Los consejos que dan los expertos apicultores para reconocer la miel pura de la adulterada son pocos y muy simples de seguir.
En principio, lo mejor que puede hacer el consumidor es comprar la miel cuando está dura o cristalizada. Si bien la mayoría le escapa, la miel en ese estado es sinónimo de pureza.
Por eso, los apicultores sugieren sospechar cuando se ofrecen mieles más líquidas y a precios bajos.
En la actualidad, un kilo de miel al público ronda los $1.500 mientras que en las esquinas va de $800 a $1000.
Atención: no es lo mismo
También hay que saber diferenciar la miel, del alimento a base de miel. Ambos productos están incluidos en el Código Alimentario Argentino pero no son lo mismo.
En el caso del alimento a base de miel, si bien es líquido y nunca va a cristalizar, por lo general está mezclado con otros productos, como azucares o jarabe de maíz de alta fructosa para aumentar el volumen y reducir costos. El resultado es una miel de baja calidad, pero también con menos propiedades nutricionales. Siempre es recomendable leer la etiqueta en el envase para saber lo que se está comprando.
Del otro lado, hay que saber que toda la miel que es pura va a cristalizar, se azucaran o se endurecen. En cualquier caso, es recomendable comprarlas en lugares de confianza: de forma directa al apicultor, en dietéticas o mercados, como el de la economía social.
Consejo práctico para una miel más cremosa
Para volver más líquida la miel pura no es recomendable calentarla, sino batirla.
La miel no debe calentarse a baño maría ni en microondas porque al entibiarla pierden propiedades nutricionales.
En cambio, se aconseja batirla para romper los cristales de azúcar y así lograr una miel cremosa. Esto se hace una sola vez, porque después no vuelve a cristalizar.