La semana pasada se dio a conocer que en el Mercado Central de Buenos Aires se estaba vendiendo mayor cantidad de fruta importada, desde duraznos hasta ciruela, traída con el aparente objetivo de contener los precios y así darle pelea a la inflación. En el caso de Mendoza, importadores de frutas como banana confirmaron que se facilitó el acceso a los dólares para poder traer esos productos, aunque desde los mercados concentradores locales aseguran que la mayor parte de las ventas corresponden a frutas y verduras locales de estación con precios bajos.
Las operaciones de comercio exterior se monitorean mediante el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), destinado a obtener, de manera anticipada la información necesaria para generar previsibilidad y trazabilidad en las operaciones de importaciones, con un plazo de validez de 90 días corridos desde la fecha de “salida”. Esto significa que los operadores se manejan con pagos a 3 meses, pero hasta hace algunos días, no les estaban permitiendo pagar “según las fechas en SIRA” y negociar a un dólar futuro a 180 días significaba sumar precios a la fruta y a la verdura que luego se trasladarían al consumidor final.
Así, de acuerdo con el dólar futuro del ROFEX (contrato por el cual el comprador -vendedor- se compromete a recibir -entregar- determinada cantidad de dólares a un precio fijo en una determinada fecha), un dólar que para febrero se calculó en torno a $198, para mayo estaría cerca de $240 y hacia el mes de agosto se acercaría a $290 ($287 DDF Rofex). Ese aumento final del 45% es el que se calcula sobre la fruta y verdura importada cuando no se autorizan los dólares para que los importadores puedan pagar en fecha.
“Precios Justos” para las bananas
Las bananas consumidas en el país son importadas, principalmente de Ecuador, Bolivia, Brasil y Paraguay -la producción nacional solo serviría para abastecer el 3,8% de la demanda- y forma parte de la dieta de la mayoría de las familias, tal es así que fue incluida en los acuerdos que estableció el Gobierno para frenar la escalada inflacionaria en el marco de “Precios Justos”.
Pero la promesa de los importadores para contener los precios de la banana está sujeta a los plazos que tiene el Gobierno para entregar los dólares (de 30 días en lugar de 60 o 180 días).
Pero otros productos como la palta, el kiwi y los arándanos, seguían siendo considerados como “productos suntuosos”, hasta que los primeros días de febrero cambiaron las cosas y permitieron que los importadores pagaran “según fecha en SIRA” para favorecer precios más bajos.
Así lo explicó Miguel Bauza de Don Jaime, comercializadora de frutas de alta calidad: “Con el tema importaciones, no estamos teniendo problemas. El tema es que estuvieron cambiando las políticas de Estado y no nos estaban prmitiendo pagar según las fechas en SIRA, seguían los plazos a 180 días en los productos que llaman suntuosos (palta, kiwi, arándanos) y eso duró 10 días, hasta el viernes 3 en que volvieron a cambiar la normativa y favorecieron los pagos”.
“La semana pasada tuvimos una prueba de fuego, y se cumplió con las fechas. En la medida en que permiten los pagos en tiempo y forma, los costos se mantienen bajos, según el precio del dólar oficial de esa fecha, pero un dólar futuro a 6 meses es distinto de a 30 o 90 días”, señaló el empresario.
En particular, con el tema de la banana, Bauza recordó que por encontrarse dentro de “Precios Justos”, no pueden vender por encima de los $5.365 por caja, y aun así, el precio es inferior y ronda los $5.000.
“Hace un mes que el precio de la banana está bajo, todavía hay margen según los precios que se firmaron con la Secretaría de Comercio”, señaló Bauza, pero aclaró que la situación económica general mantiene los precios bajos. “Si bien no estamos cobrando el tope que se firmó con Secretaría por Precios Justos, no es porque la banana no lo valga, sino que, con la baja de ventas, el mercado no está pagando ni siquiera ese precio. Esto responde siempre a oferta o demanda, por más que los costos aumenten por encima de los precios de venta”, sumó el empresario.
“Dólar banana, palta o kiwi”
Los importadores trabajan con el dólar oficial (promedia los $199), pero cuando la fecha en que los importadores recibirán el pago se estira en el tiempo, se producen los contratos con dólar futuro.
“Nuestros proveedores nos acompañan, entienden que es algo involuntario y tras 10 años de trabajar con ellos, confían, pero se vuelve difícil financiar algo a 180 días”, comentó Bauza.
