Aunque aún faltan unos meses para que comience la vendimia, desde el sector vitivinícola existe una cierta inquietud porque podría faltar mano de obra para realizar la cosecha. Es que, si bien en los últimos días se avanzó en flexibilizaciones de las medidas sanitarias, aún no está claro cómo implementar los protocolos para quienes lleguen a la provincia desde otras regiones del país. El gobierno provincial, por otra parte, lanzó un programa de capacitación para estas labores pero anticipan que el contexto favorecerá, y varias empresas de servicios ya están con demanda.
Víctor Romero Novicov, de Viñas Mendocinas Don Víctor SRL, una empresa que presta el servicio de cosecha mecanizada, aseguró que, en general, hay expectativas favorables, debido a las dificultades que se esperan para la labor tradicional. Ya están recibiendo consultas, sobre todo de empresas grandes, que prefieren adelantarse, por lo que esperan que este año haya bastante trabajo.
Sin embargo, considera que en gran parte influirá el precio de la uva, en torno al cual hay especulaciones ante la posibilidad de que se produzca una merma considerable en la producción, por las heladas, lo que llevaría a un alza. También influye que se redujeron los stocks de vino y esto incrementaría la demanda.
Romero Novicov planteó que, con los valores que se pagaron en los últimos años por la fruta, e incluso con la única opción de entregarla para elaboración, los productores no podían contratar servicios de cosecha mecanizada. Es que la temporada pasada, el costo rondaba los 380 dólares por hectárea, incluyendo combustible, y ésta, si bien el precio no está definido, se ubicaría por encima de los 400 dólares. El ingeniero agrónomo resaltó que una máquina cosechadora nueva está costando hoy 450 mil dólares y que los repuestos han subido.
Pero, por otra parte, también hay expectativas de que aumente el precio del tacho, algo que ya sucedió este año, cuando la pandemia provocó que varios integrantes de las cuadrillas regresaran a sus hogares en otras provincias y que las restricciones iniciales dificultaran que incluso los operarios mendocinos se desplazaran a los lugares de trabajo. Por este motivo, el valor, que en 2019 no llegó a $ 16, terminó en $ 30 en 2020. Romero Novicov estimó que en 2021 se ubicará más cerca de los $ 40, lo que resultará complicado para los productores pequeños.
Pese a eso, detalló que no todos los viñedos están preparados para la cosecha mecánica. El sistema sólo se utiliza en espaldero, que se encuentra en el 50% de las 145 mil hectáreas con vid en la provincia. Por otro lado, la estructura tiene que estar en buenas condiciones, porque la máquina suele aflojar los palos, los callejones deben tener un ancho no menor de 6 metros (para que el equipo pueda dar la vuelta), la distancia entre hileras debe ser de 1,80 m como mínimo y no debe haber otras plantas –como olivos o durazneros- entre las vides o en los extremos.
En cuanto al tamaño de las propiedades, Romero Novicov indicó que es muy variable, ya que hay quienes contratan el servicio para 200 hectáreas y otros para una sola (aunque, para este último caso, se aprovecha si algún vecino lo contrató, por el traslado). En cambio, sí influyen las condiciones del terreno, ya que, si está parejo, el rendimiento de la máquina alcanza las 5 a 8 hectáreas diarias, mientras que, si se encuentra descuidado, puede caer a apenas 3.
El ingeniero indicó que por el momento están terminando con el mantenimiento de maquinarias y empezando a llamar a los productores que han contratado el servicio en años anteriores, como también a posibles clientes para empezar a armar una base. El objetivo, planteó, es pasar de las mil hectáreas que venían trabajando, a las 2 mil en 2021.
Gastón Menegus, de MH Agroservicios, comentó que son los prestadores más antiguos del servicio de cosechadoras mecánicas en la provincia, con 10 años en el rubro. Añadió que, ante la posibilidad de que se dificulte conseguir mano de obra para la cosecha, tanto productores como bodegas importantes se han interesado por cerrar un contrato de trabajo para reservarse una o dos máquinas para febrero o marzo de 2021.
