Después de un proceso de tres años en que la sequía fue cada vez más severa hasta llegar a una temporada 2022 – 2023 con escasas precipitaciones y grandes pérdidas tanto en la agricultura como en la ganadería, la tendencia climática para los meses por venir está variando significativamente y todo indica que las lluvias volverán a reverdecer el suelo mendocino.
La buena nueva, llegó de la mano del ingeniero Raúl Besa que también comentó que todo hace prever un invierno más benigno. Igualmente, el especialista no pasó por alto aclarar que “siempre se habla de tendencias y cada mes se van actualizando”.
Raúl Besa (64) es ingeniero agrónomo especializado en agrometeorología, lleva más de tres décadas en la Dirección de Contingencias Climáticas de Mendoza y supo ser el titular del área 15 años atrás. Además, es profesor de física y química en escuelas secundarias de San Rafael.
Es una constante fuente de consulta en todo el sur mendocino por parte de los productores y sus pronósticos, dentro del ámbito agropecuario, jamás se ponen en duda.
- ¿Cuánto tiempo se extendió la sequía?
- Hasta este verano pasado estuvimos cumpliendo el tercer año de una situación de La Niña, es decir con el enfriamiento del océano Ecuatorial Pacífico, frente a las costas de Ecuador, de Perú, ese enfriamiento tiene distintos efectos en distintos lugares del mundo. En el caso particular del centro oeste de Argentina y también la Pampa Húmeda está asociada en general a pocas precipitaciones, justamente lo que hemos tenido hasta este verano pasado.
A partir de febrero comenzó a insinuarse un cambio en la situación y estamos en este momento en una situación neutral, es decir, que no hay enfriamiento ni calentamiento, tiene las temperaturas normales el Océano Pacífico ecuatorial. Pero las tendencias que se están viendo es que pasaríamos a una situación del Niño que iría incrementando esta probabilidad hasta alcanzar un 90% a principios de la primavera y durante la misma. Por lo tanto, estamos viendo que las condiciones están cambiando y las tendencias climáticas hablan de mayor o levemente superiores en las lluvias estimadas para junio, julio y agosto.
- ¿Cuánto menos de precipitaciones tuvimos?
- Teniendo en cuenta por supuesto que cada zona tiene una precipitación distinta, en general en el Sur de Mendoza las lluvias estuvieron un 30% por debajo de lo normal y en el caso de la zona norte de la provincia alcanzó un 50%, es decir tuvimos muy pocas precipitaciones con respecto a la situación normal.
- ¿Esta condición también influyó en las fuertes heladas que tuvimos el año pasado?
- Bueno, tiene una cierta relación hablando de las heladas tardías, las que ocurrieron en septiembre y octubre del 2022. Estuvo asociado a un fin del invierno pasado y a un inicio de la primavera con una atmósfera bastante pobre en humedad atmosférica, pocas precipitaciones y por supuesto el aire cuanto más seco está es más peligroso el descenso térmico durante la noche, porque esa pantalla térmica que tenemos cuando hay humedad atmosférica o cuando hay nubosidad en la noche no se presentó y por lo tanto tuvimos heladas importantes.
Pero no tanto por los valores de temperaturas, que, si bien fueron bajo cero, no fueron heladas de mucha intensidad, pero si produjeron mucho daño ya que se presentaron en un momento de máxima sensibilidad, en el caso de los frutales en septiembre y el caso de la vid en octubre, que son los más cultivadas en la provincia.
Hacía más de 20 años que no se producían heladas justamente en esa época y afectaron un porcentaje bastante alto la producción agrícola de la provincia.
- ¿Podemos esperar más precipitaciones en los meses que vienen por ejemplo para ayudar a los campos de secano?
- En el caso de la ganadería de secano, las lluvias interesantes son las que ocurren justamente en el invierno ya que promueven la germinación de pastos de invierno y luego también por supuesto de los pastos que aparecen en primavera. Si los relacionamos con la tendencia de estos tres meses está la posibilidad de que tengamos algunas lluvias invernales más altas de lo que habitualmente llueve en la zona.
Recordemos que el invierno es el momento en que menos llueve del año en las condiciones de clima árido o semiárido de Mendoza. Pero de todas formas hablando de los meses de junio, julio y agosto y considerando esta tendencia climática, que por supuesto se va renovando cada mes, indica en la mayoría de los casos que tendríamos más lluvia de lo normal para la estación de invierno y también ya en los comienzos de la primavera.
También esto con respecto a temperaturas, tendríamos temperaturas algo superiores a lo que es normal, me refiero a la temperatura media en la zona, y conduciría a tener un invierno algo benigno.
- ¿Entonces, vamos a tener precipitaciones más asiduamente o serán más abundantes en milímetros?
- Hay que recordar que las lluvias importantes recién ocurren en octubre y se concentran en la segunda quincena de noviembre, después diciembre y enero, esos son los meses en que más llueve normalmente, por ello, aun aumentando las condiciones, recién en el verano tendríamos lluvias que pueden ser más significativas.
De todas formas, no importa a veces que sean lluvias importantes en cantidad, sino que pueden ser lluvias de poca cantidad en milímetros de precipitación pero que están más extendidas en el tiempo, eso en el caso del invierno es favorable para los campos y los suelos del secano.
De todas formas aclaró, que la probabilidad de la situación neutral viene en descenso, es decir que este trimestre próximo, incluido el mes de junio, tendríamos una disminución de las probabilidades de que continúe la situación neutral y en este momento inclusive estamos con un 85% de probabilidad de El Niño, por lo tanto si esperamos también que se incremente esa probabilidad al 90% ya hacia el inicio de la primavera podemos estar, no con certeza, pero sí con una alta probabilidad de tener lluvias significativas en la segunda mitad del invierno y el principio de primavera.