En Mendoza, la actividad apícola continúa su evolución con un crecimiento sostenido de la producción, aunque por debajo de su potencial, según referenciaron los referentes del sector consultados por diario Los Andes. Se trata de una actividad que permite la exportación de “material vivo”, así como del producto, y con ello, el ingreso de divisas genuinas, solo en el último año se exportaron desde Mendoza U$S 2.991.000 al exterior.
En este contexto, la implementación del “Mapa de Georreferenciación Apícola” por parte de la Dirección de Ganadería, dependiente del Ministerio de Economía y Energía, ha marcado un hito significativo desde su lanzamiento en 2021. Esta herramienta permite un detallado seguimiento y ordenamiento de los apiarios en toda la provincia, facilitando así el desarrollo y la regulación de la actividad.
Según datos recientes de la Dirección de Ganadería, Mendoza cuenta con 525 productores georreferenciados, distribuidos estratégicamente, y una impresionante cantidad de 111.012 colmenas en plena producción. Los principales centros apícolas se concentran en los oasis Sur y Norte, destacándose San Rafael, General Alvear y Lavalle como los puntos de mayor actividad, albergando conjuntamente más de 66 mil colmenas.
No obstante, se trata de una actividad que tiene sus riesgos: las abejas son muy sensibles a los factores climáticos, sobre todo en lo que se refiere a la crisis hídrica y los apicultores encuentran en ello una de las principales dificultades para potenciar el crecimiento del sector.
Al respecto, el empresario apícola de General Alvear, Marcos Amoros, refirió que el último año, las lluvias fuera de fecha perjudicaron la recolección de miel. No obstante, se trata de un sector en el que los productores sostienen la actividad por diversos factores, incluyendo los beneficios que tienen las abejas para la agricultura.
“La apicultura necesita una línea de crédito flexible, como sucede en Buenos Aires, o en el resto del mundo, en donde los estados ayudan a solventar gastos para que sea rentable. En ese marco, esperamos una modificación de la Ley Apícola, que hoy impulsa el diputado José Vilches (UCR)”, destacó.
El apicultor participó como expositor en el Primer Encuentro Internacional Apícola de Mendoza, que tuvo lugar el pasado fin de semana el predio ferial de General Alvear y al que fueron invitados exponentes de países vecinos y otras provincias de la Argentina. Al respecto explicó que se trató de una iniciativa que debería replicarse a lo largo del año y en diversas localidades para avanzar en la capacitación de los productores e impulsar la inversión en el sector.
“Tuvimos capacitaciones dirigidas a los jóvenes y sumamos un concurso en el que tenían que elaborar un video corto para redes sociales con un premio económico para el mejor. Quienes quieran iniciarse en la apicultura deben encontrar la suficiente información y el incentivo para hacerlo y que les resulte rentable”, destacó.
Otro aspecto que resulta necesario para el avance de la actividad en la provincia, de acuerdo con el productor es una adecuada “tipificación” para las mieles. “Se necesita que esté involucrado el Gobierno para eso. Mendoza tiene muy buenas mieles, por lo general oscuras, que son las que más propiedades tienen, pero también hay distintas variedades y mieles claras”, agregó Amorós e insistió en que la capacitación debe ser constante para que se difundan y conozcan las bondades del producto local.
El precio de la Miel: $1700 por kilo
El precio de la miel ronda los $1.700 por kilo, en el caso de las mieles claras y $1.400 para las más oscuras (precio a granel, en tambores de 300 kilos). El precio puede variar según la región en la que se trabaje el producto, pero se mueve en esos rangos en todo el país y de acuerdo con el productor apícola, hoy por hoy resulta bajo para solventar los gastos fijos que subieron muy por encima de lo que hizo el producto final.
Pero al mismo tiempo, destacó las herramientas con las que pueden contar los productores para mejorar el rendimiento y aumentar los ingresos y, como en toda otra actividad, la clave está en la investigación y la inversión: “a veces resulta difícil hacer entender a los productores que el recambio de reinas es como ponerle un motor nuevo a las colmenas y promover que la producción se mantenga en el 100% de la capacidad”, agregó Amoros.
No obstante, las reinas en sí mismas son parte del negocio de la miel, ya que Mendoza exporta material vivo, tanto abejas reinas como “paquetes” (reinas y abejas), a distintas partes del mundo, pero también a otras provincias.
“Mendoza exporta reinas de muy alta calidad, porque se trata de una abeja que puede adaptarse a cualquier lugar porque proviene de un terreno árido y luego, al ser introducida, por ejemplo en la pampa húmeda, solo encuentra mejores condiciones”, cerró el apicultor.
El proceso para lograr una nueva ley apícola
Tal y como señaló Amoros, la comisión de Economía, que preside Guillermo Mosso (PRO), continuó con el análisis de un proyecto de José Manuel Vilches (UCR) que plantea modificaciones a la Ley 6.817 - sobre la promoción, protección y desarrollo de la actividad apícola en la Provincia de Mendoza -.
“Si bien la misma implicó un puntapié inicial para la actividad, y un respaldo y reconocimiento por parte del Estado, sus aportes (de la Ley 6817) han quedado desactualizados con el pasar de los años”, afirma la fundamentación del proyecto presentado por Vilches. Esta normativa, además de la actualización que pretende, también se refiere específicamente a los productores apícolas que ingresan a la provincia, fundamentalmente en época primaveral, y que si bien son necesarios por la polinización y beneficios para los productores locales, su recorrido en la provincia debe ser controlado y focalizado de acuerdo a las necesidades que se tengan en diversas áreas.
