Recientemente, el área de Gestión de Información del Instituto de Desarrollo Rural (IDR) elaboró el informe “Los números del durazno industria 2021″. Allí se refleja la importancia de este cultivo en Mendoza, con un 97 % de la producción nacional. Sin embargo, la superficie sufrió un retroceso de 2017 (7.089 ha) a 2020 (5.439 ha), una caída del 23 % (1.650 ha menos). A esa caída se suman preocupaciones del sector por el mercado interno y las heladas.
Mariana Ríos, técnica del IDR y parte del equipo que elaboró el informe, explicó que, respecto del Censo de 2017, la superficie tiende a caer en todos los oasis. Incluso, las zonas Sur y Noreste mantienen esta tendencia desde 2004. Las 5.439 ha locales se dividen en 3.078 ha en el Valle de Uco, 1.741,5 ha en el Sur y 619,5 ha en el Noreste.
“El Valle de Uco concentra la mayor superficie de durazno. Este oasis productivo fue incrementando su superficie desde 2004 a 2017, pero en la última actualización se observó un cambio de la tendencia, debido a la erradicación de propiedades de superficies medianas y grandes”, señaló la técnica del IDR.
Parte de esa baja en el Valle de Uco se explica porque dos empresas conserveras de la zona vendieron y erradicaron 330 ha en total. Algo similar ocurrió en el oasis noreste, en donde se erradicaron los cultivos de dos grandes propiedades: 100 ha en Maipú y 140 ha en San Martín.
Además, es importante mencionar que los rendimientos de la temporada 2020/2021 fueron de 111.253 toneladas, con una superficie efectiva de 5.078 ha y un rendimiento de 22 toneladas por ha. Ríos detalla que los mejores rendimientos fueron en el Valle de Uco debido a: condiciones climáticas más favorables, calidad y disponibilidad del agua de riego y nivel tecnológico de las propiedades, “es decir, a un mejor manejo en general de las parcelas”.
Desde la Asociación para la Innovación Agrícola (AIA), su presidente, Alain Boulet, planteó reparos a los números del Sur: “Esto yo lo he dicho antes. Se relevan superficies pero no el estado vegetativo. Hay muchas hectáreas en el sur que prácticamente no producen nada. Yo conozco propiedades que figuran como activas y no son fincas en producción. Ese error estaba en el censo de 2017 y lo han repetido en 2020.”
De todos modos, el dato crucial para el presidente de AIA es la concentración de la producción y la industria. En su análisis, el 80% de la producción está en manos de 24 productores, de los cuales cinco son industrias que producen sus propios duraznos. En la industria, tres empresas (Maxiconsumo, Diarco y AVA) concentran el 80%. “Este fenómeno de concentración no es nuevo en el mundo, pero se está consolidando en Argentina”, señaló Boulet.
En cuanto a sus propios relevamientos, desde AIA sostienen que en el Valle de Uco y Agrelo se concentra el 90% de la producción local con un total de 2.800 ha y una cosecha de 88 mil toneladas. Entre 2020 y 2021, se han erradicado entre 180 y 200 ha, pero se implementaron unas 140 ha nuevas con mayor densidad y riego tecnificado.
Panorama actual del durazno
Desde el lado productivo coinciden en la caída de los últimos años en la producción. Leandro Roldán, gerente de la Cámara de Fruta Industrializada de Mendoza (Cafim), destacó que una razón de la caída es la falta de financiamiento para enfrentar las nuevas temporadas, sumado a la ausencia de variables económicas claras y de acuerdos comerciales (históricamente, se exporta el 20% de la elaboración, en especial a países limítrofes).
Un aspecto positivo que destaca el gerente de Cafim para esta temporada es que la producción pasada ya se vendió y no hay un sobrestock que presione los precios a la baja. El problema ahora es que se desconoce cómo afectará a las ventas la política nacional de precios congelados, ya que un distribuidor no convalidará nuevos aumentos de precios.
“No sabemos tampoco cómo nos afectará la ley de etiquetado frontal. Hoy día una durazno debería tener en la etiqueta un hexágono negro igual que una gaseosa que tiene mucha más azúcar. Hay que ver cómo se reglamenta y después las resoluciones para ver cómo se adecua”, analizó Roldán.
Por su parte, Arturo Giaquinta, productor referente del Valle de Uco, aseguró que “tanto la cantidad de hectáreas como de productores de durazno se ha reducido” en comparación con 2020. “Los principales problemas que tenemos en el sector son los insumos que nos cobran en dólares. Hay productos que están faltando”, opinó.
Este productor prefiere ser cauteloso hasta la época cercana a la cosecha (en el verano), aunque desde ya se preocupa por las dificultades en conseguir mano de obra. Si bien en setiembre el Ministerio Nacional de Trabajo emitió la Resolución DNU 514/2021 que permite a los cosechadores seguir cobrando un plan social mientras trabajen (antes se suspendía por un tiempo), varios dudan de la cobertura.
Otra preocupación es por el efecto de las heladas, que este año se dieron en algunas zonas productivas en la madrugada de los días 14 y 15 de setiembre (en la etapa de floración), y 3 y 4 de octubre (afectando el cuaje de frutos) en el sur y el Valle de Uco. Hay que esperar de 15 a 20 días para evaluar los daños, y en el IDR estiman que en la zona Sur puede haber daños de hasta un 50%.
Leandro Roldán analizó que el daño depende mucho de la zona, con producciones que perdieron 80%, otras 40% y otras 20%. “En diciembre, cuando esté bien cuajada la fruta, se podrá hacer una estimación más precisa.
Tecnología e integración
Mariana Ríos destacó que el riego de tipo presurizado ganó popularidad con los años y hoy alcanza el 56% de las hectáreas. “En 2010, la superficie con sistemas de riego presurizado era sólo del 25%. Actualmente se han incorporado estos sistemas a más de la mitad de la superficie cultivada con durazno para industria”, explicó la técnica del IDR.
Además, Mendoza cuenta con una capacidad fabril instalada de 35 empresas registradas ante la Dirección de Industria y Comercio. De éstas, detalla el informe, 25 concentran la totalidad de duraznos envasados en latas y pulpas envasadas en tachos y bolsas asépticas de 200 litros (empresas con mayor volumen de producción). Las restantes son artesanales y producen durazno en mitades, pero comercializados en frascos de vidrio.
Otro punto llamativo del sector es que el 27 de junio de 2007 se conformó la asociación civil Federación del Plan Estratégico de Durazno para Industria (Fepedi), con el objetivo de representar a productores primarios, agroindustriales y viveristas.
La presidencia rota entre asociaciones de productores e industriales, y su actual presidente es Leandro Roldán, gerente de Cafim. “Presentamos un proyecto en el Mendoza Tec Asociativo por U$S 70 mil y, como Fepedi, vamos a poner U$S 20 mil más. Es un programa de agricultura de precisión”, comentó el referente del sector. Con estaciones meteorológicas, planean medir variables climáticas y específicas de la fruta.