La temporada, para algunos agricultores “inusual” de viento Zonda que se siente por estos días se convirtió en un condicionante, sin embargo, eso no quita que los productores de cereza estén convencidos que la campaña 2023 está con “viento en popa”.
La base de las buenas expectativas que hay en el sector la fundó el Instituto de Desarrollo Rural (IDR) con el pronóstico de cosecha de cerezas previsto para este año. Según el organismo provincial para esta temporada se espera una cosecha superior a las 7 mil toneladas, lo que será la más alta en los últimos cinco años.
“Va creciendo muy de a poco la producción, por un lado está el incremento lento pero sostenido en la superficie cultivada y también está el mejoramiento de los huertos que ya están produciendo y están obteniendo mejores resultados”, remarcó Diego Aguilar, presidente de la Cámara de Cerezas de Mendoza.
Con las expectativas por las nubes, solo es cuestión de días para empezar a nutrir a mercados como Brasil, Europa, Medio Oriente y Asía y por primera vez, desde que se obtuvo la certificación de área libre de mosca de los frutos poco más de una década atrás, se concretará un embarque a Estados Unidos.
La mejor cosecha en 5 años
El cultivo de cereza tiene relevancia para Mendoza porque es la fruta con la que se inicia la temporada de cosecha, exceptuando el damasco y además es primicia para los mercados debido a que llega antes que la fruta del Alto Valle del Río Negro.
Por otro lado, es uno de los frutos con mejores oportunidades en los mercados del Norte, por lo que las perspectivas, tanto en el corto como en el mediano plazo, son positivas. Esto se debe a que la cereza es una fruta que encuentra creciente interés durante la temporada de contra estación y en especial para las fiestas navideñas en consumidores europeos, norteamericanos y asiáticos.
De acuerdo al informe que emitió el IDR, “el pronóstico de cosecha para esta temporada asciende a 7.068 toneladas”.
Esta cifra coloca a la campaña 2023 como la mejor de los últimos cinco años. Quedó por encima de las 6.973 toneladas previstas para el 2022 y triplicó en volumen a la cosecha de 2018 que por entonces fue de 2.346 toneladas.
Según los datos entregados por el organismo, del total de la cosecha estimada para la presente temporada, poco más del 72% (5.128 toneladas), está concentrada en los departamentos del Valle de Uco y repartidas en 485 hectáreas.
Los departamentos ubicados en la denominada Zona Norte son los segundos en importancia en producción. Allí se encuentra el 23,5% de la producción (1.664 toneladas) de la provincia distribuida en 160 hectáreas. El resto, 276 toneladas, se encuentran implantadas en 26 hectáreas en otros oasis de Mendoza.
Otro aspecto positivo en relación con temporadas anteriores, el calibre de los frutos es considerablemente mayor. Según detalla el informe, 2.544 toneladas tienen un calibre superior a 28 milímetros mientras que el resto, 4.524 toneladas, es menor a 28 mm.
“Una mejora en los calibres del fruto y una mayor acumulación de horas de frío se traducen en una mejor calidad del producto, lo que hace que las estimaciones de exportación se eleven”, consigna el informe del IDR.
En cuanto al clima, desde el ente provincial remarcaron que “pese a las contingencias climáticas, especialmente el viento Zonda, se esperaba una buena producción por la buena respuesta de la floración y del cuaje del fruto”.
De acuerdo al organismo, para confeccionar el pronóstico se analizaron las variedades, Bing, Lapins, Brooks y Santina en la etapa de comienzo de floración.
Viento, producción y precios
Diego Aguilar, presidente de la Cámara de Cereza de Mendoza acompañó los datos que presentó el IDR porque “hay mejores rendimiento y sigue ampliándose la superficie”, además de que acompañó el clima en la etapa de floración, también aseguró que lo difícil es que se pueda corroborar la información debido a la alta informalidad que hay en el sector.
“Se va creciendo muy de a poco en superficie y también está el mejoramiento de los huertos que ya están produciendo y están obteniendo mejores resultados. Además no hubo heladas muy dañinas para la producción, que es uno de los factores que incide en la producción, así que se está esperando esa cantidad de kilos que dio el IIDR”, indicó.
Para el titular de la Cámara de la Cereza “lo difícil del pronóstico de cosecha del IDR es después cruzar los datos con la realidad”.
Aguilar sostuvo que es sumamente complicado “saber si verdaderamente salieron esas 7.000 toneladas” dado que “nos encontramos que muchas de estas frutas va para la industria, otra se exporta que es la que tiene toda la documentación y se puede controlar, y hay otra parte que se comercializa en el mercado interno que tiene una parte formal y otra informal”, sostuvo.
El productor explicó que “al hablar de mercado interno, está lo que se maneja de manera formal y alguna parte de manera informal, que es la que se vende en la calle, en la finca, en las verdulerías. Y se mueve en volúmenes importantes en este punto y es ahí donde se le pierde un poco el rastro. Entonces formalmente uno puede llevar registro de unas 5.500 toneladas, más o menos”, afirmó.
En cuanto a los efectos del viento Zonda, el Instituto de Desarrollo Rural indicó en el informe que “se registraron una serie de daños ocurridos en los montes frutales que fueron visibles en el momento del monitoreo, como son los frutos caídos o los frutos marcados por efecto del ramaleo, esto suele ser común en la temporada, pero debido al fuerte Zonda que sucedió los días 28 y 29 de octubre, la importancia de dicho evento toma mayor relevancia”.
En este sentido, Aguilar comentó que efectivamente “hubo daño, sobre todo en las plantaciones primicias, porque la fruta que está expuesta al viento se roza entre sí y algunos frutos con las ramas de los árboles y eso les deja una marca y después se pierde la condición o la calidad para ser exportada y termina yendo al mercado interno o a la industria”, detalló.
Ramón Hinojosa, productor de Tunuyán, es uno de los afectados directos. “No voy a poder hacer exportación porque el viento me tiró por lo menos 20.000 kilos de cereza, sobre todo en la variedad más temprana, es ahí donde tuve más daño. Las otras variedades están madurando todas pero sigue soplando el viento, veremos que va a pasar”.
“Es un inconveniente como otros tantos pero uno los puede subsanar si uno tiene acceso a créditos pero que se puedan pagar”, reclamó Hinojosa y acto seguido insistió en que “la cereza es la única fruta que yo creo que uno pueda amortizar una inversión de todo lo que hace falta para proteger los cultivos” porque en su visión “es la única fruta que tiene un mercado casi seguro”.
Para Aguilar, la ocurrencia de viento Zonda en esta época les llamó bastante la atención porque “con frutas ya a puntos a ser cosechada, que sigua soplando el Zonda es un evento que es bastante inusual para esta altura del año, estamos a mediados de noviembre y sigue, la verdad que es bastante inusual”, insistió.
Si bien no dieron valores, desde la Cámara de la Cereza indicaron que en lo que hace al precio, la primera etapa de la cosecha se está comercializando con valores más que interesantes en lo que hace al mercado interno, al ser una fruta primicia. Esta condición se mantendrá por unos días, hasta que comienza el ingreso de cerezas desde la Patagonia.
En cuanto al mercado internacional, las expectativas también son más que buenas y más a partir de los problemas climáticos que afectaron la producción en Chile, potencial mundial en venta de cerezas.
“En cuanto a calidad en Chile están bajos por todos los problemas que tuvieron y están buscando fruta en Argentina como para compensar con la calidad. Espero que tengamos fruta de buena calidad porque y va haber una temporada de buenos precios”, comentó Aguilar.
