Alain Boulet: “Podemos triplicar la productividad de un monte tradicional de durazno”

El especialista en fruticultura considera que el sector de durazno debe corregir problemas estructurales. Propone además medidas para la ciruela e innovaciones en agricultura en general.

Alain Boulet: “Podemos triplicar la productividad de un monte tradicional de durazno”
El especialista en fruticultura, Alain Boulet, comparte el trabajo que realizan desde la Asociación para la Innovación Agrícola (AIA).

Desde la discusión por los precios de la materia prima hasta la importación de latas desde China, el tema de duraznos para industria ha tomado una fuerte relevancia estas semanas, a menos de un mes de que se inicie la cosecha local. En ese contexto, el especialista en fruticultura, Alain Boulet, comparte el trabajo que realizan desde la Asociación para la Innovación Agrícola (AIA) y advierte que la situación es más compleja de lo que parece.

-Respecto de la producción, ¿cómo ve la situación del durazno para industria?

-Se ve una caída de la producción, producto del envejecimiento de los montes: hoy el 35% de las plantas tiene 16 años o más, y en los próximos 4 ó 5 años van a desaparecer. La productividad cae porque cada año producen menos, y después se erradican más hectáreas de las que se plantan. Este proceso de erradicación de muchas hectáreas envejecidas nos está llevando a que cada año haya menos durazno. Nosotros somos ineficientes en costos y en productividad. En la medida en que no levantemos la competitividad vamos a depender de aranceles, y eso tiene un límite. Si no se hace nada, en 4 ó 5 años puede que falte materia prima para satisfacer la demanda nacional y haya que importar fruta para satisfacer al mercado argentino.

-¿Le preocupa la compra de durazno enlatado a China?

-Eso es una luz amarilla que si no se toman acciones concretas se puede transformar en una luz roja. Hoy estamos preocupados por un tema puntual de la importación de China, pero no estamos viendo que hay un problema interno y resolverlo depende de nosotros, de los actores y del gobierno provincial, para que la importación no se convierta en algo de todos los años. Hay factores exógenos, como el clima o la macroeconomía, que no puedo dominar. Pero los factores endógenos sí los puedo manejar: cambiar la variedad, mejorar el riego, aplicar mejor los fertilizantes, son cosas que puedo hacer porque los conocimientos están. Los recursos no son tan importantes. Lo más importante es tener la vocación de hacer el cambio.

-La discusión entre productores e industriales muchas veces queda en el precio de la materia prima. ¿Es un enfoque acotado?

-Si la industria, que también tiene su ineficiencia, paga poco es porque no puede pagar más. Lo que hacemos entre industriales y productores es repartir miseria. Si generamos valor, vamos a tener mayor dinero para repartir, pero hoy repartimos pobreza.

Es cierto que falta el crédito. En Argentina es muy caro acceder a él. Pero veamos otros temas: si yo logro poner los fertilizantes en forma eficiente, voy a gastar una menor cantidad, es decir que con gestión técnica se puede ahorrar dinero y obtener mayor producción. En la ecuación, al final del año voy a ganar más. Es una cuestión de gestión y en eso se apoya nuestro programa Durazno 2025.

¿Qué mejoras plantean para el durazno?

Arrancamos el programa en 2018, con alrededor de 600 hectáreas en el Valle de Uco y trabajando en 3 aspectos: la poda, la nutrición y el riego. Trabajamos sobre montes tradicionales y, con mejorar esos aspectos, pasamos de cosechar 35 a 50 toneladas, es decir que aumentamos la producción en alrededor de un 40%. Si yo quisiera aumentar más tendría que arrancar de cero, preparar muy bien el suelo, cambiar la variedad, implementar un riego distinto y plantar más por hectárea. Eso permitirá llegar a 90 o 100 toneladas, triplicando la productividad de un monte tradicional.

-También han presentado mejoras para ciruela. ¿Qué proponen?

-Trabajamos en dos aspectos fundamentales en el tema ciruelas: el riego y la nutrición. Argentina tiene el problema de que la producción es baja y variable. Los productores tienen la tendencia a responsabilizar al clima, ya sea por la helada o por la falta de agua, pero una vez más vemos que hay factores endógenos, como el mal manejo del riego y la nutrición. Cuando logramos cambios en estos dos aspectos, la estabilidad mejora mucho.

Comenzamos hace 2 años con este tema, hicimos más eficiente el riego a través de sensores de humedad y cambiamos la manera de nutrir desde la floración hasta la cosecha. Estamos usando productos hormonales y micronutrientes, logrando muchos más kilos por hectárea tanto en cantidad en frutos como en tamaño.

Nos termina dando 3 veces más, sacamos 30.000 kilos cuando antes teníamos 10.000. Eso va a cambiar el modelo productivo de la ciruela en Mendoza. Lo malo es que ya hay muchas hectáreas que no están en una buena situación de cultivo y no se va a poder hacer ese cambio; sólo se aplicaría con montes en buen estado

-¿Hay otras innovaciones en camino?

-Estamos probando fertilizantes, nutrientes y nuevas variedades, dentro del ámbito de la asociación. A nivel privado, tenemos un sector que se dedica sólo a evaluaciones. Las empresas nos contratan para hacer los ensayos, evaluamos distintos productos y otorgamos los resultados. Tenemos 21 ensayos en marcha. Una vez evaluado un producto estadísticamente, podemos recomendarlo o no.

En ciruela estamos haciendo ensayos importantes para evitar la purga o caída post cuaje, para atrasar la floración y evitar las heladas. Estamos con muchas líneas relacionadas a generar un sistema radicular muy potente y mejorar la productividad. Es nuestro tercer programa de ensayos. Hay cosas que ya probamos y que ahora empleamos.

Por otro lado, estamos desarrollando nuevos cultivos como nogal, pistachos y almendros, más algunas experiencias con granada y kaki. Son cultivos alternativos que tienen alguna demanda puntual. También estamos produciendo en vivero plantas de muy buena calidad con nuevas variedades de durazno de industria, de consumo en fresco y almendros.

Perfil

Con 59 años, Alain Boulet es ingeniero agrónomo con una maestría en management y marketing estratégico. Trabajó durante 29 años en agroindustria y desde hace 3 años es consultor agrícola especializado en fruticultura en Argentina, Chile y Perú. Es presidente de la Asociación para la Innovación Agrícola (AIA) y director de sus programas.

La AIA se inició en 2018 como un grupo de ingenieros agrónomos mendocinos de variada trayectoria (hoy son 10 profesionales) y en 2020 tomó forma como asociación. Realizan programas de agrometeorología, de producción e innovación. Actualmente trabajan con 30 productores y 1.300 hectáreas de fruticultura, y esperan hacerlo extensivo a otros sectores.

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