Una de las formas de endulzar los alimentos es hacerlo a través de diferentes tipos de edulcorantes. Muchas personas han adoptado este alimento para suplantar la azúcar y de alguna manera consumir productos más "sanos".
Como alternativa mucha gente usa otros edulcorantes naturales, como la miel, jarabes de distintas sustancias dulces, etc. Es perfectamente aceptable, pero hay que saber que básicamente son... azúcar. La miel puede contener numerosas vitaminas y minerales, pero es un 85% azúcar, y en ese aspecto es igual de perjudicial que el azúcar refinado. La stevia, el aspartamo o la fructosa, son algunos de los edulcorantes más utilizados en la actualidad. Sin embargo, algunos tienen propiedades que pueden llegar a ser más nocivos que otros.
La Stevia o estevia
Se trata de una planta llamada Stevia rebaudiana, proveniente de Paraguay y Brasil, cuyas hojas son dulces. Se usa como edulcorante natural al consumirse las hojas secas y machacadas, o bien tratadas en laboratorio para convertirlas en líquido o polvo.
Los extractos de Stevia producen glucósidos de steviol, que es 300 veces más dulce que el azúcar. Pero tiene un poso amargo al que hay que acostumbrarse.
El aspartamo
El aspartamo o edulcorante E-951 fue descubierto de forma casual en 1965 por el doctor James M. Schlatter, cuando estaba trabajando en una droga para tratar las úlceras, y derramó un poco de aspartame sobre su dedo. Se lo llevó a la boca sin pensar y comprobó que era dulce. Está formado por dos aminoácidos, el ácido aspártico y la fenilalanina, así que no tiene calorías. Es 150 veces más dulce que el azúcar pero su sabor es diferente, y cambia según con qué alimento se mezcle.
La fructosa
La fructosa es una forma de azúcar presente en las plantas, las frutas y la miel. Suele aparecer junto a la glucosa (como el azúcar común), pero se puede separar de ella para obtener fructosa pura, que se ha usado durante años como edulcorante para los diabéticos. Sin embargo, aunque no tiene glucosa, sí que engorda igual que el azúcar. Además se metaboliza a largo plazo en el hígado, y al final acaba convirtiendose en grasa corporal.
Del análisis de los distintos endulzantes naturales podemos concluir que todos ellos tienen aproximadamente un valor energético similar, proporcionando unas calorías por gramo equivalentes. La diferencia fundamental por la que nos debemos guiar al elegir es la cantidad y diversidad de nutrientes que nos aportan.
Nutricionistas recomiendan reducir, en la medida de lo posible, la cantidad de azúcar que tomamos a lo largo del día, sustituyéndolo por endulzantes naturales, como la miel, mucho más saludables y que, normalmente, contienen la mitad de calorías.