Dicen que la mejor forma de ser modernos es volver a los clásicos. Y eso podríamos decir que se ha aplicado a la nueva etapa en Ruca Malen. La bodega, que supo ser pionera del enoturismo, ha sabido reinventarse con su nuevo restaurante, pero también en su porfolio de vinos, creado íntegramente por Agustina Hanna, la joven enóloga que desde hace tres años está al frente de la bodega.
La misma energía y frescura que presenta para hablar se pueden percibir en cada uno de los 18 vinos que hoy la bodega miembro de la división de vinos de Molinos Río de la Plata está sacando al mercado. Se trata de una nueva etapa, donde tanto a nivel enológico como comercial se decidió volver a las bases de su historia, con la mujer como protagonista en lo visual y la calidad de las uvas y las técnicas de vinificación en lo que al producto respecta.
- En tu llegada a la bodega decías que venías en búsqueda de la pureza y de vinos que hablen por sí mismos. ¿Lo lograste en esta primera etapa?
- Creo que recién arranca esta etapa, nos queda un montón de historia por seguir escribiendo. Ya son tres vendimias y a lo largo de esas cosechas conoces los lugares de donde vienen las uvas, el potencial de cada uno, vas afinando las técnicas también a través de la experiencia y te haces más fuerte con el equipo, conectás realmente con las personas. Llega un momento en el que estás tan en el detalle que empiezan a aparecer nuevos detalles por descubrir.
Al principio hay que asegurarse de que la calidad de la uva esté impecable y cómo vamos a trabajar cada uno de los vinos. Pero después vas viendo otros detalles en las microvinificaciones o la interacción del equipo. Se van afinando y entendiendo un montón de cosas.Y paralelamente, algo que venimos trabajando todos los años y todos los enólogos, es el tema de la vendimia. El clima no es el mismo todos los años, cada vendimia te va a representar un desafío nuevo. Y el mayor desafío sobre eso es no solamente entender y leer lo que está pasando a nivel naturaleza, sino también cómo trabajar ese resultado para que la identidad que hemos logrado hoy sea consistente en el tiempo.
- Hoy la tendencia en los vinos de alta gama hace foco en un factor del terroir como es el lugar, pero ustedes han apuntado a otro, el de la intervención humana. ¿A qué se debe eso?
- Hay algo lindo que tienen los vinos, y es justamente que detrás de cada uno hay personas, esas personas son las que construyen la historia, y es lo que hace diferente a cada uno de los vinos. Entonces, al mostrar cómo los elaboramos, cómo se trabaja en Ruca Malén puertas adentro, podemos ponerle esa identidad y podemos mostrarle al mundo que cada vino está hecho por personas, es comunicado por personas, es disfrutado por personas. Es lo más lindo poder mostrar ese lado humano y de esa manera generar cercanía.
- ¿Por qué en esta nueva etapa han decidido trabajar con tantos varietales, tantos estilos?
- Algo que me apasiona del mundo del vino es la diversidad. Argentina tiene un montón de diversidad para poder mostrar a través de climas, de suelos, de variedades, y el mundo del vino es eso también, es tener la oportunidad de probar cosas distintas todo el tiempo. Y queríamos mostrarlo desde vinos que son más simples, pero con una vuelta de rosca para ver la pureza de la variedad. Por otro lado, mostrar diferentes varietales, porque el vino al final es momentos, y dependiendo de los gustos de cada uno, y de la ocasión, vas a elegir un blanco, un tinto ligero o uno más concentrado. Este portfolio está hecho para que quien quiera disfrutar, sea cual sea su gusto, tenga uno para elegir.
- Hoy en día el factor ambiental y climático es clave. ¿Cómo se logra un equilibrio entre entender las vendimias tan distintas últimamente y una consistencia en el porfolio y el estilo?
- Hoy dos cosas por separado, pero que terminan juntas al mismo tiempo. Por un lado, es algo más global, que es ese cuidado por nuestra tierra, por nuestro entorno y por lo social, que como equipo queremos ir aportando para construir un mundo mejor. Por eso estamos trabajando para certificar orgánico y sustentabilidad.
