Las heladas tardías de esta época del año son una de las grandes preocupaciones de los productores agropecuarios mendocinos. Con el ciclo ya iniciado en la mayoría de los cultivos, las plantas están susceptibles al daño que puede producir el descenso de las temperaturas mínimas por debajo de los cero grados, algo que puede producirse en los próximos días.
De acuerdo al pronóstico de la Dirección de Contingencias Climáticas de Mendoza (DCC), en las próximas jornadas podrían producirse heladas parciales en algunos puntos de la provincia, lo que es una gran amenaza para los productores, que ya piensan en cómo mitigarlas.
De acuerdo a lo publicado por la DCC, información que se actualiza diariamente a las 17 horas y es elaborada por el meteorólogo Carlos Bustos, a partir del domingo habrá un marcado descenso de la temperatura, luego de que en los días previos el termómetro supere los 30 grados. Así, para el lunes 31 de octubre anticipa “poca nubosidad con ascenso de la temperatura, vientos leves del noreste y heladas parciales”, con una máxima de 19 y una mínima de 5 grados.
Cómo combatir las heladas tardías
De acuerdo a lo publicado por Los Andes, existen diversas acciones que los productores pueden realizar para reducir el daño que puede ocasionar una helada tardía. Incluyen desde la compactación del suelo, el riego preventivo y la plantación de cortinas forestales, hasta la lucha activa con quemas, la utilización de ventiladores y el riego sub o supra arbóreo.
Los especialistas coinciden en que uno de los más efectivos es la aspersión de agua, que, además, no tiene un impacto negativo en el medio ambiente, como sí sucede con la quema de leña o de combustibles sólidos. Hay dos métodos principales: el riego subarbóreo (por debajo de la planta) y el suprarbóreo (en la parte de arriba de la planta, con aspersores).
En el primero de los casos, cuando el agua pasa del estado líquido al sólido, libera calor. Por eso, se necesita un riego permanente hasta después de la salida del sol, ya que cuando el hielo se derrite, se produce el efecto contrario. Mientras que en el segundo, se crea una especie de “iglú” para las yemas, que las mantiene a cero grados y evita que se congelen.
Según Mauricio Marín, quien comercializa sistemas de riego por goteo y por aspersión en San Rafael, un sistema de defensa contra heladas y riego por goteo demanda una inversión, en términos generales, de unos U$S 6.500 por hectárea (+IVA). Pero aclaró que el monto puede variar según el diseño de la finca y el sistema, y la fuente de agua, entre otros factores.