Cada año, los alumnos de segundo de la Tecnicatura en Enología del Terciario Don Bosco elaboran dos o tres vinos como parte de sus prácticas, que la Bodega Don Bosco comercializa, cuando el resultado final tiene la calidad adecuada. En 2020, los estudiantes obtuvieron un sauvignon blanc, que los docentes aseguran podría haber tenido muy buen desempeño en algún concurso, y los jóvenes propusieron donarlo a Cáritas, para que lo venda y obtenga fondos para ayudar a quien lo necesita.
El director del terciario, Alfredo Baroni, explicó que los alumnos de segundo elaboran, en la bodega escuela, un tanque de mil litros, ya que la idea es que sea una escala comercial. Parte de ese vino se utiliza para hacer análisis y degustaciones, como parte de las prácticas de los estudiantes, y, cuando el producto final es de buena calidad, se vende.
En 2020, los jóvenes elaboraron dos vinos: un tinto que se va a colocar en barrica y quedará en guarda, y un sauvignon blanc, cosecha tardía, con uvas que les donó una finca de San Carlos. Como este último no es de guarda, tenían la opción de enviarlo a un corte general, pero los docentes prefirieron no hacerlo porque el producto es muy bueno y se iba a perder el valor del trabajo de los estudiantes.
Los mismos jóvenes plantearon una alternativa: fraccionarlo y entregárselo a Cáritas, para que los venda y tenga fondos para sus tareas de asistencia. Desde la entidad ya están diseñando una etiqueta que da cuenta del fin solidario de la venta y los docentes han fijado el 21 de setiembre como fecha para realizar el fraccionamiento de las 400 a 500 botellas, como un modo especial de celebrar el Día del Estudiante.
Baroni detalló que las uvas provienen de una finca ubicada en el pedemonte del Valle de Uco y que el vino hubiera quedado muy bien posicionado en un concurso, por lo que era una lástima volcarlo a granel. Como fieles de la parroquia ya había elaborado dulces para que Cáritas vendiera, se decidió hacer lo mismo con el vino. La Bodega Don Bosco, en tanto, donó las botellas.
Jorge Nazrala, docente de la institución desde hace más de 15 años, destacó que la DGE autorizó las prácticas de los alumnos, con un protocolo estricto. Así, comentó que en un video que compartieron en Facebook sobre la experiencia, se puede apreciar la sonrisa de los jóvenes durante la cosecha, a fines de febrero, y cubierta por el barbijo más adelante, en la etapa de elaboración.
También resaltó la iniciativa de los jóvenes, de proponer la venta a beneficio, y la aceptación por parte de la bodega, que tiene un fin comercial. Asimismo, consideró una buena idea dar a conocer esta tarea, entre tantas malas noticias sobre el Covid-19, y demostrar que no es cierto eso que tanto se repite, que “la juventud está perdida”.
