Cómo es el proceso para convertir un cultivo convencional en orgánico

El proceso para convertir un cultivo en orgánico va desde la materia prima hasta que el producto llega al consumidor.

Cómo es el proceso para convertir un cultivo convencional en orgánico
Así es el proceso para certificar un producto orgánico.

Mendoza es la provincia que más establecimientos con certificación orgánica o en proceso hay en el país. Para certificar un cultivo o producto como orgánico se debe realizar un proceso que comienza desde la materia prima, atraviesa la etapa de industrialización y finaliza cuando lo recibe el consumidor final.

Según la normativa vigente, ese proceso de transición tendrá un periodo de 3 años desde que inicia hasta que se consigue la certificación

“La producción de cultivos orgánicos implica un proceso de certificación que abarca toda la cadena productiva, el primer paso es asegurarse de que el productor conozca la normativa aplicable y evaluar si su forma de producción cumple con los criterios mínimos requeridos. Si es así, se procede con la primera inspección o auditoría. Esta inspección abarca aspectos como el manejo de plagas, el uso de fertilizantes, las prácticas de cosecha, la gestión del agua y el cuidado del suelo”, comentó Valeria López de la certificadora OIA (Organización Internacional Agropecuaria)

“También se extiende a la elaboración y empaque de los productos. Si el producto pasa por procesos de transformación, como la producción de vino o jugos, se audita cada etapa del proceso, incluyendo las plantas de procesamiento. La cadena de certificación termina cuando el producto, en su envase final, llega al cliente. Durante todo el proceso, se realizan auditorías para garantizar que el producto orgánico mantenga su integridad”, agregó López.

El proceso demandará tres años calendario hasta que “un cultivo pueda considerarse orgánico”, durante ese periodo, el productor puede continuar con la comercialización libremente, pero no utilizar el sello de orgánico.

“Durante este tiempo, el producto se considera orgánico en transición y debe someterse a auditorías para verificar el cumplimiento de los estándares. Después de estos tres años, el producto puede obtener la certificación orgánica”, agregó la especialista.

La conversión, si es que se debe pasar de un cultivo convencional a uno orgánico, depende del producto.

“Hay cultivos que son muchos más fácil o las prácticas son comunes tanto para un manejo convencional como para orgánicos, entonces a veces el cambio es respecto al manejo que se realiza, por ejemplo, en el suelo, si se hace un cuidado del agua y es consciente en el uso del agua, incluso quizás ya muchos productores realizan ese cuidado del agua y lo que tienen que hacer solamente es tener el registro, que es lo que pide la norma. Entonces todo dependerá del manejo que tenga hoy el cultivo y cómo desarrollarlo después bajo los criterios de la norma”, comentó López.

Para la especialista en certificación de productos orgánicos “Mendoza podría proveer muchos productos más porque la demanda es alta”, sin embargo “no tenemos cantidad y la verdad es que es una pena. Hoy todavía el productor no ve esa beta y no percibe esa alta demanda que hay de una producción diferenciada”.

“En la actualidad, lograr un producto diferenciado es una ventaja, se entiende en el marco económico en el que está el país y meterse en algo distinto da temor, pero yo creo que es una ventaja producir un producto diferenciado y poder darle un valor agregado a esa producción”, agregó López.

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