimientos de vino que trabajan de manera más delicada y cuidadosa buscando incrementar nuestra calidad”. También incorporaron nuevas vasijas (ánforas y foudres) y mejoraron el sistema de refrigeración de pequeñas recipientes para sus microvinificaciones.
A su vez, agregó Hanna, en Ruca Malén están implementando una actualización de su sistema de gestión para agilizar procesos, lograr mejor accesibilidad a los datos y una mejor interacción entre las distintas áreas. Además, con miras a la sustentabilidad, planifican inversiones a futuro para avanzar en el cuidado de los recursos y el entorno, con mejoras en el uso del agua y el uso de distintas fuentes de energía.
De la viña a la bodega
En el caso de Chandon, este año volvieron a apostar por la cosecha asistida o semi mecánica, más cómoda para los trabajadores. “Lo que se hace es colocar los bines en los extremos de las hileras y después esos bines son recolectados por un tracto elevador. Eso es importante porque así la gente que cosecha no tiene que caminar tanto. La verdad, es una buena ventaja”, señaló Ana Paula Bartolucci, gerente de Enología de Chandon.
Además, el equipo enológico de Chandon viene haciendo énfasis en la separación de mostos según su origen. “Hoy podemos contar con 15 tanques, aproximadamente, de cada una de nuestras fincas. Eso es un lujo porque uno puede realmente seleccionar y destacar distintas separaciones dentro de una finca para luego juntarlo, vinificarlo y que nos dé expresiones diferentes y expresiones más ricas”, destacó Bartolucci.
Por el lado de Bodega Trapiche, este año han avanzado con la cosecha mecánica, adaptando maquinaria y tecnologías de recepción. Así, tal como destacó su gerente de Enología, Sergio Casé, han podido cosechar una buena cantidad de kilos y tenerlos rápido en la bodega, mientras que de manera manual se demoraban más y la uva empezaba a calentarse en el camión.
Además, Casé contó que ponen atención al punto justo de madurez: “Estamos haciendo mucho foco en la logística para que la uva entre en tiempo y forma, esto hace que en definitiva las graduaciones alcohólicas tiendan a ser un poco más bajas. Buscamos vinos un poquito más frescos”. En términos de madurez, continúan cambiando los perfiles de a poco, con toneles o barriles más grandes que los tradicionales, tonelerías específicas o tostados específicos para cada vino y hasta acortando un poco las crianzas.
Innovar en la vitivinicultura
También se puede mencionar el caso de Bodega Los Toneles, un establecimiento urbano en Guaymallén que, aunque tenga una arquitectura original de 1922, apuesta por innovar. Desde la empresa afirman disponer de la última tecnología para satisfacer a mercados exigentes, con tanques de acero inoxidable, piletas de cemento recubiertas de epoxi y huevos para fermentación, entre otros.
La enóloga a cargo de Los Toneles, Maricel Valdez, agregó que en estos últimos años vienen invirtiendo en maquinaria de excelente calidad. “Nosotros contamos con un selector óptico Vend en nuestra bodega de alta gama que nos permite hacer una excelente selección de la uva. Esta selección nos permite tener los granos perfectos”, describió la especialista de Familia Millán.
En lo que se refiere a Familia Morcos, la innovación no pasa por mecanizar la cosecha o por sumar tecnología en la bodega, sino en la apuesta por generar vinos de alta gama con uvas tradicionales. “Con las criollas, el pasado y el futuro se unen”, señaló Matías Morcos, enólogo de la bodega. Se trata de uvas con hasta 100 años de historia, traídas por los jesuitas, que solían ser de “mala calidad enológica” y se vendían para mosto.
Incluso, hace poco el vino “Matías Morcos Criolla 2022″ fue uno de los destacados del año pasado por la prestigiosa revista inglesa Decanter, un clarete hecho con una uva criolla de San Martín. “La apuesta está más viva que nunca, los mercados empiezan a ver esto de hacer vinos más refrescantes y la criolla da para ese tema. Esto ayuda a los viñedos de la zona, es un potencial hermoso que hay que defenderlo”, afirmó el enólogo.