Y, paralelamente, en cuanto a los vinos, el clima va cambiando, pero es muy noble. Si logramos conectar con la naturaleza podemos también entender hacia dónde van los vinos. Van a haber desafíos, pero es lo lindo del mundo del vino, que nunca parás de aprender, pero si conectás con la naturaleza, entendés qué es lo que pasa ese año, vas encontrando las herramientas para mantener ese estilo que nosotros nos hemos propuesto a través de la pureza y de la energía de los vinos. Cuidando la fruta y teniendo una buena uva podemos lograr grandes vinos.
- ¿Cómo definís hoy tus vinos?
- Hoy los vinos de Ruca te hablan por la frescura, la energía y la pureza de la fruta. Tienen mucha personalidad. La idea es que cada uno de esos vinos te cuente una historia. Y a veces sin necesidad de que yo te la lea o te la cuente, sino al degustar una copa, encontrar diferentes capas de aromas, diferentes texturas, y que te cuenten desde ahí una historia distinta y que los puedas reconocer.
- Justamente hablando de poder reconocerlos, han presentado una nueva etapa muy distinta a lo que se conocía. ¿Cómo han tomado ese cambio los consumidores y qué impacto ha tenido a nivel comercial?
- La realidad es que la bodega tiene 25 años de historia. A lo largo de este tiempo, al igual que las personas, al igual que los vinos, ha ido cambiando, creciendo. A través de ese proceso uno va aprendiendo e innovando en búsqueda de nuevas cosas. En este caso, después de una etapa de análisis, queríamos poner en valor todo aquello que potenciara a Ruca Malén y poder mostrar todo lo que tenía la bodega desde sus orígenes.
Nació como una bodega contemporánea y hoy lo sigue siendo. Es un lugar donde siempre se exploró la diversidad, y eso lo estamos contando de una manera diferente. Estamos escribiendo una nueva etapa que se cuenta a través de capítulos, que se explora acompañando al camino que hacen los amantes del vino una vez que empieza a tomar. Partiendo por esos más fáciles de tomar, siguiendo por la diversidad a través de las variedades, hasta hacer más foco en el detalle.
El consumidor realmente lo ha tomado muy bien. Estamos muy contentos porque estamos recibiendo muy buen feedback. Al mismo tiempo, el hecho de generar vinos para diferentes momentos, de tener esta versatilidad, también nos permite llegar a más personas. Por otro lado, desde la comunicación, al generar algo mucho más cercano, también estamos pudiendo interactuar de otra manera.
- Si bien hoy hablan de estas novedades, sabemos que en el vino se trabaja a futuro. ¿Qué es en lo que están trabajando hoy para tomar dentro de algunos años?
- Estamos arrancando con 18 vinos, divididos en cuatro capítulos. El capítulo cuatro todavía no está disponible, está en estiba, y pensamos que probablemente salga en marzo. Es la selección de aquellos vinos que más nos emocionaron, hecha a un corte de muy poquitas botellas.
Esto es una historia abierta, venimos haciendo algunos ensayos. Hoy en día estamos muy focalizados en lograr consistencia con lo que estamos mostrando, que es nuestro presente, y es ese camino que hemos empezado. Queremos lograr consistencia a través de los años, y es paso a paso. Pero es una historia abierta, por eso no hay un capítulo final, sino que el día de mañana quizás sale un capítulo cinco, un seis, estamos abiertos a seguir explorando este mundo del vino, pero sí muy focalizados en dar pasos firmes y en hacer fuerte lo que hoy estamos mostrando.
- Si bien muestran una gran independencia, no dejan de ser parte de un grupo de los más influyentes del país como Molinos Río de la Plata. ¿Cómo es esto?
- La realidad es que es algo muy lindo, porque dentro de lo que es el grupo existe una división que es Molinos, fincas y bodegas, donde se respira vino, se vive el vino como es. Hay un equilibrio muy lindo entre ser una bodega pequeña en un grupo grande, y a pesar de su magnitud, el factor humano que hay a lo largo de toda la compañía, de todo lo que es Molinos Río de la Plata, es único, realmente es un lugar hermoso para trabajar, donde dejan que las personas se puedan desarrollar y sentirse acompañado. Cada bodega tiene su identidad, y Ruca Malén es Ruca Malén, y tiene sus objetivos, su filosofía y su impronta.