Boca y Tigre definen la primera edición de la Copa Superliga cuando disputen la final en el Mario Alberto Kempes de Córdoba. La final se jugará en un estadio repleto, que dividió su capacidad de manera dispar, con 36.000 localidades para los xeneizes y 17 mil para los fanáticos del Matador.
El sistema de definición estipula un tiempo extra de 30’ y, de ser necesario, tiros desde el punto penal, en caso de terminar igualados al cabo de los 90’ reglamentarios. En el eventual período añadido, los equipos pondrá realizar un cuarto cambio en su formación.
Boca es favorito por historia, experiencia, jerarquía y estatus actual ante un equipo que bajó a la B Nacional, pero que paradójicamente se transformó en la sensación del fútbol argentino desde que Gorosito asumió como DT. Y allí reside lo fascinante de esta final, en la que el fútbol tiene la posibilidad de ratificar su condición de impredecible. Poco importarán los 68 títulos a lo largo de la historia de Boca y las vitrinas vacías de Tigre una vez que Pitana haga sonar el silbato en La Docta.
Boca, que puede sumar el segundo trofeo en la era Alfaro tras la conquista de la Supercopa Argentina frente a Rosario Central, trae un invicto de doce encuentros sumadas todas las competencias pero su rendimiento futbolístico no termina de convencer. Lo contrario de Tigre, que deslumbra por el alto nivel de su estructura ofensiva compuesta por Menossi, Montillo, Cavallaro, Morales, Janson y González.
El Matador consolidó la sensación de su injusto descenso en el Monumental con victoria frente al River de Gallardo con una notable campaña en la Copa de la Superliga, en la que despachó a Colón y Unión, al último campeón argentino, Racing y a otro muy buen equipo como Atlético Tucumán con un marcador global de 6-0. Argumentos más que suficientes para ilusionarse con una histórica consagración pese a la brecha que lo separa de un gigante como Boca, muy acostumbrado a las vueltas olímpicas.
Tanto Alfaro como Gorosito escondieron las probables formaciones, pero es sabido que presentarán cambios tácticos y obligados. El Xeneize deberá rearmar el mediocampo por las suspensiones de Nández y Marcone, de modo que ingresarán Capaldo y Campuzano, al tiempo que Villa ocupará el lugar de Pavón. Tigre, por su lado, presentaría tres variantes: Moiraghi o Alcoba por Canuto, Montillo por Cardozo y Janson por Cavallaro en ataque.
Ambos tienen un antecedente en definición de título, en un triangular del que también participó San Lorenzo para definir el campeón del Apertura '08. En la última fecha, en cancha de Racing, Boca perdió 1-0 pero se consagró por diferencia de gol. En el historial de Primera, el Xeneize lleva una ventaja de 33 partidos: 43 éxitos, 12 empates y 10 caídas en 65 juegos.
El mendocino Andrada vale 25 millones de dólares
En Boca se dieron cuenta de que la cláusula de 20 millones de dólares que había firmado Andrada hace unos meses, con mejora salarial incluida, no iba a ser suficiente.
Que tenían que subirla más, sobre todo teniendo en cuenta que hay grandes posibilidades de que sea el arquero titular de la Selección en la Copa América. Es por eso que, después de haber mantenido algunas charlas con su representante, la dirigencia del Xeneize llegó a un acuerdo para que el mendocino extienda su vínculo con el club por otros cuatro años, se le mejore el contrato y, consecuentemente, se eleve nuevamente la cláusula de salida.
Con la rúbrica, que se llevó a cabo el viernes por la tarde, antes de que el arquero viajara a Córdoba con el plantel para disputar la final de la Copa de la Superliga, Boca se aseguró que cualquier club que quiera llevarse a su arquero tenga que desembolsar una suma millonaria: la cláusula es de 25 millones de dólares libres de impuestos. Así, entonces, la Copa América deja de ser una preocupación en Brandsen 805. Hay arquero para rato...