¿Por qué es necesario modificar la Ley 6.817?
Vilches destacó que la miel es un producto demandado a nivel internacional (ha tenido un crecimiento del 175% entre 2003 y 2022); y en los últimos años viene consolidándose un consumidor enfocado en tener una dieta saludable, rica en propiedades nutricionales (lo que la vuelve un producto muy utilizado en dietas kosher judías y otras dietas alternativas).
Argentina ha sido históricamente, uno de los grandes productores a nivel internacional, aunque ha perdido peso frente a otros grandes exportadores, como China (que vende una miel de menor calidad) y Nueva Zelanda (que elabora un producto de alta calidad, requerido por países importadores que demandan de este tipo).
Mendoza, en particular, cumple con condiciones altamente favorables, ya que produce un producto de alta calidad y baja humedad, sin embargo termina perdiendo sus propiedades originales frente a la mezcla con mieles de otras regiones. Mendoza ha crecido en los últimos años, tanto en producción como en miel exportada, y sin embargo queda mucho por crecer, eso solo representa u piso par la actividad (la apicultura comprende solo el 0,18% del PBG provincial), aunque su potencial es sustantivo teniendo en cuenta la tendencia. En el último año se exportaron desde Mendoza U$S 2.991.000 al exterior.
El proyecto del radical (expediente nº 82319 de la Cámara de Diputados) tiene como objetivo la modificación parcial de la ley provincial 6.817 sobre la promoción, protección y desarrollo de la actividad apícola en la Provincia de Mendoza, lleva más de dos décadas sin tocarse. Desde entonces, el sector ha crecido un 250% a nivel provincial, lo que habla de la evolución del sector.
El proyecto ha sido elaborado de manera participativa, involucrando a los principales actores de la provincia. Entre ellos destacamos a las autoridades de la Dirección de Ganadería, especialistas en el tema, el Consejo Apícola Provincial, la cooperativa apícola El Chañar y productores independientes. Con esto, el espíritu del proyecto atiende a la necesidad de solucionar ciertos inconvenientes de aplicación, como así también modernizar y adecuar la normativa a los tiempos actuales. Con este fin, propone una reconversión:
1) Favorecer el control de los ingresos y egresos por parte del ISCAMEN para mejorar los estándares de competitividad y que los productores locales no se encuentren en desventaja frente a los productores trashumantes;
2) Llevar a cabo un Mapa Apícola que ordene territorialmente la actividad con el fin de evitar potenciales conflictos entre productores;
3) Promover la actividad apícola mediante ayudas materiales, pero especialmente llevando a cabo un recambio social que abarque desde lo educacional (fomentando la actividad por su valor cultural y sus potencialidades económicas) hasta los patrones de consumo de los propios mendocinos;
4) Crear una marca de origen para los productos derivados de la apicultura mendocina, dando a conocer sus características distintivas y sumando valor agregado a los mismos.
Con esto en mente, se busca consolidar al sector, aumentar la producción y sumar valor agregado a la miel mendocina. El sector está tendiendo a cambiar la forma de comercialización agregándole valor en origen para saltar de los tachos de 300 kilos a la venta fraccionada, sistema de packaging en envases de 1 kilo, 500 gramos o de menor volumen. Ese giro en la actividad permitiría, con los precios actuales, duplicar el valor de venta y aumentar sustancialmente la rentabilidad.
“Queremos apoyar ese recambio mediante el fomento de nuestra miel, fomentar el consumo interno de un producto sano por naturaleza, creando una marca distintiva que asegure la calidad del producto, su trazabilidad, y el resguardo de su valor local”, sumó el diputado.
Las salas de extración: 25 para 525 productores
El apoyo que requiere la actividad significa avanzar en un cambio principalmente cultural y además adosar equipamiento a las salas de extracción para realizar el fraccionamiento del producto (actualmente existen 25 de ellas para los 525 productores locales).
Para el legislador, se requiere de un esfuerzo del sector privado, que garantice inversiones con el fin de dinamizar el sector, pero el Estado también debe ser capaz de mantener condiciones medioambientalmente sanas (regular ingresos y egresos a la provincia); fomentar la dinamización de la cultura apícola, y especialmente el valor de origen de la misma; pero sobre todo ordenar territorialmente el mapa con el fin de permitir el crecimiento sostenible de la actividad, y no operar como un bloqueo hacia la misma.
El crecimiento del sector debe ser en base a un mutuo apoyo entre el sector privado y público, atendiendo a las demandas que surjan y garantizando condiciones favorables para la apicultura.
“El tema es muy interesante, la apicultura es un fenómeno que todas las personas deberían conocer, es un mundo lleno de solidaridad, de trabajo en grupo, donde cada uno cumple su rol y funciona de manera perfecta. Los apicultores, especialmente los mendocinos, hacen un trabajo silencioso (como el de sus abejas) que pocos conocen y grandes sacrificios, logrando un producto exquisito, de altísima calidad, muy diferente al resto del país. Nuestra región es muy importante en el rol nacional, ya que nuestra ubicación geográfica atrae a muchos apicultores transhumantes de la Pampa Húmeda en busca de las primeras flores del año”, cerró Vilches.