César Rigoldi: “El acueducto Bowen Canalejas es una inspección grande y con pocos recursos, hay que administrar muy bien”

El médico veterinario junto a otros productores está al frente de la recientemente creada inspección de cauce del acueducto ganadero Bowen-Canalejas. Entre los objetivos centrales, no quieren cargarse de costos fijos. Los objetivos a futuro.

César Rigoldi, el es primer inspector de cauce de la recientemente creada inspección del acueducto ganadero Bowen - Canalejas.
César Rigoldi, el es primer inspector de cauce de la recientemente creada inspección del acueducto ganadero Bowen - Canalejas.

Con César Rigoldi se inauguró una nueva etapa en lo que hace al manejo del agua en la provincia. El médico veterinario y además ganadero es el nuevo inspector de cauce y junto a otros productores pecuarios tienen a cargo el control y distribución del agua del acueducto ganadero Bowen - Canalejas en General Alvear.

Son 137 beneficiarios sobre 206 posibles usuarios, y si bien no tendrán que pensar en limpieza de cupos o turnados de riego, deben recorrer y controlar 600 kilómetros de cañerías que cubren 940.000 hectáreas repartidas en cinco ramales.

Así como el acueducto ganadero en Alvear es el primero en su tipo en Mendoza, la inspección también, lo que implica que toda la gestión arranca de cero.

Está totalmente controlada por los productores, que lo hacen ad honoren, y la premisa es “no montar un elefante blanco que después sea imposible de mover”, lanzó Rigoldi.

No hay sede, ni personal. No quieren maquinaria que mantener ni costos fijos que hacer frente mes a mes. Ante un imprevisto “es más fácil, rápido y económico, contratar a una empresa que lo solucione” y los fondos que ingresen destinarlos a inversiones, sean bombas, medidores, válvulas o todo equipamiento que sea necesario.

La elección de césar Rigoldi como inspector de cauce se realizó el domingo 30 de julio y el acto fue simplemente una formalidad, era lista única, ya que tenía el consenso pleno entre los usuarios. Lo acompañan en la inspección Alejandro Viñolo, Darío Martínez y Alfredo Van Houten.

César Rigoldi, el es primer inspector de cauce de la recientemente creada inspección del acueducto ganadero Bowen - Canalejas.
César Rigoldi, el es primer inspector de cauce de la recientemente creada inspección del acueducto ganadero Bowen - Canalejas.

- ¿Cómo llegaron a hacerse cargo de la inspección?

- Después de años de reclamar por el acueducto y ver que ese pedido de siempre se hizo realidad, nos empezamos a reunir entre los productores. Pasó un tiempo hasta que la empresa entregó definitivamente la obra y si bien la inspección se creó en 2021, hasta que todo se pusiera en marcha Irrigación estaba a cargo.

Durante ese tiempo fuimos viendo hasta que tomamos la decisión de decir que lo íbamos a manejar nosotros y no que viniera gente de afuera para que no se fuese a transformar en algo que termine siendo un gastadero de plata. La idea no es tener una superestructura sino optimizar los pocos recursos que entran a la inspección.

- ¿Cuál sería la función como inspector de cauce del acueducto?

- Primero está la responsabilidad de que todo funcione correctamente y después todo lo que implica la gestión. Nosotros podríamos haber armado una estructura con personal, camionetas, maquinaria, en cambio se tomó la decisión de tercerizar todo lo que sea obras, mantenimiento, recorridas para verificar que todo está bien. Por supuesto que nosotros también vamos, pero ya se hizo una licitación y hay una empresa por lo que, si se rompe una válvula o la cañería, o hay que hacer la medición del consumo (cada productor paga un canon fijo por hectárea y además lo que consuma de agua), está para que haga el trabajo. Entonces, la empresa hizo su trabajo, se le paga y listo.

Y desde la inspección hacemos el seguimiento, el contralor de que todo se realice bien y organizamos lo que viene para adelante.

La única persona que tenemos como empleada es la que está en el reservorio para que controle que el sistema está funcionando correctamente o nos alerte si se rompió una bomba, entre otras cosas que puedan pasar.

Además, está toda la estructura de Irrigación para la cobranza y nos ayudan con los balances y esas cosas. Todo el resto, lo hemos tratado de hacer lo más independiente posible.

- ¿Cuáles son los principales objetivos que tiene la inspección?

- Lo primero que tenemos que hacer es un reordenamiento de muchos puntos de toma en los campos porque cuando estaba todo en plan de hacerse y le preguntaban al productor dónde querían que estuviese el punto desde donde toman el agua, algunos descreídos de lo que iba a pasar, indicaron lugares que hoy, con el acueducto construido, ha quedado mal ubicados.

Después tenemos el ramal primario, secundario y terciario y en este último hay algunos que son de bajo calibre (cañerías) y puede pasar que no llega bien el agua, entonces hay que ver y reestudiar si no tenemos que hacer una cañería al lado o una pequeña obra para mejorar el abastecimiento.

También está el tema de las alturas, no es lo mismo para el sur de la ruta 188 donde la presión es muy buena, que hacia el norte de ese camino. Ahí tenemos el problema de que está más elevado, hay que ver si es factible hacer un punto de re bombeo, por ejemplo.

Reservorio del acueducto ganadero Bowen - Canalejas.
Reservorio del acueducto ganadero Bowen - Canalejas.

Hay que hacer un resguardo para las válvulas de escape de aire que en muchos casos los mismos animales las rompen. Son algunos de los temas que tenemos que ver y en los que hay que trabajar.

- Teniendo en cuenta que se están construyendo otros acueductos, ¿les han pedido consejos de cómo manejarlo?

- Ya hemos estado en contacto con la gente que está con el acueducto Monte Comán – La Horqueta (San Rafael) y hay algunas cosas que ellos ya están mejorando tomando la experiencia de General Alvear, como colocar cañerías de mayor resistencia en algunos tramos.

- ¿Cobran en la inspección un sueldo?

- Desde el comienzo la idea es que gastar los menos posible, porque es una inspección muy grande, pero de bajos recursos.

Nosotros no tenemos un sueldo que cobramos por mes, incluso yo no iba a ser el inspector, pensamos en otra persona, pero como no iba a tener un sueldo, al final no le convenía. Lo único son los gastos para el combustible y esas cosas, porque hay que tener en cuenta que tenemos 600 kilómetros de cañerías, pero también sabemos que somos 137 gatos locos, por ahora, entonces hay que administrar todo muy bien.

Por lo demás, hay cosas que uno puede hacer en la computadora de la casa, o si hacemos una reunión nos juntamos en la Cámara de Comercio o el predio ferial. Tenemos una relación muy estrecha con Ramiro (Labay) y la específica de ganadería, en sí, formamos parte (de la Cámara) como socios, entonces trabajamos muy unidos

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