En un encuentro que representantes del sector olivícola mantuvieron con legisladores y funcionarios nacionales, se acordó comenzar a trabajar en la Denominación de Origen del aceite de oliva virgen extra de la zona norte de Mendoza. El Instituto Nacional de Vitivinicultura adecuará sus laboratorios para realizar los análisis que los productos requieran.
El objetivo de la reunión fue que empresarios, productores y funcionarios pudieran analizar las problemáticas del sector olivícola mendocino, para establecer una agenda de trabajo conjunto.
Mendoza tiene una centenaria historia en la producción de aceite de oliva virgen extra. Se trata de un producto reconocido a nivel mundial por los atributos de calidad que le confiere el agroclima de la zona Norte de la provincia. El sector, representado por la Asociación Olivícola de Mendoza, inició en el año 2.018 el proceso administrativo para obtener la Denominación de Origen Aceite De Oliva Virgen Extra de la Zona Norte de Mendoza.
La legislación nacional establece el derecho al uso de la Indicación de Procedencia en forma exclusiva y del nombre que la identifica, lo que incluye el derecho al uso de emblemas, distintivos, siglas, logotipos, marbetes. Además del control y garantía de calidad especificada en la Denominación de Origen registrada. Ya existen otros productos que han sido reconocidos, como la Yerba Mate Argentina, el Cordero Patagónico, el Salame de Tandil y el Melón de Media Agua San Juan, entre otros.
De esta manera, el Aceite de Oliva Virgen Extra de la Zona Norte de Mendoza puede obtener el amparo legal de su reconocida tipicidad y originalidad que, producido en este entorno geográfico específico, por la influencia del medio natural y del trabajo del hombre, desarrolla cualidades particulares y un carácter distintivo.
Gabriel Guardia, gerente de Olivícola Laur, explicó que hace un tiempo están trabajando con diversos organismos del Estado, privados e instituciones académicas para lograr esta identificación geográfica. Y añadió que el producto que elaboran en su empresa se encuentra en el tercer lugar, en cuanto a calidad, en un ranking que incluye a cien olivícolas de todo el mundo. En este sentido, consideró que la tipicidad del aceite de oliva mendocino es, como la del malbec, indiscutible.
Para lograr la IG se necesita cumplir, además de con un proceso administrativo, con una determinación físico-química. Guardia comentó que hoy, si quieren saber cuál es la cantidad de polifenoles o de escualenos que contiene un aceite, deben enviar las muestras a España. Y que lo mismo sucede si quieren determinar la presencia de pesticidas, ya que un laboratorio en Neuquén sólo incluye un número acotado de agroquímicos en sus análisis.
De hecho, comentó que, el año pasado, cuando, por el incremento del consumo que trajo la pandemia, se agotó el stock local de aceite de oliva, estaban estudiando la posibilidad de traer de Perú. Sin embargo, entre que les enviaron la muestra y ellos la remitieron a España para los análisis de pesticidas, transcurrieron dos meses y los potenciales proveedores vendieron el producto.
El presidente del INV, Martín Hinojosa, les ofreció el laboratorio del instituto para realizar estas determinaciones, lo que podría significar para los productores un considerable ahorro en tiempo e inversión. El titular del organismo resaltó que la infraestructura ya está y que sólo deberán incorporar nuevos insumos y capacitar al personal para que pueda realizar estos análisis.
Guardia consideró que el encuentro también fue una oportunidad para visibilizar que hoy la industria olivícola mendocina se está quedando sin material prima local. Es que, de las 20 mil hectáreas de aceituna que había en la provincia, quedan apenas 5 mil. Laur sólo utiliza aceitunas mendocinas para sus productos de alta gama, mientras para los de gama media trae de San Juan, La Rioja y Neuquén. En estas provincias, destacó, se han afianzado grandes cultivos, con riego presurizado y tecnificación, lo que ha posibilitado que los emprendimientos sean rentables. Y planteó que se necesitan políticas de Estado para incentivar un desarrollo similar en Mendoza.
De la mesa de trabajo participaron el presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura, Martín Hinojosa; el secretario de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional de la Nación, Marcelo Alós; la senadora Anabel Fernández Sagasti; el senador Adolfo Bermejo; el presidente de la Asociación Olivícola de Mendoza (Asolmen), Luis Mansur; Juan Carlos Najul, del Centro INTI Mendoza; y Gabriel Guardia, gerente de Olivícola Laur, entre otros.