No obstante, muchos proveedores también se ven atados a comercializar con los importadores locales en la medida en que los grados de madurez de la fruta hacia finales de temporada no les permitirían llegar a Europa u otros destinos con más días en tránsito. “Los proveedores terminan atados a los mismos problemas que tenemos nosotros, pero siempre prevalece la confianza”, señaló el empresario.
La producción local, con precios bajos
El presidente del Mercado Cooperativo de Godoy Cruz, Sergio Fernández, explicó que pese a lo anterior, no se ha visto un incremento en la cantidad de fruta o verdura importada a la venta, “porque es época de producción local. Hay manzanas, peras, uvas, todo de acá, y los precios están bajos”.
En cuanto a los precios, señaló que los mendocinos siguen aprovechando la oportunidad para hacer “compras comunitarias” y elaborar productos para las temporadas de otoño o invierno cuando no hay tomate, membrillos, duraznos o manzanas locales.
Ahora bien, en cuanto a lo que se trae de otras localidades, se espera que la próxima semana escaseen los cítricos, y entonces sí, podría verse un aumento de precios, aunque luego tendería a regularizarse. Según comentó Fernández, la fruta podría faltar debido a que, la asociación de centros de fumigación inició un cese de actividades en todo el país en reclamo a las exigencias “inaplicables del Senasa”. Sin fumigación para combatir las plagas, quedó paralizado el ingreso de cítricos y se teme desabastecimiento en Mendoza
De igual manera, Omar Carrasco, titular de la Unión Frutihortícola Argentina, explicó que, difícilmente ingrese fruta importada para contener los precios locales porque en la provincia los precios están realmente bajos y “no daría el precio para importar”. Por el contrario, recomendó a los consumidores aprovechar la producción estacional que se vende en estos momentos en los mercados concentradores de la provincia.
Asimismo, Marcelo Estudillo, secretario del Mercado Cooperativo de Guaymallén, contó que el sector no escapa a la crisis económica general. “La situación de los consumidores no es la mejor y hay mercadería que hoy no vale nada”, dijo.
En este contexto, señaló que “la gente es sabia a la hora de comprar” y, por ejemplo, “aprovecha que las papas están económicas, al igual que los zapallos, el choclo y que, ‘una caja de berenjenas puede costar entre 500 y 600 pesos’, entonces, está todo bastante módico y se presta para hacer compras comunitarias”.
Los precios en los mercados concentradores de Mendoza
El Instituto de Desarrollo Rural de la provincia publica los “Precios de Mercados Mayoristas” por cada uno de los mercados concentradores de la provincia, con fecha a la primera semana de febrero.
Allí, por ejemplo, la banana “Cavendish” se vende por kilogramo a $214,77 (procedente de Ecuador), y el kiwi, chileno, a $1.111,11; la palta, del mismo país a $1.600 (grande); y otro de los productos para los que se necesitan “dólares importadores”: las ananás o piñas, se vende en $361,11 por kilo, elegido, para las frutas más grandes que son las que provienen de Ecuador; y el mango, de Brasil, en $233,33 por kilo.
En el Mercado Cooperativo del Acceso Este, en tanto, el kilo de banana Cavendish, también de Ecuador, durante la primera semana de febrero, se vendió en $211,36 (grande); la piña o ananá en $361,11; el kiwi en $1.125; la palta de Perú en $1.500 (grande, elegida); y el mango, igualmente, a $233,33.
En cuanto a la tendencia en los precios, en su mayoría, el IDR no registró mayores movimientos a la suba o a la baja.
Por el contrario, para la fruta mendocina, en el Mercado de Guaymallén, se registraron algunas bajas, por ejemplo, en las ciruelas, que en una semana pasaron de venderse a $282,35 a $270,59 (Black Amber, grande, elegida); o los precios se mantuvieron entre una semana y otra.
Así, el durazno se vende por kilo a $222,22 (grande, comercial), y la manzana de Mendoza a $ 277,78 (Granny Smith, mediana). En cuanto a la uva, la variedad cereza se vende en $291,67 por kilogramo, la Red Globe, en $300 y la moscatel a $200.
En lo que se refiere a la sandía, también se produjeron bajas en el precio por kilo, de $70, durante la última semana de febrero a $60, en la primera de febrero. Por el contrario, el “melón rocío de miel”, subió a $275 de $250. Aunque es de esperar que ambos productos hayan mostrado cambios en los precios durante la segunda y tercera semana de febrero.
