En el Congreso mundial de la Ciruela que organizó la International Prune Association (IPA) en San Rafael quedó de manifiesto que las inclemencias climáticas (granizo o heladas), la escases de agua para el riego de los cultivos o la baja rentabilidad, no son patrimonio exclusivo de la producción argentina.
Los representantes de los países miembros del IPA, además de Argentina, Australia, Italia, Chile, Francia, Sudáfrica y Estados Unidos, dieron cuenta de los problemas que tuvieron para producir en la temporada pasada, igual que por estas latitudes. Incluso los integrantes europeos marcaron otro que por esos lados no existe, los inconvenientes para acceder a la tierra y los altos costos que se derivan de la falta de superficie para emplearla en la producción frutícola.
En diálogo con Los Andes, Francisco Araujo, productor sanrafaelino y presidente de la organización del IPA aseguró que “nos parece que los únicos que tenemos problemas somos nosotros, pero todos cuentan que tienen problemas muy severos también para producir. El costo de la tierra es algo de lo que nosotros no hablamos pero es una preocupación muy grande para otros porque para plantar en Italia, por ejemplo, hay que tener 80 mil dólares por hectárea de tierra, entonces sin lugar a dudas todos tienen grandes desafíos”, afirmó.
En nuestro caso, también tenemos muchos desafíos en términos productivos y la macroeconomía de los últimos años no nos ha ayudado mucho, entonces son demasiadas las variables que están en contra”, agregó.
Sin embargo, Araujo también remarcó que “hay que mirar la parte llena del vaso también, hay modelos productivos que están funcionando y empresas que han encontrado la forma de crecer dentro del sector, entonces hay que ver esos casos y ver cómo uno los puede adaptar a su propia realidad”, indicó.
Lucio Álvarez del Comité de Exportadores de Ciruela de Mendoza (Cecim) acotó que “las condiciones climáticas donde se cultiva ciruelas son muy similares en los dos hemisferios así que la realidad es bastante similar. Yo creo que lo que nos falta a nosotros para pegar el salto es que el productor entienda que debe asociarse y empezar a meterle tecnología a los cultivos tanto de riego por goteo como tela antigranizo y sistemas de defensa contra el hada, obviamente asistido por el gobierno”.
Según el productor y exportador, eso llevará a “empezar a aumentar los volúmenes de productividad” ya que “el mayor problema que tenemos en la Argentina es que el volumen de cosecha promedio es de 8.000 kilos por hectáreas (ciruela fresca), entonces eso hace que al productor no le sea rentable el cultivo, que no pueda tener una proyección a futuro que le permita hacer inversiones. Lo que hay que asistir desde la parte de gobierno es que se pueda tecnificar el productor para poder mejorar los volúmenes de productividad”, afirmó.
En cuanto a lo que se espera para la temporada que se aproxima, Jorge Ruiz, CEO de Cirexa, una de las principales firmas exportadora de ciruela consideró que todavía es muy prematuro hacer una estimación ya que las heladas tardías tuvieron su efecto en los cultivos.
“Falta ver cuál es el verdadero daño que ha generado la helada de San Rafael hacia abajo, que es donde está el 85% de la producción de ciruela de la provincia. Hay informes disímiles todavía pero no está el daño fino. La verdad es que no se sabe, si bien se estima que va a ser un porcentaje importante, pero no podemos determinarlo todavía”, afirmó.
Lo que sí tienen en claro es que “no va a haber una cosecha como la que terminó que fue muy buena. La que viene, tenemos la sensación de que va a ser sensiblemente inferior, pero los mercados siguen abiertos y siguen demandando ciruela de buena calidad y nosotros la tenemos”, destacó Ruiz.
Con la temporada que pasó, se produjeron unos “30 millones de kilos de ciruela (seca) y se van a terminar exportando en diciembre alrededor de 25.000 a 26.000 toneladas con lo cual queda un stock de enlace de 3 o 4 millones de kilos, eso es que vamos a arrancar con buen enlace”, comentó Álvarez.