El fin de semana pasado, el INTA Luján fue el escenario del tradicional Desayuno de la Coviar que, por la pandemia, tuvo que abandonar su tradicional espacio en el Hotel Hyatt. El director nacional del instituto, el mendocino Carlos Parera, habló sobre cómo el año pasado empezaron a aplicar tecnología desarrollada para animales en la lucha contra el Covid en humanos. También, de la priorización de herramientas para vincular al productor con el consumidor para la provisión de alimentos sanos y de calidad.
-¿Qué impacto consideran que puede tener para el INTA ser anfitrión del desayuno de la Coviar y de la visita presidencial?
-Para nosotros es, primero, un gran honor poder ofrecer nuestro INTA, que en realidad es el INTA de todos, para recibir este evento tan importante para la vitivinicultura argentina, para la región y para Mendoza, y para todos lo viñateros, productores, elaboradores y empresas de servicios que conforman la cadena productiva. Los investigadores también.
El INTA es miembro de la Corporación Vitivinícola Argentina y participamos muy activamente en la elaboración del plan estratégico 2021. En esta nueva etapa, hemos colaborado con la Coviar dándole apoyo metodológico para la concreción de este nuevo plan.
Desde el punto de vista nuestro, es fundamental darle apoyo. Primero, porque se construyó con una gran participación: hubo talleres regionales en todo el país y más de 1.500 personas opinando, planteando propuestas. Así que creo que es un buen plan. Por supuesto, siempre hay que estar monitoreándolo y ajustándolo, porque el mundo cambia muy rápido.
Pero creo que las bases están. Se marcaron las grandes avenidas, por decirlo de alguna manera. Ahora hay que empezar a trabajar en el entramado de las calles y eso es territorio puro, que creo que es el gran desafío que tiene el plan. Argentina es muy diversa y esa variabilidad es lo que hay que identificar.
-Ha habido renovación de autoridades en el INTA. ¿Qué implica este proceso?
-El INTA hace su designación de su planta ejecutiva, de los equipos de gestión, a través de concursos. Se realizaron para todas las estaciones experimentales de la Región Cuyo. De cinco estaciones experimentales que tenemos en la región, cuatro van a tener nuevos directores y directoras, y sólo uno continúa en su labor.
Estos directores se eligen por la propuesta de gestión que hacen, por sus antecedentes. Estamos muy contentos porque tenemos tres mujeres en las cinco estaciones experimentales. Colegas que, por sus capacidades y propuestas, están en este puesto hoy. Otro detalle importante es que son gente joven. Todo cambio genera expectativas y desde INTA central estamos apoyándolos para que puedan hacer una buena gestión.
-¿Qué efecto tuvo el cuestionamiento de politización dentro del INTA?
-Nosotros trabajamos. El INTA demuestra su accionar a través de ensayos a nivel de estaciones experimentales y con productores, actividades de extensión, apoyo a pequeños productores, desarrollo del programa Prohuerta. La gente tiene el derecho de opinar. Nosotros no cuestionamos eso. Mi rol como director nacional es asegurarme de que el INTA pueda cumplir su misión y a eso estamos abocados. Siempre hay comentarios, pero nosotros demostramos con hechos que estamos trabajando.
-¿Qué balance hace de 2020, su primer año de gestión?
-El 2020 fue un año muy complejo para todos. Nosotros tuvimos que organizar la institución para poder funcionar en forma virtual. Agradezco a la gente que nos dio todo su apoyo a pesar de la virtualidad. Nuestra cartera de proyectos siguió funcionando y sostuvimos los compromisos internacionales y nacionales.
Sobre todo en la primera etapa de la pandemia, trabajamos con nuestras agencias de extensión para tratar de asegurar alimentos a las poblaciones más vulnerables. Organizamos la producción y circuitos cortos de comercialización y para eso se usaron varias herramientas y apps, que el consumidor pedía. Como teníamos los grupos de productores de frutas y hortalizas organizados, armaron bolsones. Fue una experiencia interesante, que funcionó muy bien. Hubo acciones en todo el país, incluida Mendoza. Buscamos contribuir a que el abastecimiento de alimentos siguiera funcionando.
Un tema totalmente distinto fue dar apoyo al sistema de salud. Tenemos laboratorios en distintas estaciones experimentales del país con niveles de seguridad como para trabajar con el coronavirus. Los equipos técnicos nuestros tenían experiencia de trabajo en coronavirus y entonces pusimos a disposición del Ministerio de Salud cinco laboratorios para hacer diagnósticos de Covid y también capacitamos a gente de algunos hospitales en la detección de coronavirus.
Por otro lado, armamos una estrategia de trabajo para generar paliativos para el virus. Tenemos un proyecto de producción de nano-anticuerpos a partir de camélidos, de llama, que está funcionado muy bien. También hay algunos avances respecto de una nano-vacuna. Un grupo nuestro de Bariloche tenía antecedentes de trabajo, no para humanos, sino para animales. Hoy tenemos el ensayo de neutralización viral y ya aparecieron cinco clones neutralizantes. Nos hemos asociado con el Conicet, otros organismos y laboratorios privados para obtener financiamiento y ver cómo podemos aportar soluciones a este problema.
-Es decir que están ampliando sus áreas de intervención…
Si bien no trabajamos en salud humana, estamos trabajando en un concepto de salud integral, donde se unen sanidad humana con los productos que se usan, la salud animal. Porque esto es un ejemplo. Lo que ha pasado, de que la salud es una sola. Si las pruebas que se están desarrollando en este momento dan positivo, entraríamos a fase de salud humana. Es bastante promisorio.
-¿Qué planes tienen para 2021?
-Estamos en un proyecto de construcción de nuestro plan de mediano plazo. El INTA, cada 4 años hace un nuevo plan, que es una hoja de ruta corta, en el marco de un plan estratégico institucional. En base a lo que estamos viendo, comprobamos que estábamos enfocados, porque veníamos trabajando en nano-anticuerpos, aunque no lo estábamos haciendo para salud humana, sino para animales. Y lo mismo con las nano vacunas.
Igualmente, la pandemia ha hecho aparecer nuevas alternativas de comercialización, sobre todo de productos en fresco, que van a cambiar el panorama. En eso estamos trabajando, con las capacitaciones en buenas prácticas agrícolas.
Carlos Parera ingresó al INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) como becario en la Agencia de Extensión Rural La Consulta (San Carlos), en 1980. Además de especializarse en temas vinculados con la fisiología vegetal y la optimización del uso de los recursos naturales, se desempeñó como director de la Estación Experimental Agropecuaria San Juan, desde 1992 hasta 2003, y como director del Centro Regional Mendoza-San Juan, desde 2003 hasta 2014. En noviembre de 2019, el mendocino asumió el cargo de director nacional del INTA.