Históricamente, añadió, en este momento del año recién se empieza a iniciar el contacto con los clientes habituales y los posibles, y se charla de cómo viene la floración y de si se produjo alguna helada que pueda impactar en la producción. Por eso, cerrar contratos en este momento puede parecer anticipado, pero se entiende porque, ante el riesgo de quedarse sin gente para levantar ciertas variedades, hay quienes buscan asegurarse un medio para levantar la cosecha.
Menegus manifestó que la utilización de máquinas es una de las mejores opciones también desde el punto de vista financiero, ya que, en lugar de pagar las fichas todos los viernes, se puede financiar la labor hasta en 6 meses. Pero precisamente esto es lo que genera inquietud. Es que sabe que las perspectivas son de que habrá mucho trabajo y, además, la superficie cultivada en la que se puede realizar la cosecha mecanizada aún es bastante superior en comparación con el parque de maquinarias en la provincia.
Sin embargo, no sabe cómo será la cobranza. Esto, porque recién facturan un mes después de haber levantado la producción y entregado a la bodega. Si en ese tiempo se produce una devaluación, podría complicarse el cobro. La tarea, indicó, se cotiza en dólares, porque la máquina y los repuestos son importados. Como no se sabe cuál será la cotización en febrero del año que viene, están optando por mantener el presupuesto en esa moneda y pesificar el monto en el momento en que el cliente decida pagar.
Laura Alturria, coordinadora de las comisiones técnicas de Bodegas de Argentina, explicó que las primeras empresas que prestaban el servicio de cosecha mecanizada traían las máquinas desde Francia, para trabajar a contra temporada, hace más de 15 años. Con el tiempo, hubo profesionales que compraron los equipos para brindar esta prestación, no sólo para levantar la fruta sino también para realizar la poda y otras labores.
Alturria señaló que constituyen una alternativa porque los equipos son costosos y se necesita de una superficie importante para poder amortizar la inversión. De todos modos, consideró que no se va a dejar de necesitar operarios capacitados para realizar ciertas tareas porque es muy difícil mecanizar toda la superficie.
En cuanto a los socios de Bodegas de Argentina, la mayoría recurre a proveedores de cuadrillas locales, por lo que no les preocupa tanto las posibles dificultades para que se trasladen operarios desde otras partes del país. Además, el gobierno provincial lanzó un plan de capacitación para los interesados en desempeñarse en la cosecha y los inscriptos fueron más de 5 mil.
Incógnita en las ventas
Una alternativa para aquellos productores que buscan resolver la problemática de la cosecha en forma definitiva sería la adquisición de maquinaria. Sin embargo, los bajos precios del vino en los últimos años han generado que pocos estén en condiciones de comprar, aún más por las dificultades de acceso al financiamiento, de una cotización con expectativas de alza y de restricciones a la importación.
Sergio Sottano, gerente de Posventa, Repuestos y Servicios de Agromaq Virdó (concesionario de New Holland en Mendoza), comentó que aumentaron las consultas porque no se sabe si los cosechadores que suelen venir de las provincias del norte podrán ingresar a la provincia. Como por el momento hay limitaciones, muchos productores van a necesitar maquinaria para levantar la uva y la aceituna.
De hecho, esta necesidad de utilizar máquinas ya se notó en la temporada 2020, porque, con el inicio de la pandemia, muchas personas que habían llegado para trabajar en la cosecha, regresaron a sus lugares de origen para evitar problemas después; que, efectivamente, tuvieron quienes optaron por quedarse hasta terminar la tarea.
Como las complicaciones para conseguir mano de obra se han sostenido en los últimos años, los productores que cuentan con un cierto número de hectáreas –a partir de 200 o 300- han empezado a averiguar para comprar maquinaria. En setiembre, había anticipado que esta temporada iban a vender unos 15 a 17 vehículos, que significa un aumento considerable porque el número de máquinas que se han sumado al parque provincial en los últimos 10 años, ronda 100.
Sottano detalló que recién van a tener el número claro de las ventas en un par de meses más y que no les impactó la suba de la cotización paralela de modo directo, porque se manejan con el dólar oficial, pero que la especulación sí complica las importaciones y las decisiones de quien podría realizar una compra.
