Con las lluvias de noviembre y diciembre, un sector que tiene preocupaciones serias es el durazno. Si bien el mayor temor está en el durazno para consumo en fresco (el que va a industria se cosecha un poco después), cuando hay temperatura y madurez ambos se pueden ver afectados por la Monilia o “Podredumbre morena”, además de la “Viruela holandesa”.
Vale recordar que Mendoza es la principal productora de duraznos del país. Según el Censo Nacional Agropecuario de 2018, la provincia tiene 9.711,3 ha de duraznos para industria (97% del total nacional) y 3.634,9 ha de duraznos para consumo en fresco (el 39% del total país).
Cuando hay una gran cantidad de azúcar en el fruto y de horas de “hoja mojada”, por las lluvias y el rocío con una mayor humedad ambiental, se suele reproducir el hongo Monilia. También puede afectar otra enfermedad micótica: el “mal de munición” o “viruela holandesa”, que se ve como si hubieran disparado la hoja con una ametralladora. Los duraznos para consumo en fresco maduran antes y, con una cosecha ya iniciada, la preocupación es mayor.
El ingeniero agrónomo Alain Boulet, presidente de la Asociación para la Innovación Agrícola (AIA), comentó que, en base a los datos de su Programa de Agrometeorología para Duraznero, están advirtiendo a productores de variedades para consumo en fresco. “Hemos tenido lluvias chicas, pero son suficientes como para generar los hongos. En las variedades de fresco sugerimos que se hagan tratamientos preventivos porque si no puede haber daños”, comentó.
Además, si llega a haber granizo y la piedra genera una herida, se debe tratar o la Monilia puede atacar al fruto en 24 horas. “El fruto está protegido por una epidermis que evita que el hongo penetre pero, cuando hay una herida, el hongo entra por ahí. Si algún productor tuvo un granizo, aunque sea chico, debe aplicar la protección contra Monilia”, describió Boulet.
Mariel Marín secretaria técnica del Iscamen, remarcó que “hay muchas variedades con distintos momentos de cosecha” y que es importante “estar muy atento a cualquier síntoma que encuentren en el cultivo”, como una hoja que pareciera perforada o cuando se vea una capa de felpa sobre el fruto.
“Ante la duda de síntomas extraños, el productor debe acercarse a un profesional de confianza para que haga la recomendación específica. Si piensa que es un hongo y en realidad es una plaga, lo que va a hacer es perder plata aplicando un tratamiento incorrecto. Si no consulta bien, además de dinero, va a perder la producción”, advirtió Marín.
Cosechar bajo la lluvia
Según el Pronóstico de Cosecha Frutícola 2021-2022 del Instituto de Desarrollo Rural (IDR), la superficie de durazno para consumo en fresco se mantiene estable en torno a las 3.600 ha y se espera una cosecha de 47.346 toneladas, un número menor a las 55.755 t de la temporada pasada.
Claudio Giusti es un productor de durazno en fresco, viña y ciruela, miembro de la Sociedad Rural del Valle de Uco. Las lluvias les afectan porque empiezan a aparecer enfermedades, ya sea de hongos o viruela: “Nosotros hemos tratado de manejarnos con manejos preventivos y curaciones, pero el tema es que tan cercano de la cosecha hay productos que no se pueden aplicar. Hay que ir viendo cómo sigue todo”.
De momento, no se han concretado grandes daños en la producción, pero se estima que por lo menos hasta el martes continúen las altas probabilidades de lluvia. De todos modos, el único problema no es la lluvia, sino que una elevada humedad en el ambiente propicia el crecimiento de estos hongos.
“No estamos acostumbrados nosotros ni las producciones a este tiempo climático. Es común que haya lluvias en enero y febrero, pero en diciembre no tanto”, reflexionó Giusti. A eso se suma que el frío demora la maduración de los frutos y, en su caso, comenzó la cosecha de manera leve la última semana
Este productor del Valle de Uco también tiene viña, y considera que la diferencia es que ahí se maneja “con curaciones más sensibles o haciendo movimiento del suelo para que se evapore la humedad”, pero “en durazno no podés mover el suelo porque ahí lastimás las raíces y afectás la producción”.
Durazno para industria
Con una superficie en torno a las 5.000 ha (3.000 de ellas en el Valle de Uco), para la temporada 2021-2022 se espera una cosecha de durazno industria de 82.038 toneladas. Ese número es un 26% menos que las 111.253 t de la temporada anterior.
Desde la Federación Plan Estratégico para el Durazno Industria (Fepedi), su presidente, Leandro Roldán, comentó que el IDR hizo el pronóstico de cosecha que incluye la afectación por lluvias hasta fines de noviembre, pero no así diciembre.
Si bien han existido algunos granizos, han sido menores para las principales zonas productivas, por ende, no se ha realizado el ajuste por granizo. Además, la lluvia no afectaría mucho al durazno de industria mayormente, e incluso podría permitir que tenga más agua y crezca un poco más. De todos modos, desde Fepedi también aclararon que “si siguen estas lluvias hay peligro de Monilia en variedades tempranas como Pavia Catherine y Loadel”.
Alain Boulet recordó que para la “Podredumbre morena” el fruto debe tener azúcar y una cierta cantidad de horas de hojas mojadas, algo que suele ocurrir en febrero. En general, diciembre es cálido seco, mientras que hasta el momento ha sido fresco y húmedo, con condiciones similares a la primera quincena de febrero.
“Recomendamos hacer aplicaciones contra Monilia. Tenemos un diciembre atípico, y se están dando las condiciones para que se desarrolle también en durazno para industria, sobre todo en variedades que se cosechan hasta el 10 de enero. Las otras todavía no tienen suficiente azúcar”, afirmó el presidente de AIA. Para las tempranas, recomendó realizar tratamientos químicos con Polisulfuro o Tebuconazole, sobre todo si han sufrido daño por granizo.