Finalmente, en ese mercado, el tomate perita grande, rojo, (el más buscado para la producción de salsa casera) de Mendoza, se vendió en $75 por kilo, en la primera semana del mes, y el “pintón mediano”, en $60.
El Mercado Cooperativo del Este también ofrece precios atractivos de temporada para quienes buscan iniciar la producción de tomates en salsa o conserva, con un precio por kilo para el “perita, grande, rojo de $75″; y las berenjenas que bajaron de $58,33 a $50 entre la última semana de enero y la primera de febrero.
Asimismo, la cebolla morada se encuentra entre los productos con precios más bajos, pasando de $125 a $110 en una semana, las chauchas de $350 a $300 y la lechuga morada de verano de $145,50 a $143,18.
En el mismo mercado, la sandía bajó de $75 a $60, y el Melón amarillo bajó de $360 a $300, y la variedad “rocío de miel” (grande) de $400 a $300 por kilo.
Los pimientos también experimentaron bajas, pasando de $200 a $160 por kilo, en las variedades “cuatro cascos” mediana, y las zanahorias de “segunda” de $75 a $62,50.
La sorpresa en el Mercado Central de Buenos Aires
De acuerdo con la periodista de Clarín, Silvia Naishtat, en medio de la escasez de dólares, sorprendió que “se importe fruta para contener precios”.
“Aunque en dosis homeopáticas, en el Mercado Central se sorprendieron estos días por la aparición de manzanas, cerezas, arándanos, naranjas, bananas, ciruela y duraznos importados. En la Argentina del cepo importador, estas frutas llegan mayoritariamente de la mano de Dole, la emblemática multinacional estadounidense con su corazón en Westlake Village, California y sus pies por todo el mundo”, se publicó en dicho medio.
El objetivo oficial para darles acceso a los dólares baratos parece cantado: se importa para evitar más sobresaltos en precios de productos que no se pueden controlar. Se ignoran las cantidades. Y se conoce que ingresan a precios sustancialmente menores pero que van engordando en la cadena de distribución.
Es que, de acuerdo con el índice de precios al consumidor del INDEC, durante diciembre, el aumento de “alimentos y bebidas no alcohólicas” (4,7%) fue lo que más incidió en la mayoría de las regiones del país y se destacó el aumento de Frutas; Aguas minerales, bebidas gaseosas y jugos; Pan y cereales; y, en algunas de las regiones, Verduras, tubérculos y legumbres, y esto motivó nuevas estrategias por parte de la Secretaría de Comercio para contener dichas subas ese mes y los siguientes.
Luego, en enero, el aumento de Alimentos y bebidas no alcohólicas (6,8%) fue lo que más incidió en todas las regiones, nuevamente, y al interior de la división se destacó la suba de los precios estacionales de Frutas y Verduras, tubérculos y legumbres. A su vez, aunque con menor alza que los anteriores, sobresalió la incidencia de Pan y cereales y Carnes y derivados (sobre estos rubros tambièn se iniciaron convenios en el marco de “Precios Justos”).
Por otro lado, el mismo diario recordó que, salvo en Tierra del Fuego por su clima extremo y la Ciudad de Buenos Aires en la que no hay terreno, toda la Argentina es apta para las quintas y los cultivos de frutas y hortalizas. La actividad requiere mano de obra intensiva y un grado de industrialización por las plantas de empaque y las frigoríficas, además de la logística; y por esto último (el tiempo y el capital que requiere), la actividad no está muy desarrollada.
Así como la banana, otras producciones esperan un dólar especial: en marzo se cosecha la pera en Río Negro y Neuquén, y las mismas que antes viajaban a Europa, ahora se destinarán a Brasil, en dónde será menor el impacto de una divisa atrasada. En esa producción en particular, pisa fuerte la compañía Kleppe, fundada por un noruego que se instaló en Cipolletti y que comercializa con la marca Gaucho.
Clarín termina de configurar el panorama de las grandes empresas que ocupan el mercado de la fruta que llega a los consumidores de todo el país, con el caso de Moño Azul, de Hugo Sánchez, que logró suplantar importaciones de kiwi con su producción en Mar del Plata; San Miguel, del grupo Miguens-Bemberg en limones, Tres Ases de la familia Grisanti y los Bulgheroni en los frutos rojos.