Sin embargo, consideró que invertir en una maquinaria agrícola, que, en definitiva, es una herramienta de trabajo, puede ser una opción atractiva para quienes no sólo tienen vid, sino también otros cultivos. En este sentido, mencionó que por estos días se está desarrollando la cosecha del ajo y que los productores están recibiendo pesos por su labor. Al invertirlos en un bien durable, se aseguran de que no se deprecie ese dinero.
En Agromaq Virdó no sólo están vendiendo máquinas nuevas, sino también otras reacondicionadas a nuevo. Es decir, no son cero kilómetro, pero se desarman completas para realizar un arenado, remplazar las partes que se desgastan y pintarlas. Sottano señaló que representan una buena opción porque el precio es considerablemente menor, aunque resaltó que los nuevos modelos tienen mejoras, sobre todo en lo vinculado al consumo de combustible.
Patrice Barrere, de Barrere SA, indicó que, pese a que la mecanización de la cosecha puede ser una solución a las dificultades para conseguir personas que realicen la tarea en forma manual, la venta de maquinaria está un poco difícil. Es que los precios de la uva han estado bajos y la gente no se anima a comprar, ya que tampoco hay financiamiento interesante.
Aunque se define como optimista y después de llevar 25 años en el país ya ha atravesado varias crisis, Barrere reconoció que la pandemia ha complicado el panorama. De regreso de la vendimia en Europa, comentó que los productores estaban muy contentos de tener máquinas, pero que, en Mendoza, en este momento, están dependiendo más de la reparación, para que el productor tenga los equipos a punto, que de las ventas. Pese a eso, señaló que están a la espera de lo que suceda en los próximos meses.
Cosecha asistida
Daniel Massi, ingeniero agrónomo de Fecovita (Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas), señaló que este año no sólo esperan complicaciones en la cosecha por las dificultades para que arriben desde otras provincias quienes tradicionalmente lo hacen cada año para trabajar en la cosecha, sino también por los protocolos que habrá que implementar en las mismas fincas, lo que va a complejizar la labor y encarecerla.
La solución a estos problemas podría ser, en aquellos viñedos que están acondicionados para que pueda ingresar una máquina, la implementación de la cosecha mecánica o la asistida. De ahí que estiman que habrá un incremento en la demanda de las máquinas y elementos necesarios para mecanizar la tarea. Sin embargo, Massi aclaró que los productores esperarán a ver cuál será el valor de la mano de obra y el precio que fijarán los operadores del servicio mecanizado, ya que levantar la fruta representa, para la uva común, entre 30 y 35% del costo operativo anual.
Para quienes no puedan, por el modo en que está organizado el viñedo, implementar la cosecha mecanizada, está la opción de la asistida, que reduce considerablemente la cantidad de personas involucradas en la cosecha, con lo que cumplir con las medidas de distanciamiento se simplifica. Además, como le demanda al cosechador menor esfuerzo físico, se produce un mayor rendimiento de la mano de obra.
Como contraparte, la inversión en los bines y en los implementos para moverlos, además del tractor en caso de no tenerlo, puede ser significativa. Por eso, es mejor adquirirlos de manera asociada entre varios productores, ya que son elementos que se utilizan durante un par de meses al año. El ingeniero también resaltó que es importante organizar el servicio de un modo adecuado, definiendo la logística de movimiento de los carros y el tractor, para reducir los costos.
En Fecovita han implementado los dos sistemas –cosecha mecanizada y asistida- y esperan que la demanda de ambos aumente este año. Cuentan con tres equipos para la mecánica, pero no alcanzan a cubrir las hectáreas propias, por lo que suelen complementar con el servicio de terceros, con quienes ya han tomado contacto, pero aún no se habla de precios. Por otra parte, están buscando financiamiento para poder sumar más equipamiento para la asistida.
En definitiva, se tratará de una cuestión de oferta y demanda, en la que intervendrán distintos factores, como el precio del tacho, el costo de implementar protocolos, el valor de la mecanizada por hectárea e, incluso, cuál fue la afectación que provocó la helada. Esto último, indicó Massi, estará más claro en los próximos días, pero se anticipa una reducción, en un año que venía con una muy buena producción.