El fin de semana largo encuentra a los mendocinos con mañanas frescas y tardes primaverales y temperaturas que rondarán los 23 grados de máxima. Inclusive hasta después de hoy, cuando el efecto del Zonda en altura se haya retirado, todo indica que las jornadas se mantendrán agradables.
De acuerdo a las estimaciones del Departamento de Climatología del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el trimestre que incluye agosto, setiembre y octubre presentará condiciones de temperatura "superiores a lo normal a normal", mientras que los parámetros de las precipitaciones en todo el territorio será "normal o inferior a lo normal".
Ayer, el alerta estuvo focalizado en la presencia de viento Zonda en altura registrado en la cordillera, con ráfagas de hasta 120 kilómetros por hora y viento blanco. Ayer, bajó al llano el Zonda, en el sur provincial y en el Valle de Uco, y produjo varios daños (ver aparte). Desde el punto de vista del meteorólogo Fernando Jara, las probabilidades de que el viento sople en el llano son bajas para el Gran Mendoza.
"Hoy se va a notar una situación de temperaturas entre 24 y 25 grados", explicó Jara y mencionó que las condiciones serán de buen tiempo. "Estamos dentro de un balance de radiación directa de sol en la superficie que se suma a un efecto Zonda en altura y temperaturas templadas", describió Jara.
Domingo al río
La llegada de los primeros días cálidos, aunque todavía el calendario marque que es invierno, es una invitación para salir a disfrutar del aire libre con amigos o familia. Varios mendocinos eligieron las bajadas al río Mendoza para compartir un asado o unos mates cerca del agua.
Los niños aprovecharon para meter los pies en el agua y jugar con barro. Para muchos fue la apertura de la "temporada primavera-verano".
Después de haber estado trabajando en grupo, las hermanas Julieta y Laura Moreno, junto con Florencia Fuste t, Adolfo Pagani y Laura Femenía decidieron relajarse un poco a la tarde y emprendieron camino hacia la vera del río Mendoza. Los jóvenes contaron que suelen ir con frecuencia al lugar durante el verano y que estaban aprovechando la jornada cálida para tomar unos mates hasta que el sol se ocultara o el viento fresco -que se sentía cuando las nubes bloqueaban los rayos solares- los obligara a regresar.
La vista del agua estaba ayer más despejada ya que en las tres bajadas más tradicionales impiden llegar hasta la orilla misma con los vehículos (a menos que se trate en un 4x4) y, por el contrario, hay que estacionarlos en playas a algunos metros de distancia.
Emanuel López, Noelia Ledesma y Camila (11) habían decidido la noche anterior almorzar un asado en la precordillera. Él comentó que se sorprendieron por tener que dejar el auto más arriba porque tuvieron que cargar la mesa, sillas, heladera y otros elementos, pero resaltó que eso permite que haya más espacio para la gente.
Salvador Torrisi, quien había ido con Alejandra Martínez y los pequeños Joaquín (10), Agustina (7) y Sofía (4), destacó que ahora está más tranquilo, ya que se escucha el sonido del agua y no las diferentes músicas que cada grupo pone en su vehículo, y que esto contribuye a que haya un ambiente más familiar.
Alejandra contó que en realidad habían querido visitar Cacheuta, pero se encontraron el camino cortado antes de llegar al puente colgante porque la zona estaba saturada de vehículos. Los que estaban felices con la segunda opción de la familia para pasar la tarde eran los tres niños, que habían metido los pies en el agua y jugaban.
También Abril (4), Sofía (5), Joaquín (7) y Lucía (12) entraban en el río para sacar agua con vasos plásticos y tirarla en la arena de la orilla, para humedecerla y armar figuras. Esto, bajo la supervisión de Cecilia Leanza y Gema Higginson, dos amigas que prefirieron relajarse en unas reposeras al aire libre, y por eso fueron al río después de almorzar.
Lejos de una salida improvisada, ante el pronóstico de días agradables, Danisa Robledo, Gustavo Zapata, Julieta González, Florencia Messina y Sergio Gomar habían empezado el martes a planear el asado que compartieron a la vera del río.
Los amigos comentaron que les gusta el lugar porque es tranquilo y en verano se puede disfrutar del agua para refrescarse un poco. Sin embargo, lamentaron no poder acompañar el momento con música porque el auto había quedado lejos.
La familia Chaler suele aprovechar los meses de agosto y setiembre a la vera del río, antes de que el sol sea intenso y se perciba por la falta de árboles. Pero los que más habían disfrutado de la jornada eran Marina, Sofía, Santino, Candela, Caetano, Gabriel y Guadalupe -hermanos y primos entre los 3 y los 9 años-, quienes jugaron a la pelota, corrieron y anduvieron en cuatriciclo.
Árboles caídos y corte de energía
Fuertes ráfagas de viento Zonda que alcanzaron los 140 kilómetros por hora se registraron ayer en Malargüe, a unos 400 kilómetros de la capital, ocasionando caída de árboles y un corte de energía total. Daniel Rodríguez, titular de Defensa Civil de Malargüe, el viento comenzó a bajar al llano a partir de las 11 y provocó la caída de unos 40 árboles y el corte de luz total en el departamento.
“Hubo una persona herida del grupo de Defensa Civil por la caída de una rama en una pierna, pero no presenta gravedad”, informó el funcionario.
En la zona trabajaban miembros de Defensa Civil, Bomberos, Acción Social y el Municipio, además de la empresa Edemsa para restituir la energía eléctrica en el departamento.
En Tupungato se registraron daños de similares características, según informó Defensa Civil de ese departamento, con ráfagas que superaron los 